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Día 03
Atanasio
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Plagg observaba como Adrien parecía histérico, buscando algo entre sus cajones. Quería ignorarlo y seguir disfrutando de su queso, pero la curiosidad se hacía cada vez más grande.
—¿Qué es lo que buscas? —consultó. Adrien dejó de revolver el cajón y miró a su Kwami, esperanzado de que él supiera.
—¿Recuerdas esa boina negra con líneas de colores que me regalaron para mi San Atanasio? —Plagg afirmó, incluso recordaba haber jugado con ella.
—¿La del club de fans brasileño que ni tú sabías que tenías? —Adrien frunció el ceño ante aquel irónico comentario, porque le volvía a hacer dudar de las palabras que Ladybug le había dicho ese día.
—¿Qué pretendes? —dijo, poniéndose de pie, con la mano derecha en su cintura y exclamando con la izquierda— ¿Hacerme creer que esa boina es de Ladybug?
—Claro que no —respondió el Kwami—. ¿Por qué haría semejante acusación? Y por cierto, no está ahí. La guardaste en el mueble que está al lado de tu cama, el único que no tiene queso.
Adrien salió del baño y buscó en el mueble, encontrándola finalmente, dentro de una caja.
—Aquí está —exclamó con alivio.
—¿Y para qué la buscabas?
—Mañana vamos a hacer una presentación en la clase de Historia, con distintas boinas. Como mencioné que tenía una negra, me dijeron que podía usarla.
—¿Y vas a usarla con los corazoncitos y todo? —ante las palabras de Plagg, Adrien observó fijamente los corazones de la boina — ¿Ya te arrepentiste?
—Claro que no —defendió el chico, guardando la boina en su bolso —. Alguien la hizo para mí, y le tomó su tiempo, dedicación y dinero enviármela, ¿por qué no la vestiría con orgullo?
—Si tú lo dices... —respondió, volviendo a tomar su asiento al lado de su queso. Después de todo, Plagg sabía la verdad, que Ladybug le había dejado ese regalo y el significado de los corazones que le había puesto a esa boina; pero si su portador no se daba cuenta. ¿Quién era él para aclarárselo? No quería que su terroncito se desquitara después con él.
...
Cuando Adrien volvió a su casa al día siguiente, estaba muy confundido. Estaba seguro que había guardado la boina en su bolso, pero a la hora de buscarla no la encontró, y por eso, había tenido que ponerse la que Marinette usó en su grupo.
El lado positivo de todo era que ahora tenía un regalo de su amiga, pues le había obsequiado la boina que le prestó. Lo malo, era que no sabía dónde podía estar la dichosa boina con corazones.
—¿Qué perdiste ahora? —consultó Plagg, viéndolo revisar entre las almohadas de su cama.
—La boina —protestó el chico, llevando la palma de su mano a su frente, realmente confundido—. Cuando llegué a clases, no estaba. ¿No sabes dónde la dejé?
—Ni idea, Adrien —respondió el Kwami, sacando queso de su escondite, mientras observaba aquella prenda oculta tras un montón de barras de camembert—. ¿Revisaste en el auto? —tras la afirmación de su portador, Plagg fue a darle una pequeña palmada en la cabeza para que se animara.
Lo que no podía hacer, era decirle que había escondido la boina entre sus quesos, porque cierta Kwami había venido la noche anterior a pedirle por favor, que impidiera que Adrien llevara la boina a clases, porque podría poner en peligro a la guardiana.
Por suerte, su elegido era bastante distraído, así que podría mantenerla escondida ahí, al menos hasta que se le acabara el queso.
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Un nuevo día se ha ido.
Triste final para la boina de Adrien... xD Pero es que si la llevaba al colegio, grandes problemas se avecinaban... ¿No que no la entregó? ¿Cómo que es de un fan club brasileño? xD Eso da más para un long fic de "Descubriendo los regalos que Marinette te ha dado" xD
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Este capítulo cuenta con 588 palabras.
La siguiente consigna es "Galletas"
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¡Gracias por leer y por el apoyo recibido!
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Aquatic~
03 de Agosto 2020