One Shots [윤민]

El chico de cabellos dorados (omegaverse)

YoonGi quedó hipnotizado desde que lo vio por primera vez, era tan hermoso y bondadoso que cayó rendido a sus pies, solo esperaba que ese lindo omega rubito le correspondiera sus sentimientos...

Su auto se estacionó al costado de la bonita casa de campo donde vivían sus tíos. Con una sonrisa se bajó y tomó su maleta de la parte trasera del auto y caminó a pasos veloces hacia la puerta de entrada, donde tocó con efusividad. Segundos después le abrió una señora con lentes y adorable mirada gatuna.

—¡Yoongi-ah! ¿Cómo está mi sobrino favorito? -el tono de la señora era emocionado y sus brazos rodearon los hombros del más alto, parándose de puntas para poder abrazar al alfa, quien felizmente se dejó mientras una corta risa escapaba de sus labios.

—Soy tu único sobrino, tía Dahyun. -comentó Yoongi obvio y recibió un pequeño zape mientras la mujer se separaba.

—¡Yah! Déjame ser. -bufó la beta, tomando la mano del alfa para arrastrarlo con todo y maleta dentro de la casa, donde un sonriente beta se encontraba tomando desayuno.

—¡YoonYoon! -exclamó el tío Mingi mientras se ponía de pie para darle un corto abrazo a su sobrino. —Llegas a buena hora. Tu tía hizo omelette y hay leche de fresa, sé que la amas. —comentó medio burlón mientras se volvía a sentar.

—No me avergüences por favor. —suplicó el pelinegro tomando asiento al lado de su tío mientras Dahyun dejaba un plato y un vaso llenos en su lugar y colocaba su propio desayuno al lado de su esposo.

La pareja se miró unos segundos y sonrieron con ternura al ver al joven devorar el desayuno, ambos sintiéndose melancólicos al extrañar a su propio hijo Hoseok, quien estaba estudiando en China.

—Y cuéntanos YoonYoon, ¿cómo va el trabajo? -preguntó Mingi curioso.

—Bastante bien, la verdad. El jefe dice que no tiene favoritos pero siento que tiene una ligera afición conmigo.

—Bueno, teniendo en cuenta que eres uno de los mejores productores y compositores del país a tan solo veintiseis años, no me extraña. -comentó orgullosa Dahyun. Yoongi solo pudo sonreír altanero ante lo que, aunque sonara algo presumido, era verdad.

Entre risas y anécdotas para ponerse al día terminaron el desayuno, Yoongi ofreciéndose a lavar los platos mientras su tío recogía la mesa y su tía llevaba sus cosas a su habitación recién preparada.

—Yoongi, tu tío va a alimentar a los animales mientras yo limpio un poco la casa, si quieres puedes ir con él o quedarte aquí. -dijo Dahyun cuando regresó del cuarto.

—Iré con él, solo déjenme ir a cambiarme.

Con rapidez el alfa fue a su habitación, cambiando su atuendo negro por unos pantalones vaqueros y una camisa de mangas largas que trajo desde Seoul, colocándose unas botas que su tía había dejado para él y así evitar ensuciar sus zapatos de tierra.

Al salir su tío le colocó una gorra oscura y le dio palmadas en la espalda, se despidieron con un ademán de manos de la beta y salieron de la casa, tomando rumbo al granero a pocos metros de ellos. El menor no pudo evitar tomar una profunda inhalación y luego exhalar ese aire fresco y puro de los campos de Daegu.

Yoongi sonrió emocionado y corrió hacia un animal en específico; una hermosa y gran yegua blanca que se mostró emocionada al percibir el aroma de su dueño.

—¡Mily! Te he extrañado un montón, preciosa. ¿Tú me has extrañado? -emocionado se acercó al corral del animal, comenzando a acariciarlo mientras esta bufaba y relinchaba con emoción.

—Claro que lo ha hecho, YoonYoon, hace unas semanas me coloqué una camisa que utilizaste la ultima vez que viniste y la cual sorprendentemente aún conservaba tu olor, y cuando entré aquí se puso como loca pensando que eras tú, pero al verme solo bufó y me dio la espalda. -comentó Mingi, viendo con ojos entrecerrados a la yegua, la cual ni caso le hizo, concentrada en los mimos de su dueño.