●C R I M I N A L● [Sanscest]

16

Esta vez la clase de Error fue a visitar el museo de arte y siendo sinceros, él prefería estar robando números de tarjetas de créditos o creando virus y así perturbar a una que otra empresa, pero no. Debía estar ahí pues al parecer Nightmare le interesaba ese lugar, mandó a que él mismo vaya a averiguar qué tantos cuadros hay y los ángulos donde enfocan cada cámara de seguridad.

BlueBerry estaba a su lado observando todas las pinturas del lugar, él solo preguntaba de qué pintores eran.

En un momento del paseo Blue se separó de su lado, eso no le molestó pues así podría fijarse donde estaban todas las cámaras sin que el enano esté a su lado todo el tiempo. En todo eso se detuvo a contemplar una de las tantas pinturas del lugar, pues la forma de las pinceladas eran llamativas.

— Es una buena pintura. —Casi da un salto del susto al percatarse como alguien estaba a su lado. No era cualquier persona.

— Hola Comyet. —Saludó intentando controlar su voz, no quería mostrarse nervioso y arruinarlo como su primer encuentro.

— ¿Disfrutando del arte? —La mirada del albino se mantenía calmada, sin quitar esa sonrisa que no podía saber qué significaba.

— Me gusta la técnica de este. —Respondió refiriéndose al cuadro en frente de ambos— Los colores son agradables.

— Lo sé, esta lo hizo Vincent Gogh, comúnmente se afirmaba que esta fue la última pintura de Van Gogh. —Error fijó su mirada en el mayor, notando como su tono de voz cambiaba al hablar de arte.

— Me imagino que a usted le apasiona estas cosas.

— ¿A usted no, joven Crayon? Es increíble las emociones que se puede expresar con cada pinceladas, si un color es más fuerte que el otro, las figuras que se pueden formar con algunas manchas de pintura, la precisión que se necesita para que al final el resultado sea una hermosa obra de arte. —Sus ojos se iluminaban sutilmente cuando hablaba del tema,su sonrisa se transformaba en una tranquila, todo lo contrario a la que siempre ponía la cual daba cierto temor pues no sabes qué vendrá después de esa sonrisa. Error notaba todo eso, cada facción que estaba en el rostro del contrario. Sonrió un poco. Ink lo notó y se le quedó mirando.

— La verdad es que a mí me llama la atención el arte en ciertas ocasiones, no como usted claro; pero cuando vuelvo a la realidad logro darme cuenta de las maravillosas cosas que hay frente mía. —Fijó la vista hacia el contraria, haciendo que ambas miradas chocaran, quedándose así unos segundos los cuales casi fueron eternos para el moreno.

— Joven Crayon, me siento en la obligación de decir algo. —Al contrario de Error quien desvió la mirada apenas habló, Ink solo se le quedó viendo al adolescente; examinándo cada expresión o movimiento de este.

— ¿Qué sucede? —Sin querer se puso nervioso al sentir otra vez la mirada penetrante del mayor.

— Usted,para mí, está como sospechoso de ser el hacker de la banda bad guys. —Al terminar de decir eso fijó su vista en la pintura— He notado que usted ha puesto una particular atención a cada cámara de seguridad hasta ahora ¿Usted cree que eso sea suficiente para incriminarlo?

Error se quedó quieto, no hizo ni dijo nada. Sin mover si cabeza fijó si mirada hacia el albino, el cual aparentemente también lo estaba mirando. Este encuentro no fue como el anterior, había una clara rivalidad al menos por parte del moreno, quien se encontraba frustrado ante todo esto, según él ya estaba casi sin sospechas pero al parecer el detective no le gustaba equivocarse en su suposición. Trató de evitar que su pierna tiemble o se mueva por la ansiedad que sentía en ese instante.

— Todos hagan una fila por favor, ya es hora de irnos. —Entre todo el caos que se formó en la cabeza del moreno logró identifica la voz de su profesor, el cual al parecer se encontraba en la puerta de salida del museo, llamando a todos sus alumnos.

— Supongo que se debe ir ya. —Habló el albino, sonriendo— Fue un gusto hablar con usted. —Posó su mano en el hombro del menor— Y, joven Crayon.. —Se acercó a su oído, sin cambiar el tono de su voz pues esta ya de por sí era algo baja y calmada— ¿Sabe? A mí tampoco me gusta perder, y casi nunca me he equivocado cuando sospecho de alguien. —Se reincorporó soltando al muchacho— Nos vemos, espero volvernos a encontrar. —Sin esperar respuesta se alejó del campo de visión del azabache.

Se había quedado sin palabras, algo asustado.

— Es como si estuviera en mi cabeza. —Sostuvo con ambas manos su rostro, algo estresado por todo esto. Después del encuentro en el museo apenas llegó a su casa tomó sus cosas y salió corriendo hacia el punto de encuentro donde siempre andaba la banda, todos estaban ahí exceptuando Rasp y Red.

— Error. —Escuchó la voz de Nightmare— Es lo que él quiere.

— ¿Qué estás diciendo?

— Él quiere generarte miedo. —Se agachó quedando a la altura del menor, quien estaba sentado en ese viejo sillón sin dejar de sostenerse el rostro— No dejes que entre en tu cabeza.

—  ¡Tú no estuviste ahí, Nightmare! Su mirada era como si se adentrara hasta lo más profundo de mi alma, como si ya supiera todo. —Comenzaba a alterarse.

— Yo lo conozco, Error. —Se reincorporó dirigiéndose hasta una mesa donde se sirvió un vaso de whisky— Te dije que podíamos encargarnos pero no quisiste, ahora por tu estupidez debemos procurar de que no pierdas el control, debemos protegerte.

— ¿A qué te refieres?

— Eres el eslabón más débil, Error. —Esto dejó al menor en silencio— Eres fuerte en inteligencia, el que mejor nos saca de apuros pero a la vez eres fácil de manipular; esto es lo que él hace, trata de causarte inseguridad, miedo, quiere saber cuanto puedes resistir sin perder la cabeza y entregarte por ti mismo.

— No soy-

— Claro que lo eres. —Tomó un poco de whisky— Lo siento Error pero tal vez debas dejarnoslo a nosotros o.. dejar esto. No te preocupes por los detalles, podremos conseguir a alguien más y si las cosas se ponen feas podemos llamarte a ti.

— Nightmare, no soy débil. Puedo con esto ¿Bien? Solo me tomó desprevenido pero no necesito que me reemplacen por miedo a que no pueda manejar esto.

— Nightmare. —Habló Dust acercándose a su jefe— Esto es demasiado para él —Susurraba— Solo tiene dieciséis, es demasiada presión así que no lo culpes de esto. Puedo encargarme de esto, puedo ir hacia ese sujeto y sacarlo del camino.

— Error, tú decides. —Dejó su vaso en la mesa fijando su mirada hacia el moreno— Deja que nos encarguemos de esto, y tú solo harás tu trabajo. ¿Qué decides?

— Yo me acepté el desafío. —Se levantó tomando sus cosas dispuesto a irse hacia su casa— Yo ganaré esto.