125 Días.

Te voy a perder

_________Día 95________
Increíble que la vida pase tan rápido y, con ello mi fin llegue de golpe.

Estoy convencida que solo tal vez no llegue al día cero, que está cuenta regresiva, acabe antes de lo previsto y que lo que pudo iniciar como un cuento de hadas, se transforma en una historia de terror.

Hoy cancele mis sesiones de quimioterapia, ya no puedo cargar con más dosis de veneno dentro de mi, el no poder saber nada al respecto de Patrick me termina de agotar.

Tezli aquella tarde decidió acompañarme por las calles de la mecerd y Sullivan, donde posiblemente podríamos encontrarlo,  vigilando los movimientos de cada Scort del lugar, me quite la pena y pregunté alguna de ellas por su posible paradero, pero no sabían de quién hablaba por la descripción mencionada, Tezli incluso se encontraba confundido, el juro que lo encontrariamos en aquellos lugares.

Cada día que pasó, me convencia que el ya había partido de este mundo.

Ir en carretera rodeando con mis brazos la cintura de Tezli, en aquella motocicleta,  me hacia recordar  aquellos ayeres de aventuras que vivimos.

Tezli trató de animarme un poco llevándome al estudio de fotografía que había olvidado de su existencia, algunos rollos de capturas fueron revelados aquella tarde, por un instante el hacer aquello que me apasionaba ayudó aliviar mi alma, que se encontraba rota y perdida a cada segundo.

De pronto mientras sujetaba con algunas pinzas el papel que se encontraba sumergido en aquella charola de plástico, lentamente unas manos se deslizaron por mis brazos, eran de Tezli.

Habían pasado algunos días en los cuales el se había vuelto parte fundamental de mis días, de lo poco que quedaba de ella, en ningún momento se marchó de mi lado, siempre acudía a verme por las noches, las cuales no siempre acepte en verlo, solo optaba por saludarlo por la ventana, el se conformaba con ello.

El saber que me encontraba viva, tranquilizaba su ser y de alguna forma deje de sentirme tan sola.

Dom y Faustus, después de aquella confrontación, su relación cambió para bien, al meno a alguien le iría bien en el amor despues de todo y me alegro el saber que era Dom, el afortunado.

En aquel estudio de revelado, deje que lentamente mi mente y cuerpo hicieran erupcion a la par de aquellas manos eléctrisantes que lentamente con pequeños besos en mi cuello me llevaron a desear de forma distinta la sed de su insistencia de amarme.

Quisiera decir que no ocurrió algo aquella tarde, pero aquellos residuos de líquido que se desbordaron de aquella bandeja y mis gemidos incontrolables por sentir delicadamente su dedos y lengua deslizarse por mis pecho y abdomen, hasta llegar a mi clitoris me llevaron a enloquecer.

Quisiera decir que en aquel momento no pensé en Patrick, pero sería mentira.

Aquel rigor con el que me subió aquella mesa, de un solo impulso, desgarrado aquella camisa de golpe, tomando mis pecho con total lujuria, deslizando su lengua, probando aquellos inchados labios.

Perdón Dios, perdón Patrick, perdon por haberme dejado llevar de esta forma, pero mi cuerpo pedía a gritos desbordar este ardor, que se convertía en hielo dentro de mí.

—Te amo Jazz—dijo—Tezli, después de que ambos termináramos agotados en el piso de aquel estudio, desplomandose a un costado de mi, sin poder evitar mirarme.

El algún instante buscaba perder mi mirar  en las fotografías que estaban guindando, deseaba en algún punto dejar de pensarlo, pero en aquel instante logré visualizar una fotografía de aquel viaje estraordinario en yucatan, donde mis brazos rodeaban su cuello, mientras que el viento deslizaba aquel vestido de seda largo al igual que mi cabellera suelta, en aquel mar rosa, no pude evitar llorar, imaginar que nada volvería ocurrir, que todo era solo un mal recuerdo.

Aquel tatuaje de fotografía en mi brazo lo observé, el llanto era incontrolable, pero el daño ya estaba hecho.

No logre olvidarlo, solo ocurrió todo lo contrario, se adhirió más a mí, pero ya no sabía que hacer al respecto para encontrarlo, todo era inútil.

—¿Por que no dices nada? —preguntó—mientras buscaba verse en mis ojos.

Lo mire por un instante tratando de contener mis lágrimas.

—Esto fue...

—Solo no digas que fue un error por favor—espeto completando la que sería mi frase.

El había observado también aquella fotografía, solo que trató de ignorarlo, al igual que expulsar del fondo de su ser, aquel nudo que lo estaba asfixiado dentro de su garganta, el sabía algo de lo cual  aún no quería que me enterase.

Lo inquiri en aquel instante, su mirar cambió, levantandose rápidamente del suelo, colocándose su ropa, saliendo de prisa de aquel estudio.

Tomé aquella fotografía, después de levantarme lentamente del suelo. No pude evitar llorar descontroladamente.

Esta vez no fue forzado, no hubo algún chantaje, esta vez yo quise que ocurriera, imaginando en un instante que era Patrick quien me amaba, pero por otro instante, era Tezli quien me poseía.

Me encontraba en el dilema de mi vida, no quería soltar el pasado, pero tampoco quería caminar hacia un futuro, que sinceramente solo prometía ser más caótico y angustiante en lo que queda de vida.

Pero aquellos recuerdos pesaban tanto dentro de mí, que era difícil el querér soltar.

Por un instante pensé que sería mi patética historia de amor, aquella que podría ser llevada a las pantallas de cine, donde podría ser Julieta, Hazel o Carmen en sus caótica pero amorosa historia de amor convertida en prosa.

Hoy Patrick me toca decirte adiós, no de la forma correcta, no de la que hubiera querido, pero como Dom, me hizo mención después de verme llegar a casa, perdida en mis pensamientos, debo de vivir mi presente, porque pronto ya no tendré un futuro, porque solo tal vez no existirá alguno a tu lado y todo lo que queda es un pasado que puedo valorar y recordar de la mejor forma, pero tengo que aceptarlo.

Debo dejarte marchar.

Quien te amara por siempre Jazz.