CAPITULO 22 EL JUEGO DEL ESCONDITE tercera parte

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     – Entonces, tu novio toma un avión a Tokio. Kagura lo estaba vigilando, naturalmete; no podía actuar solo en un juego con tantos jugadores. Y así fue como me confirmaron lo que yo ya me imaginaba, que te encontrabas aquí. Ya estaba preparado; había visto tus enternecedores videos familiares, por lo que sólo era cuestión de marcarse el farol. Demasiado fácil, como ves. En realidad nada que esté a mi altura. En fin, espero que te equivoques con tu novio. Se llama Sesshomaru ¿ verdad ?

     No contesté. La sensación de valentía me abandonaba por momentos. Me dí cuenta de que estaba a punto de terminar de regodearse en su victoria. Aunque, de todos modos, ya me daba igual. No había ninguna gloria para él en abatirme a mí, una débil humana.

     – ¿ Te molestaría mucho que también yo le dejara una cartita a tu Sesshomaru. ?

     Dio un paso atrás y pulsó algo en una videocámara del tamaño de la palma de la mano, equilibrada cuidadosamente en lo alto del aparato de música.Una diminuta luz roja indicó que ya estaba grabando. La ajustó un par de veces, ampliando el encuadre. Lo miré horrorizada.

     – Lo siento, pero dudo de que vaya a resistir a darme caza después de que vea esto. Y no quiero que se pierda de nada. Todo esto es por él, claro. Tú simplemente eres una humana, que, desafortunadamente, estaba en el sitio y en el momento equivocado, y podría añadir también, que en compañía equivocada.

     Dio un paso hacía a mí, sonriendo.

     – Antes de que empecemos . . . . . . 

     Sentí náuseas en la boca del estomago mientras hablaba. Esto era algo que yo no había previsto.

     – Hay algo que me gustaría restregarle un poco por las narices a tu novio. La solución fue obvia desde el principio, y siempre temí que tu Sesshomaru se percatara y echara a perder la diversión. Me pasó una vez, oh, sí, hace siglos. La primera y única vez que se me ha escapado una presa.

 Flash Back

      " El vampiro que tan estúpidamente se había encariñado con aquella insignificante presa hizo la elección que  tu Sesshomaru ha sido demasiado débil para llevar a cabo, ya ves. Cuando aquel viejo supo que iba detrás de su amiguita, la raptó del sanatorio mental donde él trabajaba - nunca entenderé la obsesión que algunos vampiros tienen por ustedes, los humanos –, y la liberó de la única forma que tenía para ponerla a salvo. La pobre criatura ni siquiera pareció notar el dolor. Había permanecido encerrada demasiado tiempo en aquel agujero negro de su celda. Cien años antes la habrían quemado en la hoguera por sus visiones, pero en el siglo XIX te llevaban al psiquiátrico y te administraban tratamientos de electrochoque. Cuando abrió los ojos fortalecida con su nueva juventud, fue como si nunca antes hubiera visto el sol. El viejo la convirtió en un nuevo y poderoso vampiro, pero entonces yo ya no tenía ningún aliciente para tocarla – suspiró –. En venganza, maté al viejo. Fue una verdadera lastima lo que el viejo hizo ella tenía un olor realmente delicioso. Aún lamento no haber podido probarla . . . . .  Olía incluso mejor que tú. Perdóname, no quiero ofenderte, tú hueles.  francamente bien. Un poco floral creo. . . . . . 

     – Sango – dije en voz baja atónita.

     – Sí, tu amiguita. Me sorprendió verla en el claro. Supuse que su clan obtendría alguna ventaja de esta experiencia. Yo te tengo a tí, y ellos la tienen a ella. La única víctima que se me ha escapado, todo un honor, la verdad..

     Dio otro paso en mi dirección hasta situarse a poca distancia. levantó un mechón de mi pelo y lo olió con delicadeza. Entonces, lo puso otra vez en su sitio con dulzura y sentí sus dedos fríos en mi garganta. Alzó luego la mano para acariciarme rápidamente una sola vez la mejilla con el pulgar, con expresión de curiosidad. Deseaba echar a correr con todas mis fuerzas, pero estaba paralizada. No era capaz ni siquiera de estremecerme.

     – No – murmuró para sí mientras dejaba caer la mano –. No lo entiendo suspiró –. En fin, supongo que deberíamos continuar. Luego, podré telefonear a tus amigos y decirles donde te pueden encontrar, a ti y a mi mensajito.

     Ahora me sentía realmente mal. Supe que iba a ser doloroso, lo leía en sus ojos. No se conformaría con ganar, alimentarse y desaparecer. El final rápido con el que yo contaba no se produciría. Empezaron a temblarme las rodillas y temí caerme de un momento a otro.

    El cazador retrocedió un paso y empezó a dar vueltas en torno a mí con gesto indiferente, como si quisiera obtener la mejor vista posible de una estatua en un museo. Su rostro seguía siendo franco y amable mientras decidía por dónde empezar.

     Entonces, se echó hacia atras y se agazapó en una postura que reconocí de inmediato. Su amable sonrisa se ensanchó y creció hasta dejar de ser una sonrisa y convertirse en un amasijo de dientes visibles y relucientes.

    No pude evitarlo, intenté correr aún sabiendo que sería inútil y que mis rodillas estaban muy débiles. Me invadió el pánico y salté hacia la salida de emergencia.

     Lo tuve delante de mí en un abrir y cerrar de ojos. Actuó tan rápido que no vi si había usado los pies o las manos. Un golpe demoledor impacto en mi pecho y me sentí volar hacia atrás, hasta sentir el crujido del cristal al romperse cuando mi cabeza se estrelló contra los espejos. El cristal se agrietó y los trozos se hicieron añicos al Caer al suelo, a mi lado.

     Estaba demasiado aturdida para sentir el dolor. Ni siquiera podía espirar.

     Se acerco muy despacio. 

     – Esto hará un efecto muy bonito – dijo con voz amable otra vez mientras examinaba el caos de los cristales –. Pensé que esta habitación crearía un efecto visualmente dramático para mi película. Por eso escogí este lugar para encontrarnos. Es perfecto, ¿ a que sí ?

     Le ignoré mientras gateaba de pies y manos en un intento de arrastrarme hasta lo otra puerta.

     Se abalanzó sobre mí de inmediato y me pateó con fuerza la pierna. oí el espantoso chasquido antes de sentirlo, y no pude reprimir el grito de agonía cuando eso pasó. Me retorcí para agarrarme la pierna, él permanecio junto a mi, sonriente.

     – ¿ Te gustaría reconsiderar tu última petición ? – me preguntó con amabilidad.

     Me golpeo la pierna rota con el pie. Oí un alarido taladrador. En estado de shock, lo reconocí como mío.

     – ¿ Sigues sin querer que Sesshomaru intente encontrarme ? – me urgió.

     – No – dije con voz ronca –. No, Sesshomaru, no lo hagas . . . . 

     Entonces, algo me impacto en la cara y me arrojó de nuevo contra los espejos.
     Por encima del dolor de la pierna, sentí el filo cortante del cristal rasgarme el cuero cabelludo. En ese momento, un líquido caliente y húmedo empezó  a extenderse por mi pelo a una velocidad alarmante. Noté cómo empapada el hombro de mi camiseta y oí el goteo en la madera sobre la que me hallaba. Se me hizo un nudo en el estómago a causa del olor.
     A través  de la náusea y el vértigo, reconocí algo que me dio un último hilo de esperanza. Los ojos de Naraku, que poco antes sólo mostraban interés, ahora ardían con una incontrolable necesidad. La sangre, que extendía su color carmesí por la camiseta blanca que yo usaba ya empezaba a formar un charco rápidamente en el piso, eso lo estaba enloqueciendo a causa de su sed. No importaban ya cuales fueran sus intensiones originales, no se podría controlar por mucho tiempo.
     Ojalá  que fuera rápido a partir de ahora, todo lo que podía esperar es que la pérdida de sangre se llevara mi conciencia con ella. Se me cerraban los ojos.
     Oí el gruñido final del cazador como si proviniera de debajo del agua. Pude ver, a través del túnel en el que se había convertido mi visión, cómo su sombra oscura  caía sobre mí. Con un último esfuerzo, alcé la mano instintivamente para protegerme la cara. Entonces se me cerraron los ojos y me dejé ir.

EL AMOR BAJO LAS SOMBRAS DEL SENGOKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora