6 ° Creo que te gusto

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— Algunas estrellas caen a la tierra, otras en tus pupilas… Ojalá tú cayeras en mi cama, estrellita. 

JongHoon se sonrojó cuando vio a Kyuhyun en su oficina. 
— Ya cállate. Por favor. — Pidió con el mismo estado de ánimo con el que había pasado todo el bendito fin de semana, bajo, molesto y aturdido por sus excelentes decisiones, comenzando con aquella que incluía el hecho de que besó al hijo de su, sexualmente súper activo, jefe. 

Kyuhyun avanzó hasta el escritorio, deteniéndose muy cerca de él. JongHoon intentó ignorarlo mientras acomodaba algunas cosas en su escritorio. Por fortuna ahora no usaba algún ridículo disfraz, sólo unos jeans oscuros y una playera azul marino. 

— ¿Y si me callas otra vez? 

La pregunta en forma de cálido susurró, le envió un incómodo cosquilleo desde el cuello hasta lugares dónde ni deberían existir esa clase de cosquilleos. 

Se alejó exaltado, viendo de mala gana al castaño.

— Lo que hice la semana pasada fue un error tonto. Al igual que comerme esos ocho cupcakes. 

Kyuhyun rió divertido 
— ¿Estás comparando besarme con comer cupcakes? No está tan mal.— mencionó mientras tomaba asiento en la silla de JongHoon— Porque yo te vi bastante feliz comiendolos. 

JongHoon dejó de lado lo que hacía para tomar el bolso y sus llaves. 
— Ya es hora de irme. ¡Adiós! 

JongHoon salió del consultorio. Sungmin también ya de había ido y él quería olvidar lo que Kyuhyun forzosamente le quería recordar. 
Aunque de seguro iba a ser más fácil enfrentarlo que evitar charlar con él. 

Mientras se debatía entre hablarle o dejarlo en un error, notó que la pesadilla de apellido Cho y nombre Kyuhyun, lo seguía de cerca, con esa sonrisa traviesa y burlona que ponía en su rostro cada vez que estaba por decir alguna de sus… Barbaridades. 

JongHoon firmó su salida y caminó más rápido hacia el estacionamiento. 
Pero aún podía sentir la presencia del contrario a sus espaldas. 

— ¡Ya déjame! ¿Por qué me sigues?

Cho levantó los hombros, aún con sus sonrisa de lado. 
— Mi moto está a un lado de tu auto.

Jong miró hacia el frente, dándose cuenta que él tenía razón y que su moto estaba a un lado.  
— ¡Ash! — tenía que deshacerse de Kyuhyun, por lo menos hasta que el debate consigo mismo tuviera una conclusión ordenada.

Fingió buscar algo en el bolso, luego en su saco. Atrapó la mirada curiosa de Kyuhyun y jadeó preocupado.

— ¡Olvidé algo! 

Corrió dentro de la clínica y rápidamente se dirigió hacia los hombres de seguridad en la entrada. 

— ¿Puedo dejar mi auto aquí, verdad?— El policía asintió y JongHoon no perdió más el tiempo. Corrió hasta la banqueta y subió a un taxi del que bajaban un hombre y su mujer embarazada. 

JongHoon dio gracias a Dios por la rápida y perfecta huida.

Mientras Kyuhyun cerraba el cierre de su chaqueta, caminó hacia el interior de la clínica. 
La enfermera lo miró con el ceño fruncido y él se acercó a ella. 

— ¿En dónde está el psicólogo, Kim JongHoon?

— Se acaba de ir hace unos momentos. — Kyuhyun golpeó el escritorio y corrió hacia el estacionamiento. 

Por la hora, JongHoon obviamente encontraría un poco de tráfico, así que Kyuhyun tendría ventaja. 

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Café Amargo ••• |KyuSung|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora