⚠️ AVISO ⚠️
Antes de empezar a leer me gustaría que supierais que, en este capítulo se narra una discusión bastante fuerte entre dos personajes. Hice algo de spoiler ayer en el fotoadelanto y muchxs lo adivinasteis, pero vuelvo a avisar, porque no quiero hacer daño a nadie.
NO HAY VIOLENCIA FÍSICA NI NADA MUY EXTREMO, pero, si alguien es sensible a este tipo de contenido, recomiendo que deje este capítulo sin leer y pase directamente al 22 (no se perderá gran cosa en cuanto a la trama).
Ahora sí, espero que lo disfrutéis tanto como yo lo disfruté escribiéndolo.
Gracias por leer. Se acabó un montón. 💛💜
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El penúltimo día en Londres amanece cubierto, con un montón de nubes opacando la luz del sol. Apenas un rayo débil intenta entrar tímidamente por la ventana. El cielo encapotado y el viento que se escucha huracanado contrasta con el calor del mes de agosto de las últimas semanas.Un ambiente gris, apagado, como acompañamiento de esos últimos instantes de tristeza y nostalgia. Un clima que podría ser el escenario perfecto para reflejar su pena por tener que volver a casa.
Pero, lejos de cualquier pensamiento negativo, los ojos de Agoney se abren con suavidad en el momento en el que el despertador suena en la mesita de noche. Suspira con gusto y abandona un sueño largo, reparador.
Escucha un sonido adorable al otro lado de la cama y se tumba de medio lado para poder mirarle. Raoul se despereza sin poder despegar los párpados todavía y se arropa un poco más con la sábana para calmar el sutil fresco que siente.
-Buenos días, Ago. -saluda con voz pastosa, dejando ir una sonrisa agotada.
El canario le retira el pelo que cae desordenado por la frente y admira las facciones perfectamente delineadas de su chico. Ese perfil marcado, ideal, que sigue la línea de su nariz y de sus labios gruesos hasta llegar a la barbilla y perderse bajo el algodón de la sábana. Nota que el pecho le tiembla de emoción y, por un momento, se le pasa por la cabeza que podría echarse a llorar de lo bonito que es despertar a su lado.
Han dormido bien. Se sienten descansados y un poco doloridos por la intensidad de la noche anterior, pero no imaginan una forma mejor de despertar que notando las manos suaves del contrario sobre su piel, acariciándose con dulzura. Sintiendo algo en el centro del pecho que se expande en círculos y recorre todo su cuerpo llenándolo de un cosquilleo agradable.
Así, después de unos cuantos besos perezosos y de un par de comentarios divertidos dichos al oído, deciden bajar al restaurante a desayunar.
Han quedado con los demás para llenar sus estómagos antes de irse al estudio a echar un último vistazo a todo su proyecto finalizado. Y están muy emocionados, porque hoy es su último día de trabajo. Hoy es el día en el que, por fin, todos sus sueños, se van a ver hechos realidad.
Su primer disco, su primer videoclip, su primera portada, su primer libreto con las letras de sus canciones, su primer cartel promocional de una gira... Incluso la pequeña posibilidad de hacer un par de firmas cuando llegue el momento.
Muchas cosas que han costado varios meses de trabajo y que hoy, definitivamente, se unifican en una sola a la que deben dar el visto bueno antes de enviarlo todo a copiar.
-¡Buenos días, chicos! ¿Cómo habéis dormido?
Raoul entra en el comedor del hotel con una sonrisa deslumbrante, feliz de poder compartir con todos un día más en esa ciudad de ensueño que se ha convertido en su mayor fantasía realizada.
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¿Te Atreves? |Ragoney|
FanfictionSólo era un juego. Un juego de seducción en el que los dos ganaban. Aunque, cuando quisieron darse cuenta, ambos estaban perdidos. Puto Alfred de los cojones.