Cobarde.

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❝ El cobarde número uno
de Konoha era yo, no tú, nevada. ❞

—Sora

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—Sora.— sin respuesta. —Sora.— volvió a repetir.

¿Qué había pasado? Sora había salido corriendo ¿Por qué? Joder no lo sabía, era más que problemático.

Ahora tocaba la puerta de su departamento sin darle tregua. Esperen ¿Por qué tocaba la puerta si podía entrar por la ventana?

Idiota.

Se dijo así mismo mientras corría fuera del edificio, llegando a la pared lateral de este ubicó la ventana de Sora dando un salto para llegar hasta ella.

No estaba en su habitación. Entró, recorrió. No estaba en la cocina, ni en la sala, ni en el baño.

¿Dónde estaba Sora? Él la había visto dirigirse hacia acá ¿Por qué no la detuvo? Pudo haber hecho su jutsu ¡Bah, esa chica reducía su habilidad estratégica a un cero!

Saliendo nuevamente por la ventana, éste alzó la mirada a la luna. Comenzaba a creer que Naruto peleando con Toneri había sido una forma más fácil de conquistar a Hinata que él con sus palabras torpes intentando llegar al corazón de Sora.

Claro, él no sabía que desde hacía mucho se encontraba dentro de este.

—¡Haku!— soltó cuando vio al Alfa de la manada correr por las calles de Konoha. Éste se detuvo escuchando la voz del Nara, se sentó sobre sus patas traseras esperando por alguna indicación.

Lucía ansioso.

—¿Dónde está Sora?— Shikamaru juraba que los lobos de Sora ponían muecas. Haku en estos momentos lo veía como diciendo ¿En serio? ¿Tú me preguntas eso?

El Nara comenzaba a sospechar que Haku había presenciado todo desde las sombras, como siempre, cuidando de Sora.

—Sí, sí, fue mi culpa.— alzó ambas manos acercándose al lobo. —Esto es problemático pero ayúdame a encontrarla.—

Por tantas veces que había pensado cuán fastidioso era hacer equipo con un perro cada que veía a los Inuzuka, ahora él estaba haciendo equipo con los antecesores de los perros. El karma era bueno.

Haku gruñó en respuesta comenzando a correr hacia el cementerio.

¡El cementerio! ¿Cómo no lo pensó antes? Sora iba al menos una vez por semana a ese lugar.

Ambos se detuvieron unos metros antes de dónde la tumba que Sora visitaba, se ubicaba. Haku observó al Nara por cortos minutos antes de trotar ocultándose en las sombras.

Agudizando su vista, agradecido con la brillante luna llena que alumbraba el lugar con sus rayos blanquiecinos, Shikamaru pudo distinguir el cuerpo de la chica arrodillado frente a la tumba.

Dudando en acercarse o no, terminó haciéndolo a sabiendas de que probablemente Sora había sentido ya su presencia. No era que se hubiera molestado en ocultar su chakra.

Entre más cerca estuvo de ella, pudo distinguir mejor como es que ésta lloraba bajamente haciendo que su cuerpo se sacudiera esporádicamente por los sollozos retenidos.

Sin emitir palabra se arrodilló por un lado de ella dejando que una de sus manos acariciara su espalda buscando reconfortarle.

—Shi-Shikamaru... Yo...— tartamudeó evitando la mirada del de coleta.

—No te molestes nevada. Si aún no estás lista para contarme o corresponder a mis sentimientos: no importará. Solo deseo asegurarme de que estés bien... Vamos a casa, anda.— susurró jalándola con delicadeza para poder ponerla de pie.

Se agachó pasando uno de sus brazos por la flexión de sus rodillas mientras el otro la sostenía por su espalda. Tomando impulso comenzó a saltar de edificio en edificio hasta llegar a la ventana de la chica.

Hizo su procedimiento común entrando a la habitación, con el pequeño cambio de que esta vez depositó a la chica sobre su cama arropándola con la manta color blanco.

—Descansa Yuki.— soltó sonriendo al ver como la chica se acurrucaba aún más entre las sábanas. Dispuesto a irse para darle su espacio, se dio la vuelta con dirección a la ventana. Una mano en su muñeca lo detuvo.

—Quédate conmigo.— eso fue suficiente para hacer el corazón de Shikamaru explotar. Después de todo, era una esperanza ¿Cierto?

Obedeciendo a la mujer que lo tenía comiendo de la palma de su mano, se quitó sus sandalias para así introducirse a la cama junto a ella. Suspiró cuando el delgado cuerpo de la chica buscó el de él, acurrucándose en este.

—Nevada.—

—¿Mhm?—

—De nosotros dos, el cobarde que huye de lo problemático soy yo. No intentes quitarme el puesto.—

Susurró besando suavemente la frente de la chica, preparándose para la inminente conversación que se venía encima.

Por la Yuki, él estaba dispuesto a dejar de ser quién escapaba de las cosas problemáticas. Dejar aquel título que se había autoimpuesto para comprender a la chica que había robado su corazón.

¿Qué les parece chicas? Opiniones, sin miedo a comentar js.

𝒀𝑼𝑲𝑰 - 𝑵𝒂𝒓𝒂 𝑺𝒉𝒊𝒌𝒂𝒎𝒂𝒓𝒖. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora