Capitulo 15

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—¡Yujuuu! ¡Cañón Shiota!. — ¡Splash! Ver a mi hermana saltar desde un acantilado era una de las vistas más excitantes y divertidas de todas, una bella sonrisa se formaba en su rostro mientras los cabellos le revolotean por el viento que corre por su rostro, tan idéntico al de nuestra madre.

—¡Esa es mi niña!. — Gritó emocionada mi madre desde la punta del mismo acantilado, yo veía como aquellas locas y juveniles ganas de vivir, de amar y de ser feliz la envolvían de pies a cabeza. Que agradecía de cierta manera que el señor, que se encontraba a mi lado viendo el espectáculo, le sacara todas esas sonrisas.

Con papá no hubiese podido llegar a ser así.

—¿Cañón Shiota?. — Me preguntó Duqueit entre risas. Asentí con nostalgia.

—Papá nos llevaba seguido al lago Motosu cuando éramos pequeños, ahí aprendimos a perder el miedo a nadar y eventualmente nos enseñó el Cañón Shiota. — Respondí, el Cañón Shiota consistía básicamente en hacerse ovillo mientras saltas de la punta del más grande acantilado que encuentres. Era una casi tradicion familiar saltar cogidos de la mano los tres, papá, Shiori y yo. Mamá no se aventuraba a hacerlo, pero al parecer esta tan contenta que...

—¡Cañón Shiota!. — La oí gritar alegremente mientras saltaba y caía haciéndose bolita con su cuerpo. Sonreí. Si, mi madre estaba cambiando y tratando de arriesgarse, vivir su vida al máximo, le dicen.

Mire a Duqueit de reojo, pensaba que esa tradición creada por nuestro padre le molestaría. Pero al parecer solo tenía ojos cautivadores para el iluminado rostro de mamá. Y se reía como nunca lo había visto.

—¿Tu no vas?. — Me preguntó mirando el acantilado.

Yo jamás me atrevía a hacerlo solo... papá siempre lo hacía conmigo.

—Paso, esta fría el agua. — Me excuse sonriendo levemente.

Y antes de que pudiera decirme algo más, Shiori y mamá habían salido del lago y llegaron junto a nosotros, empapadas de pies a cabeza.

Lo mejor de todo, es que el Cañón Shiota tenia como regla, lanzarte con ropa y todo. Algo así como una conexión más profunda con la naturaleza.

Papá y sus ocurrencias.

—¡Estaba helada!. — Exclamó mamá tiritando con una sonrisa, al parecer el frío no le quitaba el hecho de que la adrenalina había corrido por sus venas de una manera impresionante.

—Toma, no te vayas a resfriar. — El doctorcito se le había acercado con una toalla en sus manos y se lo había puesto alrededor de los hombros. Ella sonrió agradecida por el gesto. Suspiré, que incomodo. —¿No quieres una también Shiori-chan? Tengo más en la mochila. — Señalo aquella cosa gigante que había traído para acampar.

Acampar a unos metros de su lujosa y carísima hacienda... Incomodo...

—¡Que va! Amo el agua helada, papá nos enseñó a nadar en agua fría cuando éramos niños, decía que era importante para poder soportarla de grandes y no nos de calambres. Pero gracias de todas maneras. — Shiori... la mire como queriendola matar con la mirada. Duqueit me observo fijamente, si, te mentí. ¿Y qué? No eres mi padre.

Me ahorré decírselo en la cara, era un completo infantil.

Solo camine por delante de todos sin emitir palabra alguna.

Adelante mío un delgado castaño recogía flores y algunos frutos que encontraba en árboles y arbustos. Sonrei para acercarme y apoyar mi brazo sobre su hombro.

—¡Te ves como todo un campesino! ¡me encantas!. — Besé su mejilla con efusión. Yuma me miró con una sonrisa tristona.

—No tienes que intentar animarme Nagisa, con traerme fue suficiente. — Si, después de que Yu pasara la noche en casa, le llamé en la mañana siguiente a su madre para pedirle permiso de llevarlo conmigo al viaje familiar.

Prohibido (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora