La mirada de Itachi estaba perdida en cualquier punto, no importaba el escenario que sus ojos veían cuando Shisui había entrado a la guarida de Raíz, era imposible no pensar en la posibilidad de que su pareja no pudiese perder frente a Danzo. Quien sabe que trucos tenía bajo la manga, los usaría sin dudarlo y era un riesgo grande.
Obviamente estaba molesto con Shisui por decirle que esperara afuera pero también confiaba en él.
La noche anterior fue una montaña rusa de emociones ya que habían comenzado hablando sobre el plan de Shisui luego de la advertencia y terminaron ambos en una despedida de la cual no sería el mejor momento para recordar. Admitía que había sido la primera vez que él tomaba la iniciativa, era especial, había un 50/50 por ambas partes y desaprovechar el momento no era una opción.
Mientras tanto, Danzo era quien no podía mantenerse de pie frente a un agotado Shisui con su mangekyou sharingan activado. La sonrisa burlona de Danzo estaba en su rostro y solo molestaba al Uchiha al no comprender la razón de eso; nada de lo que estaba pasando era divertido.
—Bravo, mocoso. Has sido la única persona que ha sobrevivido a todos mis ataques.
—No diría que estás en tu mejor forma, apenas puedes estar de pie.
—No importa mientras tenga estos para ayudarme.
Extendió su brazo y dejó caer las vendas, la mirada de Shisui era terror puro al observar el brazo de Danzo.
—¿Sharingan? —preguntó sin creerse aquello. La sonrisa de Danzo desapareció y su mirada era bastante seria. ¿Qué rayos estaba ocurriendo?
—Así es, espero no te moleste que tengas la mirada en ti, aunque, no será por mucho tiempo.
Shisui simplemente se lanzó a atacar con la sangre hirviendo, podría ser el mejor estratega, pero no podía pensar claramente viendo a todos esos sharingan en el brazo de Danzo. Ahí fue cuando dio todo de si para lograr causar el mayor daño ya sea por medio de ninjutsu, genjutsu o taijutsu.
Sus habilidades eran excepcionales, y su sorpresa era mayor al notar que no importase que hiciera, jamás lograba con darle un golpe cuando hacía un momento no podía ni mantenerse de pie. Verlo acercarse a él lo hacía retroceder cada vez más, le daba terror mirar ese brazo y controlarse a sí mismo no estaba funcionando para nada.
—Tu destino es perder contra mí, Shisui. No puedes cambiarlo, pero yo sí puedo.
—¿De qué hablas? Esto es absurdo... —gruñó molesto colocándose en una distancia considerable. Los ojos de Shisui se abrieron considerablemente al saber ahora de que se trataba, no era un error que le haga dicho eso, porque pese a ser un Uchiha, controlar algo como el Izanagi no era algo posible hasta donde llegaba sus conocimientos.
Miró el brazo de Danzo y dos de los ojos habían cerrado; habían sido dos ocasiones en las que atacó Shisui después de elogiar lo tanto con sus ataques. Entonces confirmó lo que más temía, autocontrolarse ya no tenía sentido cuando había gastado chakra inútilmente toda la pelea.
—Admítelo, estás perdido.
Shisui sonrió, Danzo frunció el ceño tratando de comprender esa extraña reacción. El Uchiha levantó su mirada y lo miró unos segundos, costos segundos que fueron suficientes para que de nuevo fuera a atacarlo a larga distancia tratando de ganar algo de ventaja, pero era más que evidente que teniendo conocimiento sobre el Izanagi, sería algo inútil. Shisui chasqueo la lengua con fastidio y se dejó caer al suelo tratando de recobrar el aliento, el usar ataques oculares a larga distancia terminaron con el chakra mueble quedaba y Danzo aprovechó el momento para tomarlo de sus ropas y levantarlo.
Observar su rostro al tratar de liberarse del agarre le provocaba satisfacción y antes de que si quiera pudiera moverse el Uchiha, atravesó su cuerpo con la mano contraria en un punto vital: el corazón.
—¡Shisui! —era el gritó de Itachi observando la escena desde la cima de la guarida. Danzo levantó la mirada y deleitarse con la mirada de desesperación de Itachi.
La sangre corría como una cascada, sacó su mano y tiró el cuerpo de Shisui no muy lejos de donde se encontraba.
—Patético. No te preocupes, pronto enviaré a tu novio contigo —Danzo se dio media vuelta pensado encontrarse con Itachi, pero no fue así. Frente a él, se encontraba Shisui de pie. —¿Genjutsu?
—Dijiste que podías cambiar tu destino, ¿no es así? Bueno, yo puedo evitarlo.
—¿Qué...?
—Has caído en el Izanami.
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No podía seguir aguantando más tiempo afuera, podía sentir una presión en su pecho debido a si ansiedad. No había ruido alguno saliendo de la guarida y comenzaba a desesperarse.
Frente a él, apareció Madara. Itachi se pudo a defensiva y no dudó en activar su sharingan casi de inmediato.
—No tiene sentido que trates de usar tu sharingan conmigo, Itachi. Si valoras más tu patética vida será mejor que lo desactives.
No tuvo de otra que aceptar aquello, estando alterado podría hacer cualquier estupidez y no era momento para hacer la situación más complicada con Madara y Akatsuki en general cuando dentro no tenía idea de Shisui o de Danzo.
—¿Shisui está bien?
—Veelo tú mismo.
La guarida estaba bastante silenciosa, había duda si entrar o no ya que no quería saber el escenario que podría encontrar. Madara por su lado, entró primero hasta que Itachi tomó la iniciativa de bajar también.
No había un alma ahí dentro, probablemente todos los ANBU huyeron cuando su maestro se vio en aprietos con Shisui. Era un silencio abrumador y justo cuando creía que no podía ver qué pasaba con Shisui, estaba frente a Danzo.
—¡Shisui! —gritó tratando de llamar su atención, el nombrado levantó la mirada a donde Itachi quien aún tenía bastante por bajar hasta llegar al fondo la guarida y notó que cubría uno de sus ojos con su mano derecha. Itachi entró en pánico.
—No te preocupes, está bien. —tranquilizó Shisui al sentir a Itachi cerca. Literalmente al tocar el suelo con ambos pies, el menor corrió a él para darle un abrazo.
—Aún no has terminado, Shisui —habló Madara detrás de ambos. Itachi al verlo se separó de Shisui y tratar de comprender por qué cubría su ojo. —. Tienes que matarlo. Nada sirvió perder tu ojo para meterlo en el Izanami.
—Lo siento, no tenía otra opción —Itachi negó entendiendo completamente aquello. El mayor se apartó de él y se colocó frente a Danzo, sacó un kunai y miró a Madara brevemente. —. Cumple tu promesa.
Y el cuerpo de Danzo cayó a la par de Shisui en un parpadeo.