Día 28: Hamster

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Día 28

Hámster

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Adrien estaba en silencio, mientras Sabine y Marinette se observaban entre ellas, ofreciéndole al chico una taza de chocolate caliente y unas galletas.

—Lamento mucho las molestias —se disculpó, antes de tomar la taza y beber de ella, sintiendo cómo el suave y cremoso chocolate recorría su garganta, haciendo que su cuerpo recuperara su calor—. Realmente no pensé mucho cuando me salí de casa.

—¿Problemas con tu padre? —consultó Sabine, con sumo cuidado, esperando que aquello no afectara al joven. Adrien afirmó con la cabeza, sin pronunciar palabra—. Si quieres, puedes dormir aquí esta noche —ante la propuesta, ambos jóvenes miraron a la mujer de ojos grises, sorprendidos —, pero con la condición de que mañana, regreses a casa y hables con tu padre.

—Él no me escucha —respondió con amargura. Marinette no pudo evitar fruncir sus labios ante aquello, pues ahora podía comprender mejor el actuar que había tenido Chat Noir en los últimos días—. Si me escuchara, no hubiéramos acabado así...

—Entiendo —Sabine, notó cómo su hija observaba a Adrien y comprendió que quizás ella sí podría hacer algo por él y ayudarlo a arreglar las cosas—. Tengo que volver con mi marido a la panadería, pero antes voy a traerte una frazada para que te acuestes en el sillón. No hay problema, ¿no?

—Duermo donde sea —respondió, con algo de nervios, haciendo que Marinette riera, recordando cómo Chat Noir se quedaba acurrucado como un gato cuando era alcanzado por los rayos de los akumatizados. Aquello era una locura.

—De acuerdo —dijo, poniéndose de pie, para ir por las frazadas.

—Necesitamos hablar —dijo Marinette, en cuanto Sabine salió del lugar.

—¿Del hámster que vamos a tener? Yo lo llamaría... Destino —trató de sonar chistoso, pero la mirada de Marinette le indicó que no estaba para bromas...tal cual Ladybug, después de todo.

Cuando Sabine dejó las frazadas sobre el sillón, Adrien hizo un gesto con su cabeza, agradeciéndole antes de que se retirara y se quitó las zapatillas para acostarse, con la mirada fija en la trampilla de la habitación de Marinette, que estaba abierta por completo, pudiendo ver a la chica acostada en el suelo, sobre un cojín. Ella también lo miraba fijamente, aunque a diferencia de él, se veía bastante agotada.

—¿Qué haremos ahora? —preguntó Adrien, cerrando los ojos.

—¿Sobre tu escapada o la revelación? —consultó la de coletas, sin poder dejar de mirarlo. Casi parecía un sueño que aquello realmente estuviera pasando.

—Me encantaría hablar de la revelación, pero... —tras suspirar con pesadez, abrió sus ojos verdes para mirar a su compañera —... supongo que quieres saber qué es lo que me pasa en casa... —Marinette solo afirmó — ¿Por dónde comenzar? —se dijo a sí mismo—. Aunque no lo parezca, mi vida es bastante dura. Estoy tan acostumbrado a portar una sonrisa, que no importa que tan cansado, agobiado y estresado esté, siempre tengo que dar lo mejor de mí, siempre tengo que estar disponible y listo para que mi padre maneje mis tiempos como mejor le plazca —la chica solo apretó los labios, sin decir nada—. He cuidado siempre cada paso que doy, pero nunca soy lo suficientemente profesional, competente o buen hijo para mi padre. Me mantiene tan ocupado en cursos, talleres y sesiones de fotos que siento que no tengo vida... y me cansé. Entre sesiones y corazones, opté por corazones, por el mío, sobre todo, aunque solo encontré más complicaciones y trabas. Mi padre por primera vez, en todo este tiempo, me dio un día libre, pero a la semana, me informan que, para compensar ese día, me aumentaron una hora de actividades diarias... Y súmale a todo eso, que también soy Chat Noir...

—Entiendo... —Marinette corrió la mirada hacia un lado, donde observaba como Tikki se había quedado dormida junto a Plagg —... por eso Chat Noir lucía tan extraño últimamente, como si su luz hubiera empezado a extinguirse.

—Estoy cansado de todo, Marinette, y Chat Noir me distrae, me hace sentir libre... pero la batalla se está poniendo tan difícil que me da miedo no poder defenderte como corresponde... —dijo el chico, sentándose y apoyándose contra el respaldo del sillón para mirarla— ¿Por qué lo hiciste?

—¿Qué cosa? —preguntó, tratando de no cerrar sus ojos y quedarse dormida.

—Revelarte... ¿por qué me trajiste a tu casa, Mi lady?

—¿Sinceramente? —ladeó su cabeza para apoyarla sobre su brazo y cerrando los ojos—. No lo pensé mucho, estaba tan preocupada por ti, gatito, que no pensé en ninguna consecuencia... Solo quería mantenerte seguro y a salvo de lo que sea que te estuviera quitando las ganas de vivir.

—Sabes que si me dices eso, harás que vuelva a quedar prendido de ti, ¿verdad?

La chica sonrió, completamente adormilada.

—Siempre he tenido un crush por ti... —ante la confesión, Adrien se enderezó—... Adrien...

—¿Qué? —exclamó, pero para su mala suerte, la chica se quedó tan profundamente dormida, que no respondió nada.

Él volvió a acostarse, acomodando los cojines bajo su cabeza para poder observarla dormir a través del agujero de su trampilla.

¿Siempre había sido el dueño del corazón de su adorable Catarina? ¿Podría ser realmente afortunado en algo que lo afectaba emocionalmente?

Porque así se sentía en ese momento, como una gota de buena suerte entre tanta oscuridad.

Definitivamente, ya se veía comprando un hámster.

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¡Y al fin tenemos la conversación entre Marinette y Adrien!

Y el otro ya está tocando campanas de boda xDDD

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¡Gracias por leer!

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Aquatic~

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7 de Septiembre 2020 

Entre Sesiones y CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora