Un cielo nevado llega a la vida del Genio de Konoha: Repentina, inesperada, divertida e irónicamente cálida.
¿Será lo suficientemente problemática como para captar su atención?
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Drabble 02.
Dos meses después del encuentro en el cementerio.
—¡Sora!— la chica peliazul giró hacia la dirección de donde provenía el grito. La kunoichi de vestimenta China corría efusiva hacia ella con un grupo de más chicas siguiéndole. —¡Es viernes de chicas!—
¿Qué? Ellas nunca hacían esas cosas.
—Problemático.— su compañero soltó, estaban con los últimos detalles de la misión que tendrían el lunes. Ambos saldrían hacia las fronteras de los bosques donde se había reportado la actividad extraña.
—Nara, nos llevaremos a Sora quieras o no.— esa fue Tenten, nuevamente, la de ojos azules le dio una mirada de confusión al de coleta. Ni siquiera ella sabía que sucedía.
—Parece que no deseas verme, Yuki. ¿Acaso no me has extrañado?— esa voz, los ojos de la Yuki se abrieron de par en par al ver a su compañera de equipo.
—¡Akira!— chilló poniéndose de pie para abrazarla.
—Debimos empezar por ahí.— soltó esta vez Ino ¿Qué hacían todas ellas ahí? Sora únicamente conocía a Tenten, Akira, Hinata e Ino, ésta última sólo un poco pues compraba semanalmente en su florería, pero no iba más allá de eso y tampoco tenía una relación con la pelirosa de cabello corto que estaba también en el grupo.
—Como Akira venía pensé que sería bueno que nos juntáramos todas las kunoichis.— se encogió de hombros. —Yo un año mayor, ustedes un año menor y todas ellas que son de la misma edad.— explicó Tenten.
—¡Es hora de que las chicas se junten!— esa fue Akira con su hiperactividad. Para este punto el Nara estaba totalmente dispuesto a dejar ir a Sora sin objeción alguna.
—Pero tengo trabajo que terminar con Shikamaru...— susurró Sora alejándose de las chicas. —Sí quieren las alcanzo en una hora no pue— el Nara la interrumpió.
—Tú hiciste toda la estrategia sola, déjame hacer a mí el plan de respaldo.—
—¿Seguro?—
—Por supuesto, aparte sería un fastidio tener a varias kunoichi enojadas conmigo por no dejarte ir.— las chicas sonrieron maliciosas al verlo estremecer. —Solo no tomes mucho Sora, recuerda que vives en el bosque y hemos tenido actividad sospechosa en el.—
—Copiado.— asintió con una sonrisa. —Nos vemos el lunes.—
Sin dejarla escuchar su respuesta, el grupo de chicas tiró de ella hacia el restaurante donde habían apartado un pequeño anexo para pasar la noche.
[...]
—¿Y cómo es la vida de casadas?— cuestionó Ino de forma soñadora. Las únicas casadas en su grupo se vieron entre sí sonriendo.
