My light in the dark

Prólogo

El destino nos une, nos junta pero a la vez nos separa.

Hace tiempo creía que mi vida estaba destinada a la felicidad.

Cómo cualquier chica de tan solo catorce años era algo ingenia e infantil, estaba en la etapa del crecimiento y de entrar en la adultez. Por ahora muchas compañeras suyas de la misma edad pensaban en cosas infantiles pero poco a poco la madurez de la mentalidad comenzó a entrar en acción. Pensaban en ropa y que tendencia ponerse que estuviera a la moda, lo mismo pasaba con el maquillaje cuando iban a las tiendas a buscar y ver qué les quedaba.

Pasar de hablar de programas infantiles a novelas y chicos.

Dejar de gustarles los juegos infantiles como a pasar ver qué era lo correcto para una señorita. Imaginar sus vidas de grandes pero teniendo las expectativas de casarse y tener hijos como una buena vida. Lo mismo ocurría con ella pero en el fondo sentía ese miedo de crecer y madurar rápido, no sabía de dónde venía pero aparentaba estar bien y lo atribuye a las inseguridades de una joven de esas edad.

No pona empeño en la escuela porque sentía que todavía estaba en la etapa de que no era necesario preocuparse por eso aún. Ya vería más adelante pero por ese tiempo había sido una tonta e ingenua. No sabía cómo paso de imaginar una vida normal y tranquila a una vida de recién casada y con una buena pareja con un trabajo estable. Puede que tener un flechazo con el joven chico de la tienda de videojuegos con su constante amabilidad y su modo de comportarse con ella hicieran que se fijara en el.

Estaba empezando a ser consciente de los hombres y verlos de otro modo. No podía decir lo mismo de su compañero de clases. Nunca habia dicho en voz alta que ya lo había visto sin lentes y podía decir si quería intentar algo con el.  Pero lo veía como su compañero de clase y un amigo especial que jugar de esa manera o ser superficial nunca pasó por su cabeza. Valoraba sus sentimientos pero no podía corresponderle y era mejor que lo supiera cada vez que la invitaba para no dar falsas esperanzas.

Y su vida se puso patas arriba el día en que escucho de una superheroina que usaba un traje y de extraños incidentes que ella se encargaba de combatir. Una vida de ilusión sobre querer una superheroina sabiendo que sería imposible ya que había leído muchas veces lo que conllevaba ser una en sus mangas y en los programas de televisión que veía.

Cómo menciono antes, su vida dió un giro de 360° cuando salvó de unos maldosos niños a una gatita de color negro con una extraña marca en su frente. Esa extraña marca de media luna que en el fondo se le hacía familiar como si alguna vez la hubiese visto pero no sabía de dónde y no sabía el porque tuvo ese extraño sentimiento que surgió al ver a la gatita.

Un encuentro que la llevo a descubrir sobre la princesa de Luna y su gente, sobre guardianas con el deber de proteger su sistema y una antigua lucha donde ella estaba implicada al ser.una guardiana ya que su marca en su frente era prueba de ello.

Luchas dónde era normal tener miedo, miedo de salir lastimada y que sus padres la.vieran en ese estado sin poder decirles la verdad. Miedo de lastimar a alguien, ya que nunca había luchado ni tenía entrenamiento como pensaba tenía  la otra chica de traje de marinero que era otra guardiana que algún día conocería. Los regaños de la gatita de color negro por querer que empezará a a buscar a la princesa de ellos y buscará a sus otras compañeras cuando insinuaba que no era confiable. Sus burlas que había comenzado a apreciar al ver cariño y preocupación cada vez que volvían de salvar a alguien y detener los planes malvados de los enemigos.

Tener una fijación por el extraño hombre de traje de esmoquin con el antifaz que aparecía de vez en cuando para ayudarla y salvarla cuando lo necesitaba. Soportar al hombre grosero que había conocido por casualidad y que  ni el ni ella se aguantaban, ya que ella no sería cortes con alguien que la había insultado primero.