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Entró a la librería sintiéndose terriblemente confundido por el orden y el color del cerámico y los personajes que se paseaban altivos por el lugar. El señor detrás del mostrador solo cobraba con una sonrisa de compromiso y había algunos jóvenes distribuidos estratégicamente para resolver dudas pero solo estaban ahí para flirtear con las muchachas y adular a las señoras.

Loki aborreció el lugar, odió tener que preguntar donde estaba todo y que los jóvenes hicieran escándalo con sus celulares sacandose selfies con lentes falsos y haciendo poses de intelectuales. La librería de Heimdall no era tan popular y solo hacía descuentos escolares no a seguidores de sus redes sociales.

No pudo concentrarse con tanta gente alrededor, intentó hojear una biografía y un idiota quiso hacerlo caer en una broma para youtube. Claro que Loki sabía lo que era eso y había visto los videos que Darcy había hecho circular con él y Heimdall discutiendo, pero esto era demasiado. Dejó la biografía y salió a la sección juvenil, escogió dos libros al azar y eso fue todo.

Un trago amargo que digerir. Siempre había creído que un espacio más amplio cubierto de libros lo haría perder la razón como en las ferias literarias itinerantes pero no sintió lo mismo. No pudo.

Cuando salió pareció preocupado porque alguien lo descubriera comprando allí como si de un ilícito se tratase. No quería que Heimdall o Thor se enterasen, aunque a este último no le importase en lo absoluto. Sentiase en falta otra vez.

Como si estuviera siendo infiel, desleal hacia aquel negocio. Era solo un negocio, maldita sea.

Miró los libros comprