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Aquel día había pasado tan rápido que no pudo imaginárselo.

No puedo responderle al mensaje que su psicólogo le había enviado, dejanto en visto a un Hyunjin que aún esperaba su mensaje pacientemente.

Pero ahora, ¿cómo se atrevió?

Si bien no le molestó tanto como él pensó que lo haría, desde un principio le había aclarado al mayor que no quería que tuviera su número.

Sin embargo, ahora sí lo tenía.

Y la pregunta es, ¿por qué?, ¿por qué tanto intetés en conocerlo?, ¿por qué tanto interés en acceder a su número e ir tan rápido?

Está bien, Felix es alguien que necesita algunos empujones. Pero para su propia perspectiva, el hombre de cabellos castaños estaba yendo demasiado lejos.

No es realmente su compañero de escuela. Su mejor amigos. Su amigo. Su familiar. Nada. Solo su psicólogo, que además le pagan por hablar con el rubio.

Entonces Lee estaba muy confundido.

La madre del mismo había pasado todo el tiempo observando que Felix miraba de vez en cuando su télefono, y se sintió curiosa.

Obviamente, su hijo tenía una especie de sensor y se dio cuenta, por lo que intentó actuarlo más.

Pero simplemente quería responderle al mensaje de Lee. O mismo hablarle. Iniciar una conversación. Esta vez no se puso a pensar y sólo decidió que debía hacerlo.

Chat con "Psicólogo Hwang".

Buenos días, Hyunjin.

...

Buenos días, Felix.

Madre mía. Hwang había contestado casi al segundo. Como si de un rayo de luz se tratase. Lee se sorprendió ante tal velocidad, pero sus dedos comenzaron a teclear nuevamente.

Hoy se presenta un día muy frío,
¿cierto?

Felix realmente no sabía que decir, así que dijo lo primero que pasó por su cabeza, porque aquí claramente el psicólogo no era el rubio.

Por otro lado, Hyunjin comenzaba a teclear nuevamente, iniciando una respuesta entre risas, por notar el intento del menor en sacar algún tema de conversación.

Sí, hace bastante frío. ¿Te abrigaste bien? Ponte dos pares de medias siempre. Te mantiene cálido.

Supongo que muchas gracias. Aún si es algo extraño, agradezco el hecho de que te preocupes por mí.


Había que admitir que le gustaba que Hwang fuera tan atento y le diera consejos para cuidarse mejor, o preocuparse y confirmar que Felix estuviese bien.

La pregunta del último ahora rondaba por su cabeza y no lo dejaba pensar en otras cosas.

¿Será Hyunjin así con sus otros clientes?

Y de repente, otro mensaje hace vibrar al aparato.

No es nada, pequeñín. Mi cliente más joven eres tú. Se siente como que debo guiar a un bebé.

Eso fue tan malo...


Ambos rieron cuando terminaron de leer los dos mensajes últimos entre su propio chat, sin saber que el otro reiría, pero casualmente haciendo lo mismo.

¿Debes guiarme? Tú realmente lo harás, ¿no? Hwang. No quiero cambiar, me niego a hacerlo.
No puedo amar falsamente.


La sonrisa de Hyunjin comenzó a borrarse, tecleando rápidamente para responderle lo más pronto posible. Él comprendía lo que el menor pasaba y, qué realmente no quería.

Lo sé, Felix. No creo que vayas a cambiar. Y también me niego a intentar cambiarte. Porque simplemente al corazón no lo controlas, no le dices que se enamore solo de niñas porque es lo que la sociedad impone. El corazón es libre y tú no piedes evitar que lo sea. El corazón rompe todas las reglas con tal de seguir estando en libertad. Sólo me gustaría poder ayudarte en el ámbito de que... deberías confiar más en ti mismo, ser fuerte, y si no puedes serlo, apoyarte en mí, y poco a poco, puedes intentarlo solo. Como, los primeros pasos de un bebé.

Felix rió por la boba y tierna comparación con los primeros pasos de un bebé, sus ojos comenzaban a aguarse un poco ante tantos sentimientos encontrados con aquel mensaje.

Ahora, la idea de tener un psicólogo no le sonaba tan mal, pues, no había tratado con otros que tuvieran la misma profesión, pero estaba seguro de que Hwang era uno de los mejores y que destacaba realmente por su buen trabajo.

Hyunjin era como un salvavidas.

Aún si le pagaban o no, se podía notar que Hyunjin realmente quería hablar con él, y eso sin duda le hacía sentir bien. Que alguien se interesara en mantener contacto con el rubio y hablar constantemente, le hacía sentir, ¿querido?, ¿apreciado?, ¿atesorado?

No lo sabe. Son tantas cosas que siente ahora.

Y por una esquina de la habitación, su madre se encontraba espiando a su hijo por una oscura y delgada franja de la puerta que se ayaba entreabierta.

psicólogo -hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora