3 ° Vergüenza ajena

495 71 79
                                    

Eran las once de la mañana con veinte minutos. JongHoon tenía un pequeño momento para comer algo antes de su consulta con Jung Soo. 

Estaba nervioso. Sabía que lo regañaría y más. 
Tal vez lo merecía.

— ¿Te gusta sólo lamerlo o te lo comes entero?... El helado. — JongHoon apartó los labios de su helado de vainilla, rodó los ojos, irritado de ver otra vez a ese hombre.

—  ¿Otra vez tu? ¿No tienes empleo o algo?

Kyuhyun tomó asiento y arrastró la silla hasta quedar muy cerca de Jong. 

— Hago transmisión los lunes, miércoles, viernes y sábados, de ocho a once. Por Twitch. O también puedes verme por Youtube. Subo una grabación los domingos. 

— Bien por ti. ¡Oye! — Exclamó cuando descaradamente el castaño tomó de su café. Kyuhyun arrugó el rostro con desagrado.

— Cuidado no te amargues con el café.— Dijo antes de limpiarse la lengua con la manga del suéter. 

— Bonito intento de chiste ¿Dónde lo aprendiste? ¿En Twitch? 

Kyu se cruzó de brazos, indignado por la forma en la que lo había dicho.

— No es necesario que infravalores mi trabajo. Soy feliz. 

— Si lo eres, no necesitas presumir. — JongHoon siguió comiéndose su helado. Al carajo con la forma en la que Cho lo miraba. Si no tenía un poco de azúcar para cuando fuera con Jung Soo, sería enviado al psiquiátrico. 

Kyuhyun apretó los muslos debajo de la mesa. La boca de JongHoon sobre el helado le estaba dando alucinaciones demasiado pornográficas.
Agitó la cabeza deshaciéndose de ellas. 

— Sólo ve una transmisión, si la odias aceptaré tu crítica. 

— Tengo trabajo. No daré tres horas a verte jugar videojuegos. 

— ¿Y si cenamos? Soy muy bueno en cocinar y en otras cosas más. Yo también sé lamer un helado.  

Kyuhyun se pasó la lengua sensualmente por los labios. Sonrió de lado y notó el sonrojo en las mejillas del contrario. 
¿Así que había dado en el clavo? Hacerlo enrojecer era buena señal, ¿no? 

JongHoon se sintió acalorado con aquella expresión de Kyuhyun. 
¿Qué le ocurría? No podía mostrarse vulnerable. 
¿Y si lo probaba una vez? Si alardeaba tanto tal vez era bueno… 

¡No! Si alardeaba era porque seguramente duraba treinta segundos en la cama con una herramienta del tamaño de su meñique. 

Instintivamente miró la mano de Kyuhyun, dándose cuenta que tenía buenas manos, y un meñique no tan pequeño.
¡No! ¿Pero qué le pasaba? 

Rápido regresó la vista a los ojos de Kyuhyun.
— No salgo con familiares de mis pacientes. Ya te dije.— Rectificó en un intento fallido por mostrarse más serio de lo normal. Pero era lo nervioso que lo había puesto. 

— Pero... Aceptaste que te llevará a casa. 

— ¿Qué haces aquí? —preguntó desviando aquél tema. ¿Ahora haberlo llevado a casa era motivo para follar? ¡Estaba loco!— Hoy no le dí consulta al doctor Cho. 

— ¡Sorpresa! Lo convencí de hacer trabajo voluntario en la farmacia. Lo bueno de eso es qué puedo tener todos los condones que yo quiera. 

— Eso me alegra. 

A Kyuhyun le brillaron los ojos.
— ¿En serio?

— Sí, así habrá menos como tu.— La sonrisa del castaño se borró por un segundo nada más. 

Café Amargo ••• |KyuSung|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora