Primera Sesión

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____________Día 113_________

El amanecer llegó y mis ganas de escapar de aquel lugar incrementaban, las enfermeras eran buenas conmigo inclusive me ayudadaron a conseguir algunas hojas blancas y bolígrafo para retomar mi diario de conteo regresivo.

Al terminar de escribir, para mi fortuna llega Dom, en compañía del doctor y algunas enfermeras, traían con sigo una silla de ruedas, ya sabía mi siguiente destino.

Nos dirigimos hacia el área de quimioterapia para tener la primera sesión de quimioterapia, la cual no fue nada agradable, pero me encontraba agradecida de que fuera Dom, quien estuviera a mi lado, justo antes de que la enfermera colocará aquella primera venoclosis, mientras estaba recostada en aquel aparatoso pero cómodo sofá del aérea de oncologia.

Pasaron algunas horas, pude ver algunas chicas, señoras, niños llegar a su siguiente sesión.

Dom, no estaba del todo agusto viendo lo que ocurría en el lugar, no era lo mismo para el tratar con cadaveres fríos que ver cuerpos aún con pulso aferrándose a vivir.

El sujetaba fuerte mi mano, podía sentir como su corazón se rompía en mil pedazos.

-Ey fortachon.

Dom, regresó su mirar hacia mí.

-Prometeme que no me verás de esa forma en las próximas sesiones.

-¿De qué hablas? -preguntó sin poder evitar sentirse débil, cristalizando su mirar.

-Se que es difícil esto para ti, al igual que para mí, hace algunos años lo viví con mi madre y su lucha contra el cáncer.

-¿Porque nunca lo dijiste?

-Por qué me mirarías de la misma forma que ahora lo estás haciendo.

-Perdón.

-No te preocupes, trataré de acostumbrarme, pero espero cuando no esté aquí, recuerdes lo mejor de los días vividos y por vivir aún.

-Lo haré, sabes que eres para mi como la hija que nunca pude tener.

-Es mi mayor miedo Dom, no quiero causarte daño el día en que ya no esté.

-Tu más que nadie sabes que es posible vivir con dolor.

-Así es, por ese motivo no deseo causar más dañó.

Los minutos eran agonizantes con aquel goteo de aquel líquido que se deslizaba lentamente por aquella delgada mangera hasta llegar a dentro de mí, así pasaron algunas horas, Dom decide ir por algo de almorzar, mientras Patrick llegaba, habían pasado algunos días sin saber de él, debo de admitir que tranquilizó mi ser el verlo llegar.

-¿Como te sientes? -pregunto-al llegar, con aquella sonrisa que conquistaria a cualquiera que se cruzará.

-Aún no siento náuseas, solo un poco de calor, pero Dom fue por un frappe para calmar mi sentir.

-Perdon por desaparecer de esta forma, se suscitaron algunos problemas con mi máquina de diálisis, los cuales tuve que resolver.

-No te apures, estoy bien, solo espero que también te encuentres mejor.

-Afortunadamente solo se averió una pieza la cual ya fue sustituida, pero tuve que hacerlo de manera mecanica para no afectar el ciclo, fue por ello que decidí no salír, es agotador hacer tres dialis al día.

-Entiendo, no te apures, en verdad comprendo.

-!Te vez hermosa¡-menciono.

-Menos demacrada, dirás.

-Eres hermosa.

Tomo un pequeño banco, colocandose a un lado de mí, sujetando mi mano, tranquilizado de alguna forma aquellos nervios que eran inevitables.

-Quiero confezarte algo-agregue aquel silencio.

-¿Que ocurre?

-Antes de ti, conocí a un chico, jamás tuvimos algo que ver, solo intercambiabamos sexo por droga, como ya haz de saber no soy del todo una santa.

-Lo sé y, no necesito saber más.

-Quiero ser lo más clara posible, no quiero alejarte de mi corta vida, por no haberte confesados algunas cosas.

-Lo que allas hecho antes de mí, no tiene porqué afectarme, sólo prometeme que si decidiste dejarlo en tu pasado es ahí donde quedará por siempre.

-Lo prometo, pero antes debo de hablar con el para cerrar el ciclo.

-¿Aún lo amás? -preguntó buscando en mis ojos alguna respuesta.

-No, nunca lo pude amar.

-Entiendo, haz lo que tengas que hacer, que yo seguiré aquí para ti.

-Gracias por entender -respondí mientras un beso intenso se suscitó en aquella sala de oncologia.

No se si era el efecto de aquella quimioterapia, pero mi cuerpo en aquel instante comenzó arder.

-Diilcupen la interrupción, después de esta sesión, veremos como reacciónas, en los próximos días sentirás un poco de náuseas, podrías perder el apetito, incluso tendrás agotamiento, Jazz-dijo -el oncologo que llegaba a supervisar el tratamiento.

Era claro que mi ritmo de vida cambiaria.

-Doctor, ¿mi novia podrá hacer algún viaje? -espetó.

-Claro, siempre y cuando se sienta ella con ánimos.

-Perfecto-respondio-entusiasmado.

Aquel doctor le pidió a Patrick unos segundos para poder hablar a solas, sabía que la información que le daría no sería del todo alentadora, después de unos segundos Patrick agradeció su atención dando una pequeña palmada en su hombro, para después despedirse de él y, regresar a mí.

-¿Algo de lo que deba preocupar? -mencioné, cuando Patrick volvió a tomar mi mano.

-No, todo bien.

No quise preguntar más al respecto, confíe en su palabra, pero el por un instante se mostró preocupado.

-¿Donde te gustaría viajar?

-¿Porque la pregunta?

-Curiosidad.

-Bueno, no soy Hazel con aquel sueño frustrado literario, así que, me gustaría conocer el Taj mahal Méxicano e ir alguna de las iglesias que están sumergidas en algún lago-Añadí.

-Entiendo, es un viaje muy peculiar, pero sin duda lo podremos hacer.

Dirigió mi mano que sujetaba hasta llevarla a sus labios para cerrar aquel pacto con un delicado beso.

Era mi turno de poder crear nuestra historia de amor con Patrick el chico tal vez imperfecto para otras, pero tan adecuado para mí.

Dom, llegó con una charola con tres frappes y algunas bolsas de papel con algunos bocadillos, dando a cada uno de nosotros un vaso y terminar brindando aquella tarde.

Yo insisti que no teníamos porqué brindar, después de todo para mi no era nada confortable, pero para ellos era un agradecimiento, por un día más de vida de la pequeña vampira gótica de Jazz, ya que existía la posibilidad que no despertará después de aquellos días en que me encontré inconsciente.

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125 Días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora