❝ Siempre soñé únicamente
para mí, nunca soñé con tener
a alguien acompañándome. Ahora
no puedo dejar de soñar que compartimos el mismo camino. ❞—¿Segura de qué puedes trabajar, Sora? Te puedo dar más días de descanso.—
El Rokudaime estaba consternado. En los meses que Sora llevaba trabajando para él, le había tomado el aprecio de una hermana menor así como la confianza, era divertido molestarla con Shikamaru.
—Le dije que no viniera ¡Pero es terca como una mula!— Shikamaru le siguió, poniéndose del lado del peliplata.
Soltando un suspiro bajo, mentalizandose para lidiar con los hombres, Sora sonrió tranquilamente comenzando a caminar hacia la salida para dirigirse a la oficina que compartía con Shikamaru.
—Me encuentro bien, hombres. Parece que no conoce las habilidades de la que fue su alumna, Hokage-sama.— girando sobre su eje desde el marco de la puerta, ésta le dio una mirada juguetona al Hatake, que en respuesta sólo puso sus ojos en blanco.
—Solo Kakashi.— corrigió. Qué mal le caían las formalidades. No estaba tan viejo ¿O si? —¿Cómo lidias con su tranquilidad, Shikamaru? Por Kami-sama, denme un respiro... Me encuentro tan acostumbrado a la hiperactividad del equipo siete.— se quejó dejando morir el tema.
Shikamaru volteó a ver a Sora dispuesto a llevársela a su casa a rastras pero al verla caminar a paso lento, con una adorable mueca en su rostro, cualquier rastro de decisión se fue haciéndolo suspirar rendido. Solo ella tenía aquella habilidad.
—Cierra la boca Nara o te entrarán moscas.—
Un tomate se veía pálido al lado de Shikamaru en estos momentos, Sora giró su rostro sobre su hombro viendo a ambos hombres de manera dudosa, las risas del Hokage habían llegado a sus oídos de manera escándalosa.
—¿Estás bien vago? ¿Tienes fiebre o algo?— le preguntó al masculino cuando éste cerró la puerta detrás de su espalda aún con las carcajadas del peliplata de fondo.
—No, no, solo volvamos al trabajo... Par de fastidiosos.— gruñó lo último mientras tomaba la mano de Sora guiándola hasta la oficina.
[...]
—Sora...—
—Uhm.—
—¿Crees que puedas ir a mi casa esta noche?— la peliazul dejó los papeles de lado prestándole más atención. —El día que fui a rescatarte dejé a mamá a media cena, cuando regresé a la mañana siguiente tuve que contarle el porqué... Y luego me golpeó diciendo que tenía semanas sin llevarte.— finalizó haciéndola reír. Yoshino-san tenía un aura oscura de terror, pobre de su Shikamaru.
—Por supuesto, de hecho te invitaría a comer esta tarde pero pasarlo en tu casa suena mejor.—
—Oh, ¿Así que me pedirías una cita?— jugueteó el Nara, tratando de ignorar la sensación de emoción que le causaba el que fuera así.
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𝒀𝑼𝑲𝑰 - 𝑵𝒂𝒓𝒂 𝑺𝒉𝒊𝒌𝒂𝒎𝒂𝒓𝒖.
FanfictionUn cielo nevado llega a la vida del Genio de Konoha: Repentina, inesperada, divertida e irónicamente cálida. ¿Será lo suficientemente problemática como para captar su atención?