ADVERTENCIA: este capítulo contiene smut.
Si no te gusta no lo leas y abstente a malos comentarios, es solo ficción.
Habían pasado unos instantes desde la repentina confesión de Hyunjin hacia Felix. Y sí, mentiría si dijera que en realidad no tenía muchas dudas o pensamientos invadiéndole en ese momento.
—¿Está rica la comida?— cuestionó Hyunjin, observando cómo Felix llevaba las cucharadas de la sopa hacia su boca.
—Bastante deliciosa.— aclaró.
—Me alegra que te guste.
El rubio le sonrió con un tímido movimiento de cabeza, tomando su celular para checar algunos mensajes. Sin embargo, se quedó viendo el perfil en blanco de Changbin.
¿Qué sería de él, y el pelirrojo que se llamaba Jisung?
¿Y el chico con el que salía los fines de semanas?
Claro, Lee no pensaba ni imaginaba que en realidad habían pasado muchas cosas en poco tiempo.
Y entonces recordó al chico que le había dejado un papel sobre su mesa hace un día y medio exactamente. Suspiró, en el escrito se le pedía al chiquillo que se mantuviera en contacto con Seo.
Pero no lo hizo, y ya había pasado un tiempo desde que no hablaban.
—¿Sucede algo, Felix?— preguntó Hwang, con el ceño fruncido como si quisiera averiguar algo.
Felix, quién tenía la mirada perdida, negó con su cabeza: —No es nada.
—¿Seguro? Te noto preocupado.— señaló con el mentón a las manos sudorosas del menor y el mencionado se avergonzó de eso, escondiendo sus palmas en sus piernas.
—Simplemente que hace mucho no hablo con Changbin. ¿Tú sabes algo? — dijo, recordando que Seo fue quien había invitado a Hyunjin a su propia casa cuando apenas se estaban conociendo, así que claro supuso que también era su amigo.
—Honestamente, no— hizo una línea con sus labios—. Sin embargo, creo que algo no anda bien. No me he animado a preguntar todavía.
La confesión alarmó a Felix, pues aún si muchas veces discutía y no se ponía de acuerdo con su mejor amigo, Changbin seguía siendo su mejor amigo y por supuesto que estaba preocupándose más de lo debido, incluso cuando recibió aquella nota.
Ahora, ¿debía contárselo a Hyunjin?
—Sabes, cuando salimos a la cafetería— hizo una pausa, terminando de tragar
los alimentos ingeridos—, un chico se había acercado a nuestra mesa y me dejó un papel, me dijo que debía hablar con Changbin. ¿No crees que es extraño?
Hyunjin frunció su ceño.
—¿Cómo era ese chico?
—No sé, sólo lo vi con la capucha puesta, y su mirada baja. Su ropa era negra y su piel no se dejaba ver, pero si no mal recuerdo, era pálido. Lo vi un poco en el reflejo de los vidrios cuando salió. Y un sutil aroma varonil.— mencionó, proyectando los recuerdos en su mente.
Hyunjin reconoció las piezas en su cabeza y llegó a una conclusión, pero quería asegurarse de que fuera la respuesta realmente.
—¿Su ropa era completamente negra dices?
Felix asintió y Hwang sintió cómo su corazón se estrujaba un poco. —Una persona que conoce a Changbin y que viste completamente de negro— miró a su plato de comida y luego volvió a ver a Felix— Debe ser Chan. ¿Lo conoces?
—Me temo que no— dijo apenado.
¿Quién era ese chico del que
Hyunjin hablaba? ¿Y por qué se veía preocupado?
—Él es mi ex del que te hablé— Felix casi se ahoga con el agua que estaba tomando—. En realidad, Chan está conectado con muchas piezas que encajan perfectamente si lo piensas bien.
El pelirrubio estaba confundido. Qué va. ¿Acaso era una insinuación de que probablemente los hombres malos tenían algo que ver con su ex novio?
Por favor, iqué patético!
O bueno, ahora que lo pensaba, no era tan patético.
Quizá los hombres malos le dieron ese susto porque pensaban que Hyunjin y él tenían una relación más allá de amistad, y el ex de Hyunjin quería vengarse.
¿Y si realmente era así y todo encajaba como piezas de rompecabezas?
—Entonces— quiso preguntar pero sus puños se cerraron, nervioso, era mejor no consultar acerca de algo que probablemente no iba a querer saber la respuesta por más que le intrigue — Olvídalo. ¿Dónde dormiré?
—Puedes dormir en mi cama, yo dormiré en el sofá.
—Oh, no, no, por favor, no es molestia.
Tu cama es tuya, y yo soy el invitado, dormiré en el sofá.
—¿Por qué preguntas entonces?— Hyunjin se rió con ternura y vio cómo el rubio fruncía su ceño— Te ves adorable así.
—¿Cómo?
—Nada, quise decir.— Hwang enrojeció.
Mierda, estaba quedando como un niño que actuaba como tonto por el chico que le gusta.
La diferencia era que Felix no le gustaba, claro, de eso estaba seguro.
¿No era así?
—Ya he terminado de comer— anunció Lee, tomando el recipiente donde momentos antes yacía una deliciosa sopa caliente—. Voy a lavar el plato, con permiso.
—Está bien. Yo también he terminado.
Los dos se levantaron de sus asientos tomando todos los platos y vasos que habían utilizado, también limpiando un poco la mesa con pequeñas servilletas húmedas y artefactos de limpieza.
Era un silencio cómodo, los dos haciendo la misma tarea.
