THE SECRETS NEVER END ©; CHRIS EVANS [2]

Capitulo 15.

Capitulo 15: Confesion.

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Chris salió de la casa de Claire acompañado de Anastasia. La presencia de Evans le dolía, tanta cercanía le dolía. Y solo fue suficiente un día para que Kate amara la compañía de su padre.

― ¿Vendrás mañana a verla? ―pregunto la rubia.

―Si tú me dejas, vendré.

―Sabes que no debes pedirme permiso para venir a verla, solo hazlo.

―Sobre nosotros...―Chris fue interrumpido.

― ¿Nosotros? Ya no hay un nosotros, y lo sabes perfectamente.

― ¿Qué debo hacer? ¿Eh?

―Nada, absolutamente nada. Esto se acabó.

―No...no me digas eso.

―Lo único que nos une ahora es nuestra hija, nada más.

―Eso no es justo. ¿Qué no daría yo por estar contigo de nuevo?

― ¡Eso lo hubieras pensado antes! ―exclamo. ―Ya es muy tarde, Chris.

― ¿Cómo se supone que debo olvidarte? No puedo, me es imposible.

―Tienes tu esposa, ella te necesita. La elegiste a ella, y por más que me duela, debo dejarte ir. Te dije desde un principio que no quería arruinar un matrimonia, ahora debo dejarte ir; tú también tienes que hacerlo.

―Quieras o no, yo peleare por ti. Y no me cansare hasta tenerte de vuelta.

(...)

Lisa escucho como la puerta se abría. No había sabido nada de Chris desde la mañana, había ido a la empresa pero le dijeron que él no se encontraba en su oficina. Se asomó a la sala, donde Chris se encontraba sentado en el gran sofá.

― ¿Dónde diablos andabas?

― ¿Eso te importa?

―Claro, eres mi marido. Te fui a buscar a la empresa pero Susie me dijo que no estabas.

―Bien, creo que llego el momento. ―Lisa frunció el ceño―. Debo decirte algo.

― ¿El qué? ―Lisa se estaba poniendo nerviosa pero trataba de disimularlo.

―Tengo una hija, Lisa.

Lisa abrió sus ojos como platos, abrió su boca sorprendida, que parecía como si la mandíbula se le iba a caer.

― ¡¿Qué?!

―Mi hija tiene cinco años, y ahora me necesita más que nunca.

― ¿Se puede saber quién es la madre?

Chris suspiro profundamente y bajo su mirada. Ese comportamiento de su parte estaba desesperando a Lisa. La curiosidad se había apoderado de ella.

―Anastasia...―confeso.

― ¡¿Te das cuenta de lo que has hecho?! ¡Ahí esta esa desgraciada de nuevo!

―Te voy a pedir que la respetes, Lisa.

― ¡Lo que me faltaba! ¡Que mi marido deje embarazada a la mujer que más detesto! ―exclamo―. ¡Mejor dicho odio!

―Quiero dejarte una cosa clara, Marie...―dijo―...allá hay una niña que me necesita. E iré a visitarla las veces que yo quiera, voy a estar presente en cada momento de su vida. No quiero reclamos, ni peleas, esa niña es mi hija y te guste o no iré a verla. Así que ahora decide, lo tomas o lo dejes.

― ¿¡Por qué ella siempre tiene que estar detrás de nosotros?! ¡Es como una maldita sombra!

― ¡¿Puedes calmarte?! ¡Me estas sacando de mis casillas!

― ¡Todo estaba bien, hasta que tenía que llegar esa desgraciada con su engendro!

Chris se acercó rápidamente y de una forma brusca tomo los brazos de Lisa y los apretó fuertemente.

― ¡No permitiré que maldigas a Anastasia! ¡Ni mucho menos a mi hija!

― ¡Tu estas casado conmigo, eres mío! ¡Siempre lo has sido! ―exclamo―. ¡Pero la prefieres a ella, a mí me cambiarias en segundos por ella!

― ¡Basta! ―grito furioso―. No quiero que sigamos peleando por lo mismo, ¡ya no más Lisa! ―la soltó―. Ahora debo irme, tengo que ir a la empresa.

Chris tomo su saco y camino hacia la puerta. Salió por esta y cerró la puerta azotándola fuertemente.

Los celos y el enojo le hervían la sangre a la rubia, no podía dejar que Anastasia tomara lo que "era suyo" de nuevo. Perdió el control y empezó a tirar todo lo que estaba a su alcance.

Tanto era su enojo que termino rompiendo el cuadro donde se encontraba una foto de ella y Chris el día de su boda. La miro por segundos, y se sentó en el sofá. Su respiración era agitada, y lloraba por coraje.

―La voy a matar...la voy a matar...―repetía.