❝La leyenda de los lobeznos gemelos se hizo realidad ¿Qué podría salir mal?❞
Un mes más tarde la pareja festejó su unión con una pequeña ceremonia en los bosques que cuidaban. Sora lució una preciosa barriguita bajo aquel kimono blanco como la nieve.Desde ahí todo había ido para mejor, Sora recibió el título de Líder de los Yuki poco después para que así Ōkami-san descansara como lo merecía. Kuro, su hermano se hizo el segundo al mando aunque el casi pelinegro disfrutaba más de su vida ANBU.
Los esposos Nara ahora vivían justo en medio de ambos distritos, si veías hacia la izquierda la puerta del distrito Yuki resaltaba en el bosque pero si veían a la derecha la zona Nara se apreciaba. Niguno había sido egoísta con el otro, ambos podían encargarse de sus Clanes de la mejor manera e inclusive representar una unión más estrecha entre ellos.
—¡Sora-senpai!— se escuchó un grito infantil en el jardín de su casa. La ahora Nara salió lo más rápido que su barriga de ocho meses le dejó encontrándose con Furēku, uno de los niños que entrenaba.
—¿Qué sucede? ¿Algo pasó en el Clan?— llevó la mirada hacia la izquierda notando que todo seguía tranquilo sin embargo el niño asintió con fuerza.
—¡Tsuki está pariendo a la nueva camada!— exclamó. Los ojos de la Yuki se abrieron de par en par e inmediatamente entró nuevamente a su casa no sin antes haber gritado un:
—¡Adelántate Furēku! Llego en cinco minutos.—
Buscó su capa polar en su perchero colocándosela con prisa. El Nara observaba todo con una sonrisa desde la cocina, Sora estaba tan emocionada que no lo había notado.
Cuándo ésta iba a salir, la voz del hombre la detuvo: —Nevada, espera. — la ojiazul giró hacia él dándole una brillante sonrisa. Su ahora esposo se acerco a ella colocando bien el gorro de la capa sobre su cabeza, cerró los botones para cubrir perfectamente su abultado vientre para al último besar sus labios con suavidad mientras acariciaba su pancita. —Con cuidado Sora, tú también llevas un cachorro en tu interior... Y tú pequeño o pequeña, no le des problemas a mamá.— susurró lo último para así dejar ir a su esposa. —¡Y felicita a los nuevos padres!— exclamó refiriéndose a la pareja de lobos Alfa, la chica rio en el camino sintiendo la atenta mirada de su esposo.
Shikamaru se quedaría ahí de pie hasta verla entrar por el portón Yuki. La mujer estaba a nada de reventar, un mes exactamente y como lo predijo era tremendamente sobreprotector.
El aire le faltó cuando a medio sendero Sora se dobló sosteniendo su vientre. Los guardias corrieron para socorrerla pero el Nara llegó primero estrechandola entre sus brazos: —Ya viene Shika-kun.—
Esas palabras bastaron para volverlo loco. Había podido planear una estrategia para una Guerra pero ningún movimiento se le ocurría para esto. Volviendo en sí, les dio una mirada rápida a los guardias soltando un: —Busquen a los médicos Yuki y den aviso al Clan Nara, llevaré a Sora a casa.— ambos asintieron ante las órdenes del estratega y en menos de un minuto lo vieron aparecer en el porche de su hogar con la mujer entre brazos.
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𝒀𝑼𝑲𝑰 - 𝑵𝒂𝒓𝒂 𝑺𝒉𝒊𝒌𝒂𝒎𝒂𝒓𝒖.
FanfictionUn cielo nevado llega a la vida del Genio de Konoha: Repentina, inesperada, divertida e irónicamente cálida. ¿Será lo suficientemente problemática como para captar su atención?