Hoy era un día perfecto para pasarlo en el campo; el cielo azul y el sol radiante, no había mejor momento que ese. Tata y Mang habían salido desde muy temprano al campo para tener un pequeño picnic, no muy elaborado, solo fruta para merendar y agua cristalina.
─ ¿Tata, a dónde vas?─ preguntó al verlo pararse de la manta.
─ Ya vengo Mang, no te acabes la fruta sin mí jsjs.
─ Oke...─ no lo dijo muy convencido ya que los arándanos estaban al descubierto y esos eran la debilidad de Mang, después de Tata claro.
Tata fue a recolectar pequeñas flores que había visto y le habían gustado mucho. De todos los colores y formas, con estas Tata hizo una coronita de flores que unió con ramitas y colocó algunas hojas de adorno. Contento con su resultado, regresó con Mang para mostrarle su regalo.
─ ¿Uh? ¿Qué haces Tata?─ Mang podía sentir a su pequeño encima de su cabecita.
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─ Hice esta coronita para ti ─ sonrió y se la colocó con cuidado─ Listo, ahora eres el rey del campo.
─ Ay que lindo...─ se conmovió por el gesto tan tierno de su pequeñín─ Tata, espérame aquí.
Mang sin decirle a Tata lo que haría, fue a recolectar flores para poder hacerle una corona a él también. El pequeño se esmeró mucho para hacerla ya que en lo único que pensaba era en Tata y la felicidad que tendría al verla.
Vio desde lejos a Tata recostado y comiendo un pedazo de sandía, Mang fue despacio a él para poder sorprenderlo.
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─ ¡Y listo! Ahora estamos completos─ exclamó después de ponerle otra coronita de flores sobre su cabeza de Tata.
─ ¿Mang? ¿Por qué lo hiciste? Yo quería que tú fueras el rey─ dijo extrañado.
─ Sí pero todo rey necesita su reina, bueno en este caso su otro rey... Tata, ¿Qué eres? ¿Eres niño o niña?
─ ¡Son un Tata!
─ Sí ya sé pero ¿eres niño o niña?
─ No entiendo a qué te refieres...
─ Ush, olvídalo, solo digamos que los dos seremos los reyes del campo─ Mang cogió la manito de Tata y la levantó para así demostrar que son los únicos reyes del campo.
─ Esta bien─ sonrió tímidamente─ Te queda muy linda tu corona rey Mang.
