14 ° Bebés

555 65 81
                                    

— Ríndete

Era su último día en México.
Habían podido seguir paseando, conociendo todo lo que fuera posible. Pero en realidad, sólo estaban jugando.

— No lo haré— JongHoon contó por segunda vez las semillas que tenía sobre la mesa.

Cho ya le había ganado dos veces, pero si esa la ganaba, entonces sería dueño de todas las semillas.

Kyuhyun volvió a mostrar otra carta.
— ¡El borracho!

— Sí. — Kyu miró la tarjeta dónde colocaba las semillas. ¡Oh sí! Definitivamente el pelinegro ya tenía esas semillas en su poder.

— El balero.

Y finalmente...
— Ja, ja. ¡Lotería!— se burló Kim mientras hacia una danza extraña.

— ¿Qué?

— ¡Paga! —Kyuhyun le entregó todas sus semillas—. ¡Wooo! Tengo tantas semillas como para comprarme otra Jeep.

JongHoon degradó poco a poco su expresión alegre. Desde su terrible borrachera, Kyuhyun había estado distraído, muy distante. No sacaba sus tonterías de doble sentido, ni siquiera ya hablaba de esa manera hostigosa y ridícula para hacerlo reír.

Necesitaba encontrar lo que ocurría.
— Oye es muy raro verte serio.

Kyu formó en su rostro una sonrisa leve, posteriormente se inclinó un poco hacia el frente y dejó un beso sobre los labios de JongHoon.

— ¿Sabés que eres perfecto, verdad?

Para la terrible sorpresa de Cho, el pelinegro no tardó nada en negar.

— La perfección no existe, Kyu... Pero agradezco tu halago.

≈°≈°≈°≈

JongHoon estaba teniendo un ataque de nervios.

En dos horas tenían que volver a Corea, y a Kyuhyun no se le quitaba esa actitud fría y tan lejana a lo que él conocía.

Su mente lo estaba atacando con cosas absurdas pero que casi podía creerse. Y el creerse esas cosas lo hacía sentir tan miserable como años antes.

Cerró su maleta con fuerza.

— ¡Suficiente!— levantó la voz logrando hacer saltar al contrario.

Kyuhyun arrugó el entrecejo.
— ¿Qué pasa?

JongHoon avanzó hacia él. Tenía nervios de enfrentarlo. Pero hubiera querido tener ese mínimo de fuerza cuando ocurrió... Eso hace tantos años.
Respiró profundamente, tomando el valor que quería.

— ¿Quiero que me digas que carajo te ocurre? Porque estoy comenzando a creer cosas que... Que no sé cómo podría reaccionar.

Lo único que su mente le decía era que Cho había perdido interés en él. Le dio lo que tanto quería. Ahora tal vez sólo buscaba la forma de distanciarse. O luego diría que fue una broma todo, que llamarlo de esas formas fue sólo un plan excelentemente elaborado porque había algo de por medio.

A JongHoon se le llenaron los ojos de lágrimas cuando pensó en eso. Sí en ese momento, KyuHyun confirmaba sus pensamientos, no sabía que iba a hacer.

Pero jamás llegó esa confirmación.
Cho se sentó al borde de la cama.
— La noche que te emborrachaste. Yo te ayude a llegar a la cama. Cuando estaba por irme,me detuviste, luego dijiste algo que... No quiero que te sientas ofendido.

— Sólo dilo. —pidió mientras cruzaba los brazos.

Sería fuerte, viniera lo que viniera.
— Te dijiste cosas horribles y...— suspiró antes de continuar—. Hablaste sobre devolver lo que amabas comer, y sesiones con Siwon.

Café Amargo ••• |KyuSung|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora