2 ° Friki

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JongHoon revisó las notas que había estado tomando con uno de sus pacientes. 

Su concentración estaría en óptimas condiciones, de no ser porque estaba muriéndose de hambre. Anoche no había cenado, y por consecuencia su apariencia ese día le había parecido bastante decente.

Pero era humano, y sabía que en algún otro momento se iba a desmayar si no tenía nada en su organismo. 

En momentos así, pensaba en correr con Siwon y decirle la extensa y miserable verdad que lo perseguía como un demonio en búsqueda de un alma. 

La puerta se abrió. Y de nuevo estaba ahí el divertido doctor Cho. 
— Buenos días. — Saludó el hombre con una sonrisa carismática. 

— Hola, doctor Cho. 

Su almuerzo tendría que esperar. 

°°° 

Suficiente. O era ese día o no sería nunca. 

Kyuhyun esperó de forma impaciente afuera del consultorio. De vez en cuando el asistente del psicólogo lo miraba divertido, sonreía y regresaba a hacer lo que fuera que hacía. 

Lo verdaderamente importante era:
¿Cómo comenzaría? ¿Debía ser sucio o no tan sucio? 
¿Y si se paraba detrás de él y le tocaba el trasero?

Kyuhyun imaginaba haciendo tal cosa, recibiendo una sensual mirada de complicidad por parte de ese sueño húmedo encarnado en forma de hombre y luego, escondiéndose en los baños o algún cuarto secreto de la clínica para hacerlo enloquecer mientras se lo…
— ¡Kyuhyun!

El grito de su papá lo hizo aterrizar en picada a la realidad. Cuando reaccionó del todo su padre lo miraba con una ceja arqueada. El asistente se reía y… ¡No!

Su caminar era el mismo de un modelo. Ese día vestía un saco azul marino ajustado a su delgada figura, sus largas piernas envueltas en un pantalón negro y su cabello ligeramente alborotado de la frente. 

Ahí estaba, él de nuevo. Saliendo de su consultorio sin siquiera prestarle la más mínima atención. Cómo si el castaño fuera invisible. Pasando de largo, con el rostro serio y la mirada fija al frente. 

Su concentrada forma de seguirlo escaneando con la mirada fue abruptamente detenida por los molestos chasquido de su padre. 

— Te estoy hablando, mocoso estúpido. — Kyuhyun volvió a ponerle atención rápidamente. — Debo ir por algo a la farmacia. ¿Por qué no vas a la cafetería y desayunas algo?

El padre de Kyuhyun caminó hacia el lado contrario. Dejándolo solo y con el segundo shock que aquella obra de arte había dejado en él. 

Pero bueno. Si no podía saciar su apetito sexual con el delicioso cuerpo de aquel ángel caído, entonces arrasaría con la cafetería. 

°°° 

Kyu echó un vistazo a las mesas. Eran pocas y todas se hallaban ocupadas. 

Tenía una charola con puré de papa, ensalada fea, un trozo de pollo y un jugo de manzana. 

Jamás se había sentido tan dietético. 

Mientras caminaba en la búsqueda de un lugar para sentarse. Una luz divina alumbró una mesa hasta el rincón de todas las demás. 
Solitario, y con la mirada perdida. El deseo hecho hombre se hallaba sentado ahí, contemplando con evidente repulsión su comida. 

Era hora...

JongHoon miró la simple ensalada en su plato de plástico. No lucía muy bien, pero prefería ingerir eso a alguna otra porquería llena de grasas horribles. 

Café Amargo ••• |KyuSung|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora