THE SECRETS NEVER END ©; CHRIS EVANS [2]

Capitulo 40.

Capitulo 40: Michael.

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― ¡Mamá, ¿Dónde están mis zapatos?! ―grito Kate.

― ¡Te dije anoche que los mantuvieras en un lugar donde no los perdieras de vista! ―contesto Anastasia. Anastasia salió de la cocina y fue hacia la habitación de Kate.

―Perdón, se me olvido. Ahora no sé dónde están. ―se sentó en la cama.

―Tu papá esta en el jardín, dile que te ayude a buscarlos.

Kate asintió y salió corriendo de su habitación. Anastasia suspiro profundamente, se sentía cansada; últimamente se ha sentido así y solo quiere pasar acostada en la cama. Anastasia volvió a la cocina, mientras escuchaba risas y pasos aproximándose, Chris entro con Kate a la habitación.

Anastasia siguió en lo suyo. Hubo un momento en el que se quedo mirando su anillo, sonrió mostrando sus dientes. Aun le costaba creer que iba a casarse con Chris Evans, jamás lo habia pensado antes, no habia pensando que tal vez el tiempo lo traería de vuelta.

Algo la saco de sus pensamientos, sintió como su pantalón empezaba a mojarse y un liquido bajaba por sus piernas. Se quedo estupefacta, no sabía que le ocurría. Hasta que reacciono.

― ¡Chris! ―exclamo. Evans llego rápidamente hacia la cocina a causa del grito, el la miro preocupado―. ¡He roto aguas!

― ¿Hablas enserio?

― ¡Claro que hablo enserio, Evans! ¡Ve por las cosas!

Chris corrió hacia su habitación para tomar el bolso que ya tenían preparado―por si acaso―para llevarlo al hospital. Claire se encontraba en la habitación, pero salió a ver lo que ocurría.

― Pequeña, creo que no iras a la escuela, quédate con tu abuela.

― ¿Pero por qué? ¿Qué pasa?

―Tu hermano esta por nacer, tu abuela te llevara en la tarde al hospital.

Dicho esto, tomo a Anastasia y salieron juntos de la casa para subir al auto. Chris se aseguro de que todo estuviera, desde lejos se notaban sus nervios. Chris subió al auto y al instante arranco. Anastasia llevaba su respiración agitada, trataba de normalizarla, pero le era imposible.

― ¿Qué debo hacer? ―pregunto Chris de la nada.

― ¿Qué debes hacer? Solo quédate conmigo ahí.

Chris asintió. Les tomo un par de minutos llegar al hospital, al estar adentro al instante la llevaron a sala de parto. Chris se puso lo que necesitaba para poder entrar con ella. Corrió hacia la habitación donde Anastasia se encontraba.

― El bebe ya esta listo para venir, apresúrense. ―anuncio el doctor.

Anastasia sentía que iba a explotar en ese lugar, el dolor era insoportable, mucho mas fuerte que el dolor que sintió al tener a Kate. Chris se acerco a ella y sostuvo su mano, ella no dudo en apretarla.

― Estamos juntos en esto, nena. ―susurro cerca de su oído para después besar su frente.

―Bien, Ana, ya sabes lo que debes hacer. Necesito que pujes lo mas fuerte que puedas y tu bebe estará aquí en cuestión de minutos.

Anastasia asintió. Y comenzó a pujar; Chris estaba tan nerviosa, era una montaña rusa de emociones. Era su primera vez presenciando un parto, no tenia la menor idea si algo podía salir mal, a eso le temía.

Anastasia apretaba su mano con tanta fuerza, que podía jurar que estaba tomando un color morado. Ella seguía agarrando tanta fuerza para poder pujar, una capa de sudor se encontraba ya en su frente, sus manos también lo hacían y estaban heladas.

Un chillido se hizo presente, aquel chillido habia sido música para sus oídos. El doctor tomo en sus brazos al que ahora era su hijo. Chris no pudo contener las lágrimas, ver a su hijo viniendo al mundo era una de las mejores sensaciones.

― ¿Quieres cargarlo? ―Anastasia nada más asintió. El doctor le entrego a su hijo, ella también estaba llorando, era algo maravilloso.

Chris se acerco para apreciar a su hijo, el niño abrió sus ojos con cierta dificultad; eran azules iguales a los de su padre. Anastasia miro a Chis y se dio cuenta que el también lloraba, y aquel brillo que se encontraba en sus ojos era mas intenso.

―Tenemos que cortar el cordón umbilical lo más rápido posible, ¿lo harás tu? ―el doctor miro a Chris.

―C-claro. ―tartamudeo.

Chris tomo las tijeras que el doctor le dio y corto el cordón umbilical de su hijo. Habia sido sin duda una de las mejores cosas que el pudo presenciar, y se culpa por no haber estado presente en el nacimiento de su hija puesto que presenciar algo así, es increíble.

(...)

―El es un niño lindo. ―dijo Anastasia apreciando aquella hermosa escena, su hijo estaba en los brazos de su padre durmiendo plácidamente―. Veras que le encantara dormir en sus brazos.

―Bien por mí, se siente bien.

― En todo este tiempo no pensamos en un nombre para él, ¿alguna idea?

―No lo pensé antes, ¿y tú? ¿alguna idea?

―Su nombre será...Michael...―dijo―...era el segundo nombre de mi padre. ―ella sonrió. Chris también lo hizo, la miro con ternura al escucharla decir eso.

―Entonces...bienvenido a la familia Michael.