||Capítulo 4: Alumno||

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El Superintendente, Gustabo y Greco, entraron en el despacho del superior.

–Bien–

Dijo Conway.

–Greco, comencemos con las oposiciónes–

–10-4, um–

El comisario dudo un poco al percibir ese aroma suave emanado del menor.

–Es la primera vez que un omega presenta las oposiciónes, pero eso sí, en los atracos siempre hay mínimo uno–

Mencionó y fijó su vista interesado en Gustabo que miraba el despacho con emoción.

–¿De dónde lo sacó?–

Preguntó entre susurros a su jefe, desprendiendo levemente su olor para atrapar la atención del menor.

–Es Gustabo, mi hijo gilipollas, así que deja de apestar mi despacho–

Dijo molesto cruzándose de brazos.

Rápidamente Greco dejó de soltar su olor para sentir como se le iba el color del rostro y miró el marco con la foto de Gustabo de pequeño en el escritorio de Conway.

–Wow, cuánto a crecido–

Soltó una risa nerviosa.

El Superintendente gruñó y se acercó a Gustabo.

–Bien, comenzaremos por los códigos–

[•••]

Gustabo salía casi dando saltitos por la puerta del despacho de Conway, había pasado exitosamente todas las preguntas y las simulaciones.

Greco y Conway salieron detrás, con el Super hablando por radio.

A los segundos rápidamente llegó un agente de cresta roja con una sonrisa.

–Llegué rápido súper–

Dijo poniéndose en firmes frente al comisario y el Superintendente, mirando curioso al rubio.

–Muy bien Horacio, tenemos un nuevo compañero en el CNP, quiero que le muestres comisaría y lo lleves a los vestuarios por su uniforme, el casillero al lado del mío–

Horacio asintió.

–10-4–

Le sonrió al omega frente a él, saludándolo amistosamente.

Ambos se retiraron comenzando el recorrido dejando a Conway y Greco hablando, ¿O Conway amenazando al comisario? No lo sabían, ya estaban lejos.

–Bienvenido al CNP, mi nombre es Horacio, ya lo había dicho el viejo–

Dijo riendo un poco.

–Mi nombre es Gustabo con b, un gusto Horacio–

Rápidamente el alfa se tensó un poco.

–A-ah l-lo de viejo–

Rápidamente Gustabo le interrumpió.

–No te preocupes, no le diré nada–

Le guiñó el ojo y ambos rieron.

Todos sabían quién era Gustabo, todos sabían que era el dulce niño que una vez entró a comisaría y el de aquella foto en el despacho de Conway, el niño que tomó como hijo aquella noche de las frías calles.

Horacio guío al nuevo alumno del cuerpo por comisaría mostrándole desde los baños hasta los calabozos.

–Lo mejor de los calabozos, es que cuando pasas, puedes insultarlos un poquito–

Mencionó el de cresta con maldad.

–Púdrete allí–

Le dijo al único preso.

–Acércate y dímelo en la cara chupapollas–

Un hombre vestido de niño comenzó a patear los barrotes de la celda.

–Que voz tan desagradable–

Murmuró Gustabo hacia Horacio.

–La verdad es que si, vamos arriba y te muestro tu casillero–

El omega asintió y ambos comenzaron a subir para dirigirse a vestuarios.

Al llegar y entrar, se encontraron con una pequeña pelea.

–Vamos Serjay, a que soy mejor Subinspector que tú–

Mencionaba un pelirrojo sólo en pantalones correspondientes al uniforme mientras daba pequeños saltos de un lado a otro.

–Eso ya lo veremos–

Serjay estaba igual, mientras dos agentes más animaban.

–¿Qué hacen?–

Preguntó Horacio mirándolos fijamente alzando una ceja.

–Nada que te interese, alumno–

Se burló Brown.

–Mm–

Bufó Horacio.

–Horasios, los Subinspectores se van a agarrar a puñetazos–

Dijo con emoción Moussa.

–Seh seh–

Apoyó Leónidas.

–Joder–

Horácio se hizo a un lado dejando al descubierto a Gustabo que se mantenía detrás del más alto.

–Tenemos a un nuevo compañero y ustedes peleando–

Gustabo les sonrió un poco en forma de saludo.

–Entonces, ¿Cuál es mi casillero?–

Los que estaban peleando y apoyando la pelea se quedaron bobos por unos segundos, ¿Un omega?

–Joder, lo que faltaba–

Serjay se puso su camiseta y chaleco y salió de los vestuarios.

–Un omega debilucho, ¿Cierto?–

Dijo Brown mirando a Gustabo con una sonrisa de superioridad.

–¿Qué dijiste cabeza hormiga?–

Gustabo lo miró con molestia.

Brown iba a decir algo más pero Moussa interrumpió.

–¡Código 3 chicos!–

Rápidamente los tres sobrantes salieron de allí.

–Gustabo, eres increíble, ¡Ni yo me atrevo a decirle algo!–

Dijo con emoción el de cresta.

–Pues yo tengo algo claro Horacio, ¿Sabes qué es?–

–¿Qué?–

Preguntó con curiosidad.

–Que no me dejaré pisotear, ¿Lo prometes conmigo?–

Horacio asintió.

–Lo haré, no nos dejaremos pisotear–

Chocaron sus puños y se dieron un abrazo.

–Bueno, este es tu casillero–

–Okis–




























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Justo ahora está pasando un picap vendiendo sandías Y YO QUIEROOO pero estoy sola en casita y no tengo dinero x'D F </3

El Hijo Del Superintendente ≠Gustabowl≠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora