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Aquel hombré de facciones definidas y delicadas le brindó una sonrisa al cuerpo más pequeño, haciéndose a un lado mientras que saludaba al ajeno, permitiéndole así el pase a la habitación.

Un Felix dudoso caminó a pasos tímidos y lentos hasta adentrarse, mirando alrededor del cuarto lo bien decorado que éste estaba.

-Buenos días -. Habló el más alto, aún con aquella sonrisa plantada en sus labios, dirigiédose hacia su escritorio.

-Buen día.

-Antes que todo, me presentaré. Soy Hwang Hyunjin, tu psicólogo.

Felix lo miró sin expresión alguna, mientras que el contrario continuaba brindándole muecas agradables.

-Mi nombre es Lee Felix -. Farfulló, tomando asiento justo en el que estaba en frente del más grande.

-Es un gusto conocerte. Bueno, te explicaré un poco, esto sólo consistirá en algunas charlas, tú me dirás todo lo que te sucede, que quieres soltar de una vez, y yo lo anotaré, para después buscar la manera de ayudarte. ¿Bien? -Tomó su lapicero y una libreta, mientras miraba al más joven.

Felix asintió, no sabía muy bien que decir. El hombre, al percatarse de aquello, decidió continuar.

-¿Qué edad tienes?

-Dieciocho años.

-Nunca has venido a un psicólogo antes, ¿verdad?

-No.

Hyunjin asintió, comenzando a anotar en su libreta. Felix lo miró impaciente, pensando en qué demonios estaría escribiendo aquel hombre. ¿Era importante saber su edad? Solo tiene que ayudar y ya, al menos así lo creía él.

-Pero ya que usted puede preguntarme, yo también quiero. ¿Qué edad tiene? -El más pequeño alzó una ceja, intentando parecer oscuro, pero solo le sacó una risa al mayor, el cual le había causado ternura el comentario de Felix.

-Tengo 20. Y no me trates de usted, seamos como amigos -. Sonrió amigable.

"¿Amigos? Este viejo verde, bueno, adulto verde recién sacado del horno de la adolescencia, ¡¿quiere ser mi amigo?!, quizás quiere aprovecharse de mí, no, quizás..."

-Felix, ¿Felix? -Llamó el mayor tronando sus dedos para captar la atención del menor, el cual se sobresaltó y lo miró avergonzado.

-Sí, sí, perdón.

-Bueno, cuando desees puedes comenzar a contarme y desahogarte. Oh, y aquí hay algunos dulces, quizás alguno te guste -. Señaló una pequeña caja de cristal llena de dulces, y enseguida los ojitos de Felix empezaron a brillar, pero aquel brillo se borró enseguida al pensar que eso quizás este envenenado.

"No aceptaré nada que venga de un adulto verde..."

psicólogo -hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora