Capítulo 45: "Llamada"

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ABBY


Los días pasaban y cada uno era increíble. Me despertaba temprano por mis abuelos decían que debía aprovechar el día. Habían veces en las que salíamos a algún lugar o simplemente nos quedábamos en casa haciendo alguna actividad o viendo series y películas.

Cuando estaba con la abuela la pasaba en el jardín trasero y frontal. Me ayudó a vencer el miedo por las gallinas, a identificar un buen lugar en el que pueda sembrar y a recolectar frutas. Al contrario, con el abuelo pasaba dentro de casa, me mostraba sus antiguas colecciones y aprendía nuevas historias, muchas de ellas de su juventud y la abuela. Veíamos documentales, salíamos a tomar el sol o ayudaba a limpiar su auto. Algunas veces me daba regalos en secreto y me decía que no le dijera Alice.

Algo que también pasaba en estos días y con frecuencia, eran las visitas de Max. Porque casualmente se dañaba alguna cosa de la casa y necesitaban su ayuda. Sabia que era mentira por parte de la abuela, porque al final ellos solo terminaban hablado mientras comía algo. Me invitaban a mi y por ser amable aceptaba. Max no me agradaba del todo, mi yo interna me decía que algo ocultaba.

Había hablado algunas veces con él y encontraba su personalidad un tanto exagerada. Era demasiado amable y servicial con las demás personas, pero conmigo dejaba ver su lado interesado y que según él, creía que era atractivo.

Ahora solo estaba sentada en una silla mecedora que había en el jardín delantero. El clima era bueno, pero no me apetecía recibir el sol, desde donde estaba era mejor. En una mano tenía un gran vaso de jugo y en la otra un libro abierto a la mitad. El abuelo me regaló un libro que pertenecía a su bisabuelo, dijo que me gustaría y estoy completamente de acuerdo con él. Era bastante grueso, pero apenas lo comencé a leer ayer en la noche y estoy segura de que lo terminaría hoy. Mi cabello estaba recogido en una coleta alta, así no estobaria.

Dejé el vaso a un lado y me dediqué a la completa lectura. Hubiera seguido de no ser porque escuché el ya conocido claxon del auto de Max. Bufé ante la ya clara idea de verlo nuevamente. Seguramente la abuela lo llamó para que arregle algo que nunca se averió.

Desvié la mirada hacia él y me saludó desde lejos, solo sonreí y seguí con lo mío. Lo mire nuevamente cuando estuvo frente a mi. Hice un ademán para que siguiera, pero el solo seguía ahí, viéndome.

—El clima de hoy es agradable—pronunció viendo la carretera.

—Lo es—apoyé.

—Es genial para nadar un poco, ¿no crees?—levanté una ceja fingiendo confusión cuando entendía claramente lo que quería decir.

—Supongo—alcé los hombros.

—¿Qué te parece si vamos esta tarde? Iré con un par de amigos—antes de que siquiera llegara a pesar en una respuesta la abuela salió.

—¡Suña genial! Abby, deberías ir. No has salido con nadie más aparte de nosotros—mi abuela fingió tristeza al decir eso. ¿Estuvo todo el tiempo ahí?

—Me gusta salir con ustedes—respondí sonriendo simpática.

—Pero te divertirás más si sales con chicos de tu edad. Ve, se que así será. Además, dijiste que no tenías planes para hoy—entrecerré los ojos mirando a mi abuela y le hice señales de que dejara de decir eso, pero ella pareció ignorarme—Pueden ir y divertirse, prepararé algo delicioso para cuando regreses—aplaudió feliz. Ambos me miraron esperando una respuesta de mi parte.

Bufé ante la idea, pero aún así acepté—Esta bien, supongo—Max sonrió triunfante al igual que mi abuela. Mientras caminaba dentro de casa, los vi chocar sus manos, son unos...¡Agh!

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