Tuve que tranquilizarla de la misma forma que solía hacer mi madre cuando de niño tenía alguna pesadilla. Acaricié su cabello y susurré que todo estaría bien. Se estremeció cuando sintió mis manos sobre su cabeza y se levantó de un salto. Pude ver que estaba vestido sólo con su ropa interior. Se alejó de mí con las piernas temblorosas y encendió la tenue luz del sótano. La vi tomar una botella de cerveza vacía y la estrelló contra la pared para usarla como arma. Sabía que lograría hacer que la soltara si cortaba puntos estratégicos de sus brazos, así que no me preocupé. Mantuve las tijeras en alto y tuve que contenerme para no atacarlo en ese momento. Lo necesitaba vivo por unos minutos más.
—¿Qué quieres, Joaquin?
Entré a su casa armada con unas tijeras, ¿y él se atrevió a preguntarme eso? No podía creer que yo hubiese salido con semejante pedazo de idiota.
—Necesito hablar contigo —dije sin bajar las tijeras.
Mentira. Lo que realmente necesitaba era cortar sus manos.
Camila me miró con escepticismo por minuto, pero ella tampoco bajó la guardia. Sentí correr el tiempo con una velocidad absurda. No lograba entender qué tan importante eran sus respuestas como para prolongar su vida un poco más. Renata me estaba esperando en casa y debía llegar antes del amanecer. ¿Para qué perder el tiempo intentando hablar el mismo dialecto que Camila?
—Quiero saber qué viste en mi hermana que no lo tuviera yo.
Ahí estaba de nuevo el Joaquin Bindoni celoso. Volví a sentirme como un novio herido luego de descubrir una infidelidad. Yo no sentía nada por Camila. ¿Por qué me sentí así, entonces? ¿Cómo fue que me reblandecí tanto que le permití partirme el corazón en mil pedazos?
Renata era la única culpable.
—¿Qué? ¿A eso has venido? ¿A hacer una escena de celos?
¿Por qué le permitía seguir viviendo?
¿Por qué quería saber el motivo por ell que prefería a Renata?
¿Qué estaba haciendo yo en casa de Camila?
De pronto todo me pareció extraño.
Si sólo lo que quería era vengarme de ellos, ¿qué me había impulsado a encarar a mi ex novio de esa manera? Si Camila jamás me interesó, si jamás sentí nada por él, ¿por qué dolía tanto que él prefiriera a otra persona? Todas las parejas de enamorados estaban juntas porque sentían un poco de atracción el uno por el otro, atracción física o emocional, pero era atracción, al fin y al cabo. Y luego estábamos nosotros. ¿Qué fue lo que nos había unido? ¿La música? ¿Elaine? Yo no estaba celoso de ninguna de sus conquistas. Lo único que quería era saber lo que hacía a Renata diferente a mí... ¿Cierto?
De pronto sentí el sudor frío sobre mi frente y tuve el impulso de salir corriendo.
¿Qué era esa sensación?
¿Tenía miedo de saber la verdad?
—Sólo dímelo. ¿Qué tiene mi hermana que no tenga yo?
Y a pesar de todo, yo sabía la respuesta.
Renata tenía un buen cuerpo, un lindo rostro, mucha inocencia y una gran facilidad para acceder a fornicar con los hombres que la cortejaban. En cambio, yo no era para nada hermoso. No era sexy. Nunca tuve la capacidad de enamorarme perdidamente de nadie y jamás habría accedido a acostarme con Camila estando sobrio.
¿Qué mierda estaba pasándome?
De pronto fue como si el Joaquin Bondoni que asesinó a Ethan, Elaine y los hermanos Osorio hubiera desaparecido y me hubiera dejado indefensa.
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El violinista
FanfictionJoaquin Bondoni es un talentoso violinista que pierde la movilidad de sus manos tras un terrible accidente. Un viaje con su mejor amigo, Emilio Osorio, se convierte en su oportunidad de empezar desde cero, en Santa Bárbara, California. Sin embargo...