Ben y Rey caminaban por el parque comiendo sus conos de helado, estaban tranquilos disfrutando del clima y del uno del otro. Una que otra vez, Rey molestó a Ben comiendo de su helado, él hizo lo mismo en venganza, lo que luego causó que el helado de Rey cayera al suelo. - Lo siento - dijo Ben, apenado.
- No te preocupes, fue culpa de ambos - miró su cono en el suelo con tristeza.
- Puedo compartirte del mío - le acercó aquel helado.
- Gracias - sonrió con dulzura y comió un poco - Te amo - se acercó a él y besó su mejilla.
- ¿Qué quisieras hacer luego de esto?
- No lo sé, me siento feliz aquí.
- Entonces quieres seguir en el parque - contestó él.
Rey asintió - desde hace meses que no pasamos tiempo así, entonces creí que deberíamos aprovechar - se encogió de hombros y tomó otro poco de helado.
- Tienes razón, debemos apreciar este tiempo. Mañana tenemos trabajo de nuevo - mordió el cono y lo último se lo dio a Rey - y no es que odie mi trabajo, pero creo que olvidan que sus trabajadores necesitan también vacaciones - volteó los ojos.
- Ben, tuviste vacaciones hace dos meses - lo miró incrédula.
- Pero extraño estar a tu lado siempre, con mi trabajo nada más nos vemos dos o tres veces por semana - hizo un puchero.
- Ya, tranquilo - rió y acarició su mejilla - disfruta del momento.
Ambos se tomaron de la mano y siguieron caminando tranquilamente, vieron una banca desocupada y decidieron ir a sentarse. Ambos estaban abrazados mirando los árboles, hasta que el sonido de una notificación ene el teléfono de Rey los sobresalto.
- Debe ser alguna notificación de alguna aplicación, no hagas caso - dijo Ben, con su cabeza enterrada en el cabello de ella.
- Ben, ¿y si es algo importante? - preguntó Rey moviéndose un poco.
- ¿Qué sería mas importante qué estar en el parque rodeada de árboles y tranquilidad?
Rey suspiró - Bien, no lo veré - acarició el cabello negro de su precioso novio.
- Te amo - susurró él, con la voz media ronca ya que comenzaba a quedarse dormido con las caricias de Rey en su cabello.
- Y yo a ti, tontito - rió En voz baja al verlo medio dormido.
Ella se movió un poco y sacó el celular, Ben estaba recargado en su hombro, aunque para eso él tuvo que acomodar su gran cuerpo de tal manera que quedara más bajo que ella. Prendió el móvil y luego de vera hora en lnpantalla de bloqueo, se dio cuenta que tenía varios mensajes, así que desbloqueo el teléfono y vio los mensajes.
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Ella se hizo hacia adelante, causando que Ben cayera entre el respaldo de la banca y ella, se movió y estiró.
- ¿Qué sucede? - preguntó tallandose los ojos.
- Debemos irnos, ya - lo miró un tanto asombrada con algo de temor.
- ¿Por qué? ¿Qué sucede? - dijo alertandose ante el rostro de la chica.
- Olvidé algo importante - contestó rápidamente y levantándose de aquella banca.
- ¿Y planeas decirme qué es? - también se levantó y siguió a Rey quien ya iba caminando.
- La fiesta de Finn - contestó de manera seria - la organizamos desde hace semanas y se me olvidó. Soy una mala amiga - su rostro denotaba tristeza.
- Rey - habló con dulzura - no digas eso, eres una gran amiga y el hecho que hayas olvidado eso, no significa lo contrario. Es sólo que no haz tenido tiempo para ti por el trabajo y solamente querías descansar - tomó su rostro con ambas manos.
- Pero eso no quita que olvide eso.
- Eso ya no importara cuando lleguemos.
- Pero no traemos auto - miró hacia otro lado.
- Correremos, no creo que esté tan lejos.
- La casa de Poe esta a casi una hora caminando - lo miró incrédula.
- Corriendo haremos menos tiempo - sonrió.
- Ben, es demasiado tiempo, no lo lograremos.
- Confía en mí. Yo confío en que lo haremos.
Ambos comenzaron a correr, se veían en buena condición pero hacía tiempo que no hacían ejercicio, así que pronto uno de ellos comenzó a cansarse.
El sudor de sus frentes era notorio al igual que aquel sonrojo en sus mejillas y sus respiraciones eran agitadas ya que llevaban haciendo esa actividad durante media hora.
- Ben - dijo Rey jadeando - estoy muy cansada.
- Podemos parar si quieres - él se detuvo y tomó su mano.
-Estaré bien, sólo necesito tomar un poco de aire - sonrió, respiró profundo y siguieron corriendo.
- Ya vamos a llegar - habló ella con la respiración entre cortada.
- Qué bueno, porque ya me estoy cansando demasiado - contestó Ben jadeando.
- Estamos a una cuadra - habló entusiasmada.
- Pues eso espero, necesito un poco de agua.
Rey rió a lo bajo y comenzaron a trotar, el sudor comenzaba a bajar por sus cuellos pero eso no los detuvo.
Luego de unos tres minutos, al fin llegaron a la casa de Poe, se podían visualizar los autos de sus amigos y cuando estuvieron en la puerta, escucharon la música a todo volumen puesto que al parecer la fiesta era en el jardín trasero. Tocaron la puerta y nadie abrió, Rey tomaba aire, mientras Ben volvía a tocar la puerta, ambos estaban exhaustos y estaban que abrieran rápido ya que necesitaban secarse el sudor y tomar mucha agua. Al no obtener respuesta nuevamente, decidieron entrar por la puerta que daba directamente hacia el jardín.
- ¿Por qué no pensamos antes en entrar por esa puerta? - cuestionó Ben aún agitado y peinando su cabello sudado.
- Ni idea - Rey suspiró y abrió la puerta, llegando en segundos a la parte trasera de la casa.
Todos sus amigos voltearon a verlos, impactados por su aspectos, ellos saludaron y sus amigos respondieron riendo.
- ¿Qué sucedió? - preguntó Poe sorprendido.
- Corrimos varios kilómetros para llegar. ¿Podríamos pasar Ben y yo a dentro para secarnos? - señaló a Ben y a ella misma.
- Por supuesto.
Ambos entraron y llegaron al baño, tomaron algunas toallas y al fin se secaron.
- Por fin. Ahora podremos ir a toma un poco de agua también - dijo Rey algo emocionada.
- ¿No hay beso para quien pensó en correr y llegar rápido? - se señaló a si mismo.
- No, ahora que lo pienso, pudimos tomar un taxi - lo miró seria.
- Yo había gastado todo lo que tenía en el helado - se excusó.
- Y yo también - respondió volteando hacia la puerta - bueno, tal vez si fue la mejor opción y así no parecer tan mala amiga - se acercó a él y besó su mejilla - gracias.
Él sonrió y aquella pareja salió rumbo al jardín junto a sus amigos quienes no volvieron a preguntar por su aspecto, dándoles una botella de agua a cada uno.
