XXII

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Revelación y advertencia

¿Habrá sido buena idea? Eso no lo sabría hasta llegar al lugar indicado. No podía estar tranquilo, sus manos estaban inquietas y su mente no era la excepción, sin embargo, algo dentro de sí creí que las cosas marcharían a su favor, pero si no era así, al menos supo que lo intentó. Teniendo a Shisui a su lado era una bendición, a veces ni siquiera entendía cómo es que había llegado el punto en que se necesitaban uno del otro desde aquella vez.

—¿Tienes miedo? —preguntó Shisui a su pareja quien no dijo nada. No hacía falta una respuesta, era fácil de leer para el mayor y tomó su mano con fuerza regalándole una sonrisa encantadora. —Vamos a estar bien.

No estaba muy seguro de eso, pero iba a confiar en sus palabras.

No había sentido tanto miedo hasta entra frente al hombre enmascarado. Tenía una presencia tenebrosa y ni hablar de que detrás de esa máscara estaba el rostro de tal vez uno de los mayores criminales que haya experimentado el mundo ninja hasta ese momento después de Madara y Hashirama. Lo cual era extraño; una localización como el Valle del Fin era inusual para verse después de comunicar que querían irse.

—Ahí está, parece que nos está esperando.

—Tengo un mal presentimiento, Shisui. —por fin habló Itachi tomando con un poco más de fuerza la mano del mayor. Shisui por su lado intentó estar calmado en todo momento, pero por dentro también tenía miedo.

No era miedo de estar frente a ese individuo, su miedo era que le pasara algo malo a quienes quería. En especial a Itachi.

Así fue como frente a ellos estaba el hombre enmascarado, solo y con sus brazos cruzados, divididos por la cascada y del otro extremo ambos Uchihas juntos, aunque sería Shisui quien tomaría la iniciativa de hablar si era completamente necesario. Debía aceptar que era intimidante, ya se habían enfrentado, pero era diferente ahora, todo era diferente.

—Estoy decepcionado de ambos. Pese a eso, también fueron de gran utilidad y con ello también puedo decirles que deshacerme de ustedes fue la decisión que tomé. No lo hice porque quería a Danzo a mi merced y gracias a Shisui, por otro lado, fue Itachi quien acabó con el clan.

—No nos trajiste aquí para elogiarnos —atacó Shisui molesto. —. Ve al grano.

—Cuida tus palabras, no puedes hablarle así a Uchiha Madara.

La mirada de ambos cambió, estaban sorprendidos porque no podía serlo. Prácticamente habían pasado muchas décadas como para que Madara siguiese convida y aun estando en un físico como ese. Tanto Shisui como Itachi estaban desconcertados, pero también esa posibilidad estaba ahí.

—No, Uchiha Madara murió hace tiempo.

—Di lo que quieras, Itachi. No me importa si me creen o no, lo que importa es que sepan cuál es su lugar, mocosos.

—Fue Zetsu, ¿cierto? —dedujo Shisui casi de inmediato y el enmascarado soltó un "bingo" un poco bajo. Era claro que Zetsu no era algo que tuviera sentido existente en la organización y fuera la mano derecha de este cuando ninguno de los dos parecía hacer algo o actuar. Al menos no frente al líder o cualquiera de los otros miembros.

—Yo le dije a Pain que fundara Akatsuki. No fue nada complicado, manejar su mente fue sencillo, tal vez mucho más de lo pensé. Todo debía ir al plan y para eso los necesitaba a ustedes dos.

—Tsukuyomi infinito... —soltó Itachi aún si creerse lo que estaba escuchando, su miraba estaba baja encontrando lógica a la situación, pero no lo había.

—Traicionan Akatsuki como si fuera así de sencillo largarse sabiendo el problema que fue Orochimaru en su momento. Me dan tanta pena, mocosos —se burló y caminó acercándose a la orilla, los pocos centímetros que los dividían eran suficientes para que ambos retrocedieran al menos unos pasos. —. No importa, pueden hacer lo que le plazca, ya no son útiles para mi ahora y la idea de matarlos permanece en mi mente.

—¿Qué quieres?

—Maten a Danzo. Es una piedra en el camino al plan del Tsukuyomi y no puedo esperar a que tu estúpido hermano menor lo haga estando con el jinshuriki.

—¿Qué ganamos nosotros? —preguntó ahora Shisui.

—Libertad.

—Sabia que te ibas por las noches. ¿Por qué no lo dijiste?

—Quería protegerte.

Itachi río y caminó hasta colocarse frente a él y darle un beso corto en los labios.

—Pasamos de cazadores a presas, Shisui.

Los habitantes de la aldea estaban ahora más tranquilos al saber que había un hokage a su cargo, la incertidumbre había crecido, pero era la noticia que subía el ánimo a los habitantes

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Los habitantes de la aldea estaban ahora más tranquilos al saber que había un hokage a su cargo, la incertidumbre había crecido, pero era la noticia que subía el ánimo a los habitantes.

Todo gracias a Naruto.

Tsunade Senju ahora era la nueva hokage y al ser la nieta de Hashirama, el pueblo no tardó en mostrarle respeto pese a no haber estado en la aldea después de la Tercera Guerra.

No todo era alegría y diversión. En los cuarteles de Raíz se encontraba el alma intranquila de Danzo y su sangre hirviendo a más no poder ante la decisión de los consejeros. Jiraiya había sido su primera opción y jamás lo tomaron en cuenta siendo uno de los miembros más experimentados en ese lugar y simplemente lo pasaron por alto como si nada.

Uno de los ANBU observaba como su maestro simplemente sacaba toda su rabia tirando cualquier objeto a su paso y si se trataba de alguien, también no dudaría en tirarlo al vacío de los pasillos. Detrás de su máscara estaba sonriendo; le daba un poco de gracia verlo actuar así, sin embargo, ahora pondría más mano dura con todos los que conformaban Raíz y la idea los asustaba demasiado.

—Danzo-sama, esperamos órdenes.

—Lárguense de aquí, no me molesten por un largo rato.

—Traeré informes luego. —hizo una reverencia y se marchó cerrando la puerta detrás de él. Al llegar a los pasillos, dos de los ANBU estaban esperando con él preguntando el estado del maestro y solo respondió que estaba perdiendo la cabeza de nuevo. —Iré por lo informes y salimos en cinco minutos.

Al ingresar a la oficina caminó hacia el gran escritorio con todos los informes escritos presentados durante la semana activa de Raíz. Se percató de un pergamino en el suelo no muy lejos de donde estaba el resto y mientras chasqueaba la lengua lo tomó con la intención de verificarlo.

Sin embargo, al hacerlo se trataba de un sello explosivo y la oficina se convirtió en un montón de escombros llamando la atención de todos en el cuartel. Danzo por su lado fue notificado por varios y acudió inmediatamente creyendo que eran imposible que alguien pudiese ingresar así sin ser detectado hasta que en su mente surgió el nombre del único que podría. No era un ataque, era una advertencia sobre que la situación ya no estaba a su favor.

—¿Quien fue? ¿No había guardias? —habló un ANBU desconcertado.

—Shisui... —gruñó Danzo tratando de contenerse. —Ese maldito...

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