Como yo

Mucha información

- Como que por que?, sabes quiénes son ellos no? -- le pregunté.

- Bueno lo único que se es que nos acompañan por toda la vida, y que algunas personas nunca los ve, son como nuestros cuidadores --

- Si, algo así -- le respondi.

- Supongo que pueden ver a Elden -- dijo muy alegré.

- Yo no la veo --

- Tampoco yo, pero es normal yo no podía ver a él de la capucha -- dijo Satako.

- Okay, y como se llaman? -- pregunto.

- Mi nombre es Tormenta --

- No tengo nombre pero puedes decime el de la capucha -- dijo serio.

- Por que no le has puesto nombre? -- me pregunto confundida.

-  Por qué no se me a ocurrido ningún nombre bueno, a parte lo pude ver en una situación muy complicada --

- No exageres, ni que te hubieran estado persiguiendo --

- Que comes que adivinas -- le dije sorprendida.

- Te estaban siguiendo?, por qué? -- pregunto un poco confundía al igual que Satako.

- Bueno es algo complicado --

Le explique como fue que conocí a él de la capucha, y todo lo que a pasado desde ese dia, e incluso lo que pasó con la carta y con el signo del destino.

- Mucha información, oye crees que una de esas tumbas sin nombre sea la mia? --

- La verdad no lo se, pero es muy probable que si -- le dije sincera -- mejor hay que cambiar de tema --

- Si mejor dinos Sonia, como le vas a llamar a él de la capucha? --

No sabía que nombre ponerle pero si me fijó en como es le pondría silencio, aunque la otra vez vi un nombre que me gustó mucho, después de pensarlo un poco ya sabía cómo se iba a llamar.

- Te vas a llamar Reima, que significa sabio protector -- le dije alegre al de la capucha.

- Jaja, me gusta -- me dijo mientras me miraba con sus ojos estrellados.

- Te reiste, Reima te reiste -- le grité alegre - Por qué no te ríes más seguido? -- le pregunté, mientras que todos los de la escuela me miraban, por haber gritado.

- Aquí no hay fiesta, que ven? -- les dijo Satako  a todos los que me miraban, pero de nada sirvió.

- Tenemos monos en la cabeza o qué? -- les gritó Khayla.

Todos se voltearon, algunos enojados otros avergonzados, pero me dejaron de mirar.

- Gracias -- le dije a Khayla y Satako.

- Si tú nos vas a salvar, nosotros te vamos a defender -- me dijo Khayla.

- No es anda -- respondio Satako.

Después del recreo, recibimos una felicitación por el mejor trabajo, luego todo normal, en la salida camino a casa paso algo increíble.

- Si me gustó el nombre --

Me quedé con la boca abierta, Reima estaba feliz, el me agradecio pero después desapareció, estaba huyendo de mi.

- Enserio? -- le grité al aire, no sabía dónde estaba.

Después de hacer el ridículo en la calle me fui a casa, estaba feliz, muy feliz.