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Día 26
Soy más de perros
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A la profesora Bustier le gustaba mucho fortalecer los lazos afectivos de su grupo de trabajo y además, enseñarles cosas independientes de la materia que debían saber para pasar de curso. Ella iba más allá, inculcándoles valores y lecciones que les servirían en el futuro, para ser buenos ciudadanos.
Adrien sentía que no había podido tener mejor profesora para iniciar su formación en un colegio, como cualquier otra persona. Le encantaba la forma de ser de la señorita Bustier, y cómo siempre los impulsaba a mejorar y superarse.
Así que estaba muy feliz cuando la profesora les informó que iban a realizar una excursión a un refugio de animales, para que tomaran conciencia sobre la tenencia responsable de mascotas.
El chico nunca había tenido una mascota, pese a tener un patio bastante amplio en la mansión, porque a su padre no le gustaba la idea, pues no quería ruidos que pudieran desconcentrarlo, ni pelos en los sillones.
Por ese motivo, él junto con su madre solían jugar como si tuvieran animales en el patio, como si él fuera un pequeño gatito disfrutando el sol.
Pensar en su mamá le daba pena, pero no iba a dejarse llevar por la melancolía e iría a disfrutar de aquella instancia.
...
Durante el paseo, recorriendo el refugio de animales, el encargado fue explicándoles el problema o la historia de varios de los animales que había ahí dentro, y Adrien se quedó maravillado con un Golden retriever que lucía bastante viejo, pero que se movió hacia la mano que el rubio le extendía para dejarse acariciar.
—Buen chico —dijo, mientras usaba sus dos manos para acariciarlo, mientras el perro parecía disfrutar de aquel contacto tan cariñoso.
—Vaya, pensé que a los gatos no le gustaban los perros —la voz de su compañera lo hizo sonreír, pero no dejó de prestarle atención al perro que tenía, ahora, prácticamente en brazos.
—En realidad, soy más de perros... siempre he querido uno... —respondió, mientras seguía acariciándolo, ahora ya con más tranquilidad porque el perro estaba invadiéndolo completamente —... pero nunca he podido. Me encantan...
—Me imagino que desearás tener uno cuando puedas independizarte de tu padre —el comentario hizo que finalmente Adrien viera a Marinette con una sonrisa.
—Me gustaría... pero siempre podemos empezar con un hámster, tú sabes...—la chica se tensó en su lugar, pues esas palabras hicieron que sus mejillas se pusieran muy rojas y se retirara del lugar para volver al grupo que ya se había alejado de ahí.
Adrien sonrió y se despidió del perro para volver con su grupo.
—Ojalá encuentres un dueño, pronto —le dijo, dándole una última caricia antes de salir tras sus compañeros —. Sin duda, volveré a este lugar cuando pueda llevarme a uno de ustedes a casa.
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Algo cursi para empezar con este final de termino.
A partir de ahora subiré los 6 capítulos que faltan.
->Me gustan los perros
->Porque sí
->Hamster
->Sueltalo
->Playa
->Papá Adrien
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¡Gracias por todo!
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Aquatic~