Danzo miró a la Uchiha con una media sonrisa haciendo temblar a la castaña quien lo observaba duras penas. Los ANBU se colocaron detrás de ambas para evitar que huyeran y así aumentando la tensión.
—Quien hubiese pensado que dos Uchihas escaparían de la masacre. Tendré que arreglarlo con Itachi después —ese tono molesto de Danzo alteró a Kiyomi, ella sabía lo que Itachi haría, pero jamás pensó que Danzo fuese el responsable y provocó que el odio creciera mucho más activando su mangekyou casi por inercia. —. Oh, bueno. Acabaré con el trabajo que tu estúpido hermano no pudo hacer.
—¡No hables así de Itachi! —gritó Izumi con lágrimas en sus ojos.
—Izumi, tranquila. Este tipo no es para tomarlo a la ligera... —trató de calmarla sin mucho éxito. —Quédate detrás de mí, ¿bien?
—No lo haré —dijo firme. —Si vamos a morir será peleando, no quiero que lo hagas tú sola.
Kiyomi sonrió ante esa actitud. Danzo por otro lado hizo una mueca de desagrado y alzó su mano para indicarle a los ANBU que atacaran. Kiyomi por suerte había sido precavida y sin que lo notaran ya había dejado algunas trampas en el lugar solo por si se presentaba algún problema y la noche estaba a su favor.
Izumi activó su sharingan y se puso espalda a espalda con la chica contraria. Los ANBU parecían ser especialistas en ataque a distancia y también ser del clan Nara al saber el jutsu de posesión de sombras. La luz de luna llena proyectaba perfectamente su sombra y los árboles estaban en un radio en el cual las atraparían rápido.
Kiyomi vio como la sombra intentaba tomar la suya mientras que el otro lanzaba armas peligrosamente cerca de ella. Izumi como pudo logró alejarlo aún más con el jutsu bola de fuego sin mucho éxito y cuando sus pies tocaron el suelo fue atrapada por el ANBU.
—Rayos... —murmuró para sí misma. Kiyomi al darse cuenta se interpuso para distraerlo activando su sharingan. Por instinto este de dio la vuelta y de esa era la pelinegra logró darle un golpe sin contar que el otro ANBU lastimarla su brazo con un shuriken dejándola sin poder usar su brazo izquierdo para realizar jutsus.
—No hagan esto más complicado —habló Danzo tranquilo. —. Solo necesito tu mangekyou, Kiyomi y te aseguro que su muerte no será tan dolorosa.
—¿Mi mangekyou? ¿De qué rayos hablas?
—No es necesario que lo sepas, de igual forma será mío y cuando tu tonto hermano mayor vea tu cadáver él también lo tendrá...
—Sabes mejor que nadie que esto no te hará hokage. Nunca lo serás. —se burló Kiyomi con una sonrisa.
—Maldita niña malcriada... —dijo entre dientes y dio orden a matar a ambas.
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—Shisui-san, ¿mi hermano está bien?
La voz de Sasuke sacó a Shisui de sus pensamientos, lo miró por un momento mientras ambos saltaban sobre los árboles y le sonrió. Ni siquiera él sabía si Itachi estaría bien pero pronto lo sabría.
—Si, pequeño. Yo lo voy a cuidar, así como él te cuida a ti.
Sasuke asintió felizmente siguiendo a Shisui. En su camino pudo escuchar el grito de una chica y se detuvo en seco, Sasuke también lo hizo y pudo reconocer aquella voz.
—¡Es Izumi! —gritó Sasuke con preocupación y cambiaron el rumbo hacia aquel grito.
Al llegar solo pudieron ver a la castaña en el suelo y la pelinegra a su lado intentando incorporarse. Shisui no pensó dos veces y se colocó frente a ellas preparando un kunai en sus manos, pero lo único que pudo ver fue a un ANBU irse luego de darle una clara señal de que lo estaría observando.
—Danzo, este maldito...
—¡Izumi! —gritó de nuevo Sasuke yendo a donde estaba ella. Movía su cuerpo intentando hacerla despertar, pero no reaccionaba preocupando aún más al menor de los presentes.
—¿Sasuke? ¿Qué haces aquí? —esta vez habló Kiyomi llevando una mano a su rostro. Shisui fue a ella y alejó su mano del rostro solo para ver que le habían arrancado su mangekyou.
—Espera, déjame curarte. —Shisui sacó un par de vendas de su bolso y ayudó a la chica sanando como pudiese su herida. Ella solo sonrió tristemente.
—Izumi... —Sasuke suspiró al saber que solo estaba inconsciente.
—Vete, Shisui —ordenó Kiyomi. —. Itachi ya debe estar en camino, ve tú también. Yo cuidaré de Sasuke mientras tanto. No te preocupes por mí.
—Pero Danzo se llevó tu mangekyou...
—Y aún tengo mi otro ojo, así que no te preocupes y vete. Nos reuniremos en otra ocasión y para entonces quiero que cuides de mi hermano mayor o seré yo quien patee tu trasero. Ahora ve.
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El camino era largo y cansado. Sus manos temblaban al igual que sus piernas de tan solo recordar lo que acababa de hacer esa noche y estaba preocupado. Sin embargo, si quería que ellos estuvieran bien, quienes más quería, debía convertirse en lo que era ahora: un criminal.
—Espera aquí, entra cuando yo te lo diga. —ordenó el hombre enmascarado entrando a aquella cueva. Miró sus manos una vez más y negó intentando suprimir sus sentimientos.
La idea de haber matado a su clan aún no podía ser aceptada, su mente estaba borrosa y cuando cayó en cuenta que no recordaba esa noche; pensó en Shisui. No recordaba haberlo visto en el distrito y la idea de haberlo asesinado solo provocó que se odiara tanto.
—¿Nuevo integrante? —se escuchó desde adentro una voz chillona. —¿Quién es?
Itachi entró sin recibir la llamada del hombre enmascarado y provocó que este gruñera al verlo.
Frente a él se encontraban aquellos quienes portaban esa bata negra con nubes rojas. La mirada del líder estaba puesta en él e Itachi se llenó de temor, un temor que jamás había experimentado antes.
—Bienvenido. Ya no eres Itachi Uchiha de la aldea de la hoja, desde ahora serás Itachi de Akatsuki.
