cincuenta

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Alejandra vivía sus días encerrada en la prisión, su hijo ya había sido separado de ella y puesto a tuición de una familia que si lo quería; poco le importó separarse de ese bebé que no mostró ni pizca de dolor o rabia consigo misma, los policías no creían ver ningún ser humano que pudiese comportarse así.Leonardo iba poco a verla para saber cómo estaba, aunque esta le había causado mucho daño en el pasado y al no querer que el bebé estuviera consigo no podía quedar fuera de eso; sabía que Alejandra aunque no lo demostraba tenía sentimientos y no era totalmente de piedra, era poca la conversación que lograba formarse entre ellos dos pero Leonardo lo intentaba.

Esplinter habia salido del hospital pocos días después de la visita número 10 que le hacía a Alejandra, el doctor le comento a la familia que todos estaba bien aunque deberían tomar reposo por algunos días debido a la edad del señor hamato; los hermanos decidieron hacer turnos para faltar a sus trabajos para cuidar de su ahora anciano padre, ahora necesitaban mucho cuidarlo.

_el primer turno será el de Miguel Ángel_confirmo donatello para luego anotar el nombre de su hermano en una tabla que el mismo creo para los cuidados de su padre_ luego de Miguel Ángel vendré yo,  luego serás tú Raphael y al ver que Leonardo no puede estar ausente mucho tiempo en su trabajo el será el último ¿Todos de acuerdo?

_si!_dijeron los tres hermanos faltantes

_desde mañana comenzaremos_ comento Raphael viendo a sus hermanos

_no es necesario tantas molestias hijos_ le recalcó mientras bebía su típico té

_claro que si papá_ Miguel Ángel se acercó a él sonriendole, sin perder la pizca de felicidad que lo adornaba_ el doctor dijo que al menos tenías que hacer 1 semana de reposo antes de volver al trabajo, y como somos 4 hermanos nunca estarás solo

Esplinter río al ver a su pequeño hijo tan decidido, sus otros hijos también rieron.

_bueno padre_ Leonardo alzó la voz llamando la atención de su familia_ debo regresar al trabajo, nos vemos cuando regrese a casa

Luego de despedirse de su familia tomó sus cosas y salió de la casa, camino por las calles de la ciudad llegando casi de inmediato a la comisaría; al llegar entro directamente a su oficina imaginándose que lo esperaban miles y miles de papeles los cuales tenían que firmar.

Benjamín entró en la oficina justo cuando Leonardo se sentaba en su silla, con una sonrisa se acercó mientras observaba como Leonardo pegaba su vista en los papeles que tenía en el mesón

_vaya, se te juntó el trabajo_ sonrió mientras se sentaba frente a su compañero

_si, todo por un golpesito en la cabeza_ río no tomándole mucha importancia al accidente_ pero ya podré superarlo

_leo.......lo que pasó ayer.....yo_benjamin callo al ver que Leonardo lo miró

_no te preocupes benjamin_ le sonrió_ cualquier motivo que hayas tenido para besarme.........quizás no los quieras decir

El ambiente quedó en completo silencio al ver que ninguno de los dos se atrevía a hablar, Benjamín se encontraba nervioso mientras jugaba con sus manos; Leonardo también estaba nervioso pero no lo demostraba demasiado, en la mente de ambos pasaban las imágenes de ese beso que surgió en la habitación del hospital.


Benjamín se levantó de la silla al igual que Leonardo quedando frente a frente, de un momento a otro el castaño tomó al azabache por la cintura acercándolo a él juntando sus labios nuevamente; el azabache cerró los ojos disfrutando del momento aprovechando de que esta vez estuviera despierto, Benjamín tomó la ventaja aprisionando al azabache contra su cuerpo.

Justamente en el momento más mágico del beso la puerta se abrió de improviso, ambos jóvenes no se dieron cuenta de lo que sucedía en ese momento hasta que un grito los separó.


_¡degenerados!





CONTINUARÁ

★REUNIDOS, Y UNIDOS ★ [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora