Cap 39 -Tienen que buscarlos.-

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N.O.

Vanessa bufó molesta ante el sonido de los gruñidos de Mira y el ruido del viento pasar por sus oídos. Seguía arriba, ya se había alejado un tanto de donde se habían quedado sus amigos. 

La de mechones azules no dejaba de forzar para liberarse de su agarre: al parecer ahora no quería atacarla. Quería suicidarse y la altura en que estaban era prometedora, por lo cual Vanessa tuvo que bajar luego de discutir internamente qué hacer.

La soltó a un metro de altura, para luego aterrizar con las manos vacías un poco más allá. Se dio la vuelta y vio como ella ya estaba de pie, con el ceño fruncido.

Se acercó, paso a paso, intimidándola.

-No.- Negó Vanessa, ella sabía que Mira lo hacía para pelear. -Quienquiera que esté en su cuerpo: déjala en paz.-

-Mh, ya veo.- Otro paso. -Con que no puedes golpearla, ¿no?- Habló con desinterés.

-Sí puedo.- Frunció el ceño y cerró sus puños.

-Entonces, ¿por qué no me das un golpe y terminas esto de una vez?- Otro paso, estaba al frente de ella. -Te ves a la defensiva pero no haces ni un movimiento, ¿por qué? atácame.- Ordenó mientras caminaba en círculos con Vanessa en el centro, sólo mostrándole su perfil y la pequeña sonrisa que se formó.

-¿Y por qué no me lo haces a mí?-

-Es muy aburrido si sé lo que vas hacer.-

-Entonces déjame, no valgo la pena.- Dijo con ironía.

-Oh, claro que no.- Miró al cielo sin parar su caminata. La tensión estaba casi palpable. -Si tú no mueres, debería ser Mira.-

-¿De q-qué estás hablando?- Tartamudeó. Estaba comenzando a alterarse. Su corazón latía más fuerte, y no sabía la razón. O probablemente sí lo sabía, sólo que no quería aceptarlo.

-Podría ser muy tonto y todo, pero sí entiendo. Y en esta corta charla me he dado cuenta de que ella es alguien muuuy importante para ti. Niégamelo, pero sabes que es verdad.-

-¿Qué? No, ella no es- La interrumpió.

-¡Entonces golpéala!- Alzó la voz.

-¡¿Por qué quieres que lo haga?!- Sus ojos se movían constantemente en el vacío, tenía la vista pegada en algún punto del piso.

-¿Eres estúpida? Yo podría matarte ahora mismo y tú sólo preocupada por el rasguño que le podrías causar a tu amiguita.- Se puso al frente de ella y bruscamente lanzó un golpe hacia su cabeza, Vanessa logró poner sus brazos encima de esta esperando por el puñetazo que nunca llegó.

-¿Huh?- Soltó con un suspiro, echándose hacia atrás, levantando la vista y encontrarse con el rostro de Mira envuelto en lagrimas repentinas con la cabeza baja, sosteniéndose el brazo del puño con su otra mano fuertemente, deteniendo su propio cuerpo.

-Vanessa.- Susurró con una voz débil, sin moverse.

-¿Mira?-

-Lo siento.- Seguía sin moverse, la pelirrosa por un segundo se preguntó si estaba respirando. -Lo siento.- Repitió. 

Esas cuatro palabras fueron como una flecha que se enterró en el corazón de la contraria, causándole un pequeño dolor de culpa.

Despertó del shock y se acercó como si alguien le hubiera dicho al oído que todo estaba bien y trasmitiéndole el hecho en que ella era ella. La abrazó por los hombros, colocando su cabeza en el cabello de la chica, respirando nuevamente el perfume que ella usaba.

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