Capítulo #1

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Hola!

Sí, soy yo... la chica de los "converse".

Tengo 19 años. Soy una chica alta, de piel blanca, cabello negro y ojos azules. Aunque no creo que eso les importe mucho.

Soy lista, estudiosa y me encanta el amor. Me gusta escuchar música, sacar fotografías y molestar a mi mejor amiga, Sophya. A que persona no le gusta molestar a su mejor amiga? Sería una locura si no tuviéramos esas bromas en cada momento de nuestra vida. 

Prosigo hablando de mí...

Nahara era mi madre. Gracias a ella tengo el nombre de Nara. Ella era una mujer alta, blanca y su cabello era rubio con destellos brillantes, cómo el sol. De ella saqué los hermosos ojos azules.

Mi madre era muy amorosa, le encantaba sonreír y hacerme bromas entre mi padre y ella. Trabajaba en su propia empresa de moda. Fue a París y allí cumplió su sueño de ser la diseñadora mas famosa en ese año.

Mi papá me toleraba cuando estaba enamorada, cosa que a mi madre no le gustaba. Mi padre era alto; mucho más que mi madre. Sus ojos eran negros y su piel blanca. De él tengo el cabello negro y mi altura.

Recuerdo que mi padre también tenía una empresa propia de autos. Trabajaba duro para darnos a mamá y a mí todo lo que "nos merecíamos", según él decía.

Los dos ganaban mucho dinero, pero eso no lo era todo. Él nunca supo como expresar bien su cariño, aún así lo intentaba y yo lo reconozco. Me amaba tanto cómo yo lo amaba a él.

Siempre quise tener un hermano, lo cuál a ellos se le hacía muy complicado, ya que siempre estaban ocupados con mucho trabajo y no podían criar a dos hijos a la vez. Así que me quedé cómo hija única.

No me podía quejar. Todo era para mí, aunque eso no me llenaba.

Tenía una nana llamada Esther. Ella jugaba conmigo y hacía todo lo que hace un hermano, hasta me molestaba. Ella hizo el papel de hermana durante mi crecimiento. Me quería mucho y aprendimos a salir adelante unidas.

En resumen... se preguntarán porque la historia de mis padres está en pasado. Les contaré...

Solíamos ir de compras, de vez en cuando, compartíamos en familia y la pasábamos de maravilla. Luego de un día normal, nos dirigíamos a nuestro hogar. La luz roja hizo que nuestro auto parara. El día estaba hermoso. Soleado, con nubes totalmente blancas y una brisa fuerte que mantenía el día fresco y no caluroso. El semáforo se tornó de color verde. Mi padre aceleró el auto para seguir hacia nuestro destino. En un momento estábamos bien y en el otro un auto invadió nuestro carril haciendo que nuestro carro chocara y mis padres murieran.

Todo ocurrió cómo una película en cámara lenta frente a mis ojos. Recuerdo las últimas palabras de mi madre: Eres fuerte, saldrás adelante con tu inteligencia y serás una chica de bien.

Sólo pude responder un te amo y vi cómo cerraba sus ojos.

El responsable del accidente también murió. En cambio yo, a penas comenzando a vivir, pues tenía sólo 16 años, me quedé completamente sola. Excepto por Esther, quién sin duda se haría y fue la que se hizo cargo de mí.

Toda la fortuna había sido pasada a mi nombre, pero eso no me valía de nada. Tenía una casa muy grande, de dos pisos, casi 15 cuartos y una nana con 26 años, pero la realidad es que tenía mis sentimientos destrozados.

Sabía que tenía a Esther y ella no me dejaría. Ella fue lo único que me quedó y aunque me llevaba 10 años, era cómo una madre y hermana para mí. Aquí comienza mi historia.

Mi vida después del accidente

Terminé mi último año escolar y me haría a estudiar diseño en una universidad muy cerca de mi casa. Empiezo mis estudios en una semana.

Desde niña me gustaba cómo mi madre hacía sus diseños. No era la única, a todas las personas también les gustaba y eso me inspiraba. La verdad es que ella fue mi inspiración a estudiar diseño.

1 semana después

- Nara... Nara... Despierta Nara... - escuché a lo lejos

- Esther, Buenos días - contesté abriendo mis ojos

- Buenos días Nara. Tienes 45 minutos para prepararte - informó

-Que?- grité levantándome de golpe - Esther se me hizo tarde - dije dirigiéndome al cuarto de baño

- Lo sé Nara, así que vamos... apresúrate - dijo marchándose de mi habitación

Luego de mi tardanza me di una corta ducha. Me vestí con una camisa violeta, unos jeans negros y mis habituales converse violetas, ya que tenía todos los converse de todos los colores. Logré llegar temprano a la universidad y fui corriendo hacia la maquina de meriendas, me compré unas papas y me dirigí al salón.

Llegué, iba a abrir la puerta cuando alguien la abrió y en seguida vi sus hermosos converse de color azul claro.

Luego seguí subiendo la mirada rápidamente hacia su cara y mis ojos azules se toparon con sus hermosos ojos azul claro.

El chico se quedó mirándome directamente a los ojos. La profesora rompió el silencio diciendo:

- Bienvenida señorita!- la miré algo aturdida y le respondí:

- Gracias profesora-

El chico lindo se alejó y yo entré al salón prestando atención a lo que debía, mi profesora.

Mientras mi corazón me decía tun tun ....tun tun....tun tun y sólo me acordaba de esos ojos azules.

- Señorita Nara Delan... - nuevamente fui interrumpida por la profesora, esta vez me llamó por mi apellido, Delan.

- Si profesora? -

- La veo muy distraida, ocurre algo?? -

- No profesora disculpe. No pasará de nuevo -

- Eso espero Nara, esta clase requiere de mucha concentración -

Y mira que sí (me dijo mi consciencia).

- Esta bien profesora -

Era mi primer día y ya estaba recibiendo regaños, aunque no era para tanto sólo fue una advertencia. CREO

Miré a mi alrededor hechando un vistazo a mis compañeros y luego me quedé atenta a la clase. Anoté las cosas primordiales que tenía que aprender, pero créanme que mi mente nunca se olvidó de esos hermosos ojos azules. Eran incluso más azules que los míos. Diría que eran mucho más hermosos, ya que mis ojos eran azul claro, casi grises en cambio los de él eran azul cómo el mar...

La chica de los "converse" (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora