N.O.
Cuatro días antes.
-¡No sé qué más hacer!- Exclamaba Adam a su teléfono a un lado, estaba hablando con Mira por llamada mientras que al frente de él se encontraba una guía de arquitectura con muchos, muchos números y signos.
-¿En verdad no has pensado nada en qué regalarle a Kai?- Preguntó ella desde el otro lado de la línea.
El chico suspiro, apartó su vista a la lámpara en su escritorio encendida y luego la dirigió a la ventana, ya era de noche.
-No quiero arruinarlo, además que no lo he visto en semanas.-
-Mmm... No han hablado, ¿cierto?- Supuso con un tono de voz serio.
En respuesta él se quedó en silencio. Ahí estaba el error.
-Bueno, no importa.- Sabía que Adam tenía remordimientos ante eso. -Mmm... Le puedes regalar una rosa...-
-¿Una rosa? A él no le gustan. Le gustan las margaritas.-
Mira rió.
-Entonces una margarita.-
-Es muy romántico...- Le negó de inmediato.
-¿Y qué tiene eso?- Preguntó tratando de sacarle la verdad desviada del tema de flores.
-Que ni siquiera somos pareja.- Suspiró.
-Entonces pídeselo.-
-Lo dices de una manera tan simple.- Rió para luego observar la hoja de papel que tenía delante.
-Ha llegado Mira terapeuta, - Dijo con un tono de gracia- ¿Por qué dices lo que dices?-
-Pues, nunca había conocido a alguien tan maravilloso como él. Tierno. Gracioso. ¡Me trata bien! Ahg... Y su forma de ser me fascina. Me da tanta gracia como arruga su nariz cuando se enoja... - Recordar eso lo hizo sonreír- Por dios Mira, ¡no quiero arruinarlo! No sé que haría si meto la pata.- Habló rápido y estaba nervioso y un tanto ruborizado. -¿Y qué puedo regalarle? Los años anteriores se me hacían más fáciles. ¿Un videojuego? No, probablemente los tenga todos. ¿Su comida favorita? No, muy básico. ¿Una camiseta...? ¡No, no. Ya sé! ¡Nos vemos. Adiós, cuidate!- Y cortó sin esperar ni una palabra de la contraria.
Una idea tan repentina le había prendido el foco.
En donde nos quedamos; con un pelirrojo completamente confundido.
-¿Es mi cumpleaños?- Preguntó desconcertado, tenía la cabeza baja, mirando un punto indefinido. ¿Cómo no había recordado? Era su maldito cumpleaños.
-Así es, campeón.- Dijo el que sostenía el pastel.
"Vaya... Ya tengo dieciocho."
Se le hacia difícil. Era una fecha importante. La olvidó y seguramente sus padres igual; ¿Seguramente? No, era definitivo.
¿Que le estaba pasando?
Recuerdos punzantes llegaron como bombas a punto de detonarse.
Él de pequeño. Al frente de un pastel. Cada año diferente. Cumplió cinco. No estaban sus padres. Cumplió seis. No estaban sus padres. Cumplió siete. No estaban sus padres. Cumplió ocho. Rutina, rutina, rutina.
Aún le costaba revivir esos pensamientos sin llorar.
Un nudo en su garganta surgió.
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𝘿𝙀𝘽𝙀𝙍𝙄𝘼𝙎 𝙄𝙍𝙏𝙀 ⇄ 𝙆𝘼𝙄𝘿𝘼𝙈
Fanfictionᴰᵒⁿᵈᵉ ᴷᵃⁱ ˢᵉ ˢⁱᵉⁿᵗᵉ ᶜᵒⁿᶠᵘⁿᵈⁱᵈᵒ (no editado) [13-05-20 a 14-01-21]