Huida

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Al día siguiente era sábado así que desidi invitar a mis amigos, los recogí en su casa a cada uno, lo que me costó convencer a los padres de Khayla, casi me hacen jurarles que le voy a traer a su niña omega a salvo, aunque los entiendo a mi lado no es que este muy segura, por lo de los que me persiguen y asi, con el alfa de Satako no hubo mucho problema todo tranquilo y si Satako es un alfa. De la casa de Satako no fuimos a un Café donde vendían varias cosas.

- Que van a querer? -- les pregunté - Yo un jugo de naranja y un sándwich --

-  Yo unos hot cakes(pancaque​) y un licuado de chocolate --

- Yo voy a pedir -- dijo Satako, mientras se levantaba.

- Que cuentas Khayla? -- no respondió - Todo bien? --

- Si, sólo que esos chicos que entraron no dejan de mirar para acá, te están mirando muy feo Sonia -- dijo preocupada.

Al decirme eso voltee discretamente, nuestras miradas se juntaron, me empezaron a dar escalofrío, me volteó hacia donde está Khayla, esos chicos me daban mala espina.

- Ignóralos, no les tomes mucha importancia -- le dije tratando de calmarme para no alarmarla.

- Aquí está lo que pidieron mejestad -- dijo Satako bromeando.

- Muy bien sirviente, sientese -- dijo Khayla siguiendo la corriente.

- Póngase a comer ya --

Terminamos de comer y me levanté a pagar, después de pagar me dirigí a la mesa, al sentarme una mano tocó mi hombro.

- Necesitan irse ya -- era Reima.

Pasó lo mismo con Satako y Khayla, nos levantamos, al salir del Café empezamos a correr.

- Que pasa? -- preguntó Khayla.

- Los quieren matar -- dijo Tormenta.

Seguimos corriendo, mi vista se nublo mi habían lanzado un somnifero, me lo quité pero ya me había hecho efecto, dejé de correr, debía haber un lugar donde no nos encontraran.

- No te detengas Sonia -- me dijo Satako.

- Los laberintos -- grité y salí corriendo hacia ellos.

Todos salieron corriendo detrás de mi, la pierna derecha se me había dormido.

- Suban -- les dije mientras me detenía con las escaleras - Sigan por los techos hasta la casa roja --

Después de decir eso camine hasta un callejón que salía cerca de donde iban a estar ellos.

- Ahí está -- gritaron los que nos seguían, me habían visto.

Di vuelta donde no debía, pero tenía que perderlos, me escondi en unos botes de basura, se me habia dormido también la pierna izquierda, intente no hacer ruido pero ahí olía horrible.

- Esta basura está muy pesada -- dijo un desconocido - Listo --

Avento la bolsa de basura, justamente en el bote donde yo estoy, me estaba aplastando y mis piernas están dormidas. Escuche pasos por todos lados, al parecer ya se iban, esperé a que no se escuchará más ruido e intente salir.

- Vamos, vamos, vamos -- estaba sacando la bolsa gigante para poder salir.

- Que estas haciendo ahi? -- dijo el extraño de antes.

- Escondida -- le dije mientras me apoyaba del bote para sostenerme.

- Te ayudó -- asenti.

Mientras me ayudaba a salir, Reima estaba sentado muy a gusto viendo como batallabamos para yo salir, al último el bote se calló junto conmigo.

- Mierda -- me queje por la caída.

- Hermana con que aquí te escondias -- dijo Reima mientras me ayudaba a levantarme - Gracias por cuidarla --

- Yo no -- Reima no lo dejó terminar.

- Si, adiós -- le dijo para callarlo - Con que haciéndote la valiente --

- Por qué no me ayudaste antes? -- no me respondió.

Cuando ya estábamos un poco lejos Reima me cargo y camino hacia la casa roja, no me había fijado pero el chico de antes vio a Reima, ahora hasta estaba cambiando, no traía la capucha de antes, si no más bien traía un Jeans negro, una camisa blanca y una sudadera negra. Llegamos a la casa roja, esa casa estaba abandonada desde hace tiempo, al llegar empezó a llover como si no fuera un mañana.

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Hoy subiré dos capítulos por que ayer no subí ninguno.




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