─ Claro Mang pero ¿a dónde? ¿Al bosque? ¿O prefieres ir a tu estudio? Estuve escribiendo una canción para ti, se llama "las razones por las que te amo".
─ ¿Enserio? Awwn, eres un... ─ el mayor no podía soportar toda la calidez que crecía en su pecho. ─ Una bolita de amor que en cualquier momento me matará de diabetes. Pero no, eso no era, me refería si quieres ir a un lugar más privado...
─ Claro, ¿quieres ir a mi habitación? Aunque creo que Chimmy esta ahí... podríamos ir a tu habitación.
─ No, ahí esta Koya y es él a quien no quiero ver.
─ ¿Por qué? ¿Discutieron? ─ Tata no quería que su novio estuviera en malos términos con sus amiguitos. ─ No, no es eso, es solo que entre todas las tareas que hemos tenido en la casa no ha dejado mucho tiempo para nosotros. Si Koya me encuentra querrá hacer la cena de una vez, pero yo quiero aprovechar este momento para estar contigo y solo contigo.
─ Entiendo, sé qué podemos hacer, tú ve a la habitación de Shooky, yo iré por mis sábanas.
Ambos se encontraron en el lugar mencionado, y para su suerte Shooky se encontraba ahí. Armaron un fuerte con las sábanas de Tata y las almohadas de la pequeña galleta, encargaron a este último que vigilara y no los interrumpiera nadie.
─ Muy bien, ¿entonces solo vigilo a que nadie venga y los vea? Pero... ¿y para qué me pongo audífonos?
─ Es para que no nos escuches.
─ ¿Tanto ruido van a hacer? Pero esta bien, eso es cosa suya. Cumpliré siempre y cuando me dejen saltarme hasta el postre a la hora de la cena.
─ Galleta, tenemos un trato.─ Pasó poco tiempo hasta que todos se pusieran en acción. Shooky estaba muy sumergido en la música que Mang le había entregado, tanto que para disfrutarla mejor, cerró los ojos y se olvidó de todo lo demás.
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A los pocos minutos llegó Koya preguntando por Mang, Shooky sintió una presencia extraña por lo que decidió sacarse los auriculares.─ ¿Koya? ¿Qué haces aquí?
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─ Estoy buscando a Mang, ¿Lo has visto?─ La pequeña galleta negó con la cabeza.─ ¿Escuchas ese ruido extraño? Parece como si fuera... ¿Qué es esta sábana de aquí? Hay alguien aquí adentro... ─ el pequeño koala jaló la sábana de casualidad, revelando a los dos tórtolos que se encontraban adentro.─ ¡Ahhh!
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─ ¡Shooky! ¡Te dije que vigilaras!─ Reprochó Mang.
─ ¡No pensé que Koya los descubriría! ¡Ahh! Es decir, no vi nada, ¡No vi nada!
─ ¡Yo tampoco vi nada! ¡Tata! ¡Mang! ¡No vi enserio que se estaban besando! ¡No los vi! ─ respondía Koya mientras se tapaba sus adormilados ojitos.─ Un momento, Mang te estoy buscando, ¡debemos hacer la cena! ─ Con la poca fuerza que tenía, llevó a Mang hasta la cocina, dejando a su novio entristecido y a la pequeña galleta solos.
─ Lo siento Tata, parecía que estaban en la mejor parte.
─ ¿Uhm? No te preocupes Shooky, fue bueno mientras duró.
