THE SECRETS NEVER END ©; CHRIS EVANS [2]

Capitulo 1.

Capitulo 1: Lo hecho, hecho esta.

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➤ 5 años antes, Boston.

Anastasia Palmer corría por los pasillos del hospital Medical Center. En sus brazos se encontraba una pequeña bebe de apenas seis meses. Una niña rubia, con unos hermosos y grandes ojos azules, su tez blanca y sus mejillas eran de color rosado. Ella era su hija, Kate.

Anastasia buscaba con su mirada a su madre de una manera desesperada. Su mirada se centro en la sala de espera, ahí se encontraba Claire, su madre. Camino a paso rápido, Jackson Payne se encontraba al lado de Claire. Este al escuchar pasos aproximándose, levanto su mirada. Al instante se puso de pie. Claire imito su acción.

―Ana, ¿por qué trajiste a la niña? ―pregunto el moreno.

― Soy madre soltera, Jack. ¿Con quién iba a dejarla? ―contesto. Jackson asintió, dándole a entender que tenia razón. El alzo sus brazos, y tomo a la pequeña Kate.

Anastasia clavo su mirada en su madre, ella permanecía callada, con su cabeza cabizbaja. Lloraba en silencio.

―Mamá...―hablo llamando la atención de su madre―... ¿Qué te han dicho?

Claire levanto su mirada; sus ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar. Suspiro pesadamente, tratando de contener las lágrimas. Pero un sollozo se le escapo.

―Él está agonizando...―confeso―...su tiempo ha acabado.

― Eso no es cierto. ¿Hay algo mas que los doctores puedan hacer por él?

―Nada, Ana. Han hecho todo lo posible para que el siga viviendo, pero ya su cuerpo no resiste más. ―contesto Jackson por Claire.

― ¿En qué habitación esta?

―Habitación 12. ―dijo Claire―. Dile todo lo que crees que necesitas decirle, díselo ahora, porque después ya será muy tarde.

Anastasia asintió. Giro sobre sus talones y se dirigió hacia la habitación 12. Se rehusaba a perder a su padre, se rehusaba a creer que el tiempo de su padre había llegado a su fin. Pensaba muy bien todo lo que iba a decirle, aunque sabia que le iba a costar decírselo, debía hacerlo.

Al estar enfrente de la habitación 12, un nudo se formo en su garganta. Su respiración se torno agitada, y su corazón latía muy fuerte que parecía que en algún momento se le iba a salir del pecho. Tomo la manija y dio un largo suspiro. Y abrió la puerta.

Su corazón se rompió por completo al ver a su padre en esa camilla, con aparatos por todo su cuerpo. Su padre abrió sus ojos débilmente, logro visualizar a la que siempre fue la niña de sus ojos. Los ojos marrones de Anastasia se cristalizaron, apretó su mandíbula para contener sus lágrimas. Se acerco lentamente a su padre. Al estar lo suficientemente cerca de él, tomo su mano.

―Anastasia...mi niña. ―dijo Derek débilmente.

Anastasia no aguanto más, y rompió en llanto. Sus lagrimas corrían por sus mejillas sin permiso.

―Papá por favor, no me dejes. ―dijo.

―Hija, mi tiempo ha llegado a su fin.

―Pero...h-hay algo q-que se pueda h-hacer. No puedes irte, todavía no.

―La muerte no es negociable, Ana. Lo mas duro de esto es que ya jamás podre ver tu rostro...jamás podre abrazarte. No podre ver a mi nieta crecer, eso será lo más duro.

Anastasia abrazo a su padre, cuidadosamente para no lastimarlo. Ahí lloro desesperadamente, su padre acaricio su cabello de una forma tranquila.

―Gracias...gracias por todo lo que has hecho por mí y por mamá. Gracias por hacerme feliz, y apoyarme siempre. Te pido perdón por todas las veces que te decepcioné, por todas las veces que dije algo que tal vez te llego a doler, por hacerte enojar. Desde que nací, has sido el mejor papá. Y solo quiero decirte que te amo...te amo con todo mi corazón, papá. Kate también te ama, y te amaremos siempre. ―dijo mientras seguía llorando.

―Yo también te amo, hija. Me siento muy orgulloso de ti. Quiero que eso siempre lo tengas en mente, tu padre siempre ha estado orgulloso de ti.

Anastasia sollozo. Levanto su mirada y dejo un pequeño beso en la mejilla de su padre. Hasta que escucho como el electrocardiograma emitía un fuerte pitido. El corazón de su padre había dejado de latir. Fue como si su padre espero hasta que ella llegara, para morir en paz.

―No, no, no, no... ―dijo repetidas veces. ― ¡No! ―grito.

Anastasia Palmer había perdido una de las personas que mas amaba en este mundo. Había perdido al hombre de su vida, al hombre que la amo sin importar nada ni nadie.

(...)

―Chris, ¿ya estas listo? ―pregunto Scott Evans, el hermano de Chris. Scott frunció su ceño, nadie contestaba. Entonces decidió abrir la puerta.

Chris Evans se encontraba en el suelo, había vidrios rotos en el suelo. Chris se encontraba sentado en forma fetal con su cabeza abajo. Desde lejos se podía escuchar como lloraba. La habitación estaba echa un desastre. El olor a alcohol inundo las fosas nasales de Scott.

― ¿¡Pero que mierda?! ―exclamo. Corrió hacia Chris y se agacho a su altura. ―Chris, ¿Qué significa todo esto? Agradece que no vino mamá, se hubiera vuelto loca al ver todo este desastre.

― ¡Soy un perdedor, eso es lo que soy! ―exclamo― ¡Perdí lo único que tenia en esta vida! ¡Perdí a Anastasia!

―Deja de lamentarte, Chris. Fuiste una mierda con esa mujer, ella no merecía ser herida de esa manera, ella hubiera dado todo por ti.

―Me di cuenta muy tarde que la amaba...―susurro.

― ¡Basta! ―exclamo― ¡Acepta que fuiste una mierda con ella y también acepta que la perdiste! ―dijo―. Ahora dúchate y arréglate. En dos horas te casas, Lisa ya esta lista. Yo limpiare todo este desastre.