Pero cuando Felix se inclinó sobre la mesa para tomar el rollo de servilletas con el único objetivo de devolverlo a la cocina, Hyunjin vino atropellándose con las sillas justo detrás de él.
Un momento incómodo se presentó entre ellos, la primera cercanía que tenían, la primera vez que se veían tan pero tan de cerca, el rubio estando de espaldas contra la mesa y el psicólogo Hwang estando pegado a su anatomía y soportando con todas sus fuerzas no caer encima suyo, con algunos platos que recién había terminado de lavar en sus manos.
El menor había girado su cabeza, permitiéndose mirar al más grande con una vergüenza inmensa consumiéndole por completo.
Hyunjin bajó la mirada. Y mierda, no tuvo que haberlo hecho, porque ahora podía ver los labios de Felix entreabiertos, decorando un color rojizo sobre ellos y ligeramente hinchados, supuso que se trataba del resultado por estar llorando del miedo horas atrás, y no lo culpaba.
Pero sí se culpaba a sí mismo, por estar pensando así de su paciente, de un pequeño chico de diecisiete años, con un miedo a todo.
Sin embargo, por otra parte Felix no se sentía para nada culpable, y es más, estaba deseando probar de los (aparentemente) suaves labios de su psicólogo.
¿Estaba mal? Sí, muy mal. Pero Lee no había besado a nadie y en ese momento había mucha tensión como para echarse atrás.
Se dio la vuelta con pasos veloces y ágiles, quedando frente a frente y siendo acorralado todavía por un Hyunjin que seguía paralizado, con dos platos en sus manos.
—Felix, lamento mucho, no quise que esto pas-...— No, pero Lee no resistió.
Besó los labios del psicólogo y sintió que no estaba bien, pero no podía parar cuando sentía la dulzura de sus bermellones y esa suavidad que pensaba que iban a tener apenas los vio más de cerca.
Felix no era bueno besando y la explicación era simple, nunca había besado a alguien de tal forma, nisiquiera a una niña.
Su madre solía decirle que hasta que no probara los labios de una mujer, no iba a darse cuenta.
Pero eso era nada más ni nada menos que una falacia, porque estaba besando los belfos de su mayor y se sentía exquisito.
El psicólogo quiso alejarse, haciendo un ademán y casi tirando los platos al piso, pero alcanzó a apoyarlos sobre la mesa antes de que se rompieran causando un horrible estruendo.
Apoyó sus manos sobre el cuerpo de Felix para separarlo pero esa acción pareció haber sido malinterpretada por el rubio, quien sólo lo abrazó.
Diablos, dónde carajo se había metido.
Lee continuaba plasmando su boca contra la ajena y el mayor notó que no era bueno en eso pero lo notó momentos más tarde cuando el rubio parecía negarse a detenerse.
Vale, lo dejaría pasar pero sí le iba a dar sus buenos sermones al pequeño por atreverse a darle y regalarle su primer beso.
Se sentía como haber arrebatado la adolescencia inocente del menor y eso no le gustaba en absoluto.
¿Cómo iba a verle a la cara después en cada sesión, o cómo iba a verle la cara siquiera a la Sra Lee?
Si alguien se enteraba, él iría a la cárcel y posiblemente se ganaría el odio de todo el pueblo.
Se tomaron un respiro, separándose del ósculo. En aquel momento, Hyunjin visualizó el rostro enrojecido y los párpados hinchados de Felix, al mismo tiempo que su boca entreabierta dejando ver sus paletas y un pequeño hilo de saliva uniéndolos.
Pero Hyunjin rompió la burbuja tan rápido como se le era posible.
—¿Cómo te atreves a hacer eso, Felix? iEstá mal, muy mal! Si tu madre se entera, yo estaré condenado.— dijo con nervios, separándose de su cuerpo tan pronto.
—Hyunjin, lo siento mucho, pero no pude controlarlo, y quería saber qué se sentía besar.— dijo, con lágrimas en los ojos.
Oh no, otra vez su llanto se haría presente y no quería eso.
—No, espera, Lix, no quise asustarte—. Negó con la cabeza y lo abrazó, atrayendo su cuerpo contra su pecho— Pero debes saber que lo que hicimos está mal.
—iY ya lo sé!
—¿Entonces?
—Pero no entiendes. Yo nunca me he sentido cómodo junto a alguien y tampoco he besado a alguien.
—Sé que no has besado, porque pude notarlo— dijo intentando aligerar el ambiente—. Pero debes entender que lo que hicimos estuvo mal, yo soy mayor que tú, y tú ni siquiera has cumplido los dieciocho.
—¿Me hubieras seguido aun más el beso si yo tuviera dieciocho años? Si te importa más tu carrera y tu reputación me hubieras hasta empujado.— Felix le reclamó y Hwang bajó la cabeza —No trates de culparme si sabes que también tuviste la culpa.
Hubo un silencio de algunos segundos.
—Está bien, pero esto es sólo un secreto entre los dos, por el bien de ambos. Y olvidemos que sucedió— los dos asintieron con sus cabezas, decididos a terminar de arreglar la
mesa.
Hwang preparaba la cama en el sofá para el menor, ya era tarde.
Y mientras lo hacía, no podía pensar realmente en otra cosa que en el recuerdo de la boca del rubio contra la suya.
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psicólogo -hyunlix
Fanfiction-Entonces... ¿cuál es el problema? -Soy gay. -Ese exactamente no es un problema. ADAPTACIÓN AUTORIZADA: @glossydenn_