Capítulo 18

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Para siilso, mi asesora arquitecta favorita. Gracias por todo 💛

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La noche anterior fue una auténtica locura.

La primera vez en Londres, la emoción de conocer a su productora, la visita el estudio, el descubrimiento del hotel después de cenar... Un conjunto de sentimientos y emociones que formaban un cóctel tan explosivo no les ha dejado dormir.

Por eso, cuando ha sonado el despertador a las siete de la mañana, todos estaban muy cansados.

Después de remolonear un poco, se han ido despertando uno tras otro. A algunos les ha parecido relativamente sencillo y a otros han tenido que entrar a despertarles porque se les habían pegado las sábanas.

Pero después de una ducha caliente, de un buen desayuno y de un trayecto en metro a su destino, todos suben felices las escaleras de salida y se encaminan al lugar en el que han quedado con la guía del free tour que contrataron la noche anterior.

La verdad es que, cuando Ricky encendió el ordenador para investigar, no tenía ninguna esperanza de que quedaran plazas libres, pero parece que, al ser diez personas, se pudo formar un nuevo grupo en exclusiva para ellos a pesar de la poca planificación.

Cuando llegan al lugar en el que habían quedado con su guía, una chica morena y muy sonriente les saluda alegre con la mano.

—¡Buenos días!

—Hola, ¿qué tal? Yo soy Ricky, el que hizo la reserva anoche.

Ofrece su mano para estrechar la de la chica.

—¿Vosotros sois los culpables de que me haya tenido que levantar a las siete de la mañana? Pues ya me caéis mal —responde con una gran sonrisa, lanzándose a darle dos sonoros besos en las mejillas a Ricky.

Agoney observa la escena a una distancia prudencial, rueda los ojos y murmura, entre dientes.

—Si hubiera sabido que venía aquí a conocer a la reina de las hadas del bosque, no salgo de la cama.

Se lleva un golpe de Raoul en el hombro y la chica se gira para preguntar.

—Perdona, ¿decías algo?

El canario se envalentona. Toma aire y da un paso al frente para repetir su frase en voz más alta.

Pero una mano cálida sujeta la suya con suavidad, le acaricia el dorso y le tranquiliza. Y Agoney se deja hacer. Se muerde los labios e improvisa sobre la marcha al volver a hablar.

—Nada... que hablas un castellano perfecto.

La chica sonríe de nuevo y esa sonrisa es luz en el sentido más extenso de la palabra. Deja ir una carcajada y se presenta.

—Claro, porque soy española. ¡Me llamo Thalía!

—¿Y de dónde eres? —interviene Raoul rápidamente para frenar a su chico.

—Nací en un pueblo de Cáceres, pero me mudé a Madrid siendo muy pequeña.

—Y, ¿cómo has acabado en Londres? —se interesa Nerea.

—Vine de Erasmus en tercero de carrera y me enamoré para siempre de la ciudad. Desde el momento en el que bajé del avión y puse un pie aquí sentí algo muy extraño y distinto que no había vivido nunca. No conocía nada de Londres, no había estado nunca antes y, aun así, me sentí en casa. Con el paso de los días, me fui dando cuenta de que este era mi lugar. —Sonríe, recordándolo —Así que vine para diez meses y llevo casi cinco años. Echo de menos a mis padres y a mis amigos, pero aquí he creado una nueva familia.

¿Te Atreves? |Ragoney|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora