Alfa

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Nos fuimos por la sexta puerta, espero no haberme equivocado, seguí el mapa como si fuera la cuarta puerta, después de unos minutos salimos de esos laberintos.

- Están todos bien? -- pregunte frustrada.

- Si -- dijo Satako por todos - Ahora que vamos a hacer?

- Vamos a llevar a Khayla a su casa, espero que se despierte antes de llegar no quiero un sermón --

Al parecer tomé la mejor decisión, todos estábamos bien, nos dirigimos a la casa de khayla, le debemos una muy grande por eso del campo de fuerza, cuando llegamos a su casa tuvimos que despertarla, sus padres no la podian ver asi.

- Khayla párate bien no te tambalees -- dije acomodandola.

- Tengo sueño -- dijo cerrando los ojos.

- Mira aquí están tus padres -- dije bromeando para que se acomodara.

- Donde? -- dijo asustada mientras se paraba bien.

No sabía que iba a funcionar pero da igual, tocamos a la puerta y como rayo se abrió.

- Buenas noches -- saludo educado Satako.

- Al fin llegan ya es tarde, saben que hora es?, son las 11: 30 de la noche -- se quedó callada esperando una respuesta, ya íbamos a responder pero no nos dio tiempo y siguió hablando - Le pudo haber pasado algo a Khayla -- nos dijo mientras agarraba del brazo a Khayla y la metía.

Lo bueno es que no se dio cuenta que Khayla cayó del cansancio en el piso, y después se arrastró a su cuarto.

- Tranquila señora, no le iba pasar nada a su hija junto a dos alfas -- dijo Satako mientras me apuntaba y se apuntaba con el dedo.

Reima soltó la carcajada se iba a hacer pipi ahí mismo, imagínense nosotros acá platicado con el ambiente tenso, y Reima a un lado de nosotros riéndose.

- Aún así, a la otra la quiero aquí antes de las 10:00 pm --

- Si señora, que tenga buena noche -- le dijo Satako mientras nos retirabamos.

La mamá de Khayla cerro la puerta y nosotros seguimos con nuestro camino, agradezco que no puedan escuchar a nuestros protectores.

- Reima ya cállate -- le dije pero de nada sirvió.

- Tormenta ya dejaste a Elden en su casa? -- le  preguntó Satako.

- Si, estaba muy cansada -- dijo amigable.

Seguimos caminando hasta llegar a la casa de Satako, con el no hubo problema.

- Buenas noches -- saludé.

- Tan temprano llegaron -

- Si -- respondió Satako - Adiós -- me dijo.

- Adiós -- le dije a Tormenta y a Satako.

Me pareció demasiado fácil, pero es mejor eso que un sermón, llegué a mi casa y Reima dejó de reir.

- Al fin -- dije exagerando.

- Era la cuarta puerta, sólo que tu lo leíste de izquierda a derecha y no de derecha a izquierda -- me dijo refiriéndose a las diez puertas del laberinto - Pensaron que eras un Alfa -- dijo y se volvió a reír.

- No te rías, es normal que piensen eso, no les vallas a decir nada -- le dije tranquila.

Entre a la casa y me quedé dormida, fue un día muy pesado, a parte faltaba una día para que se cumpliera los diez días para que llegara la otra carta.

Como yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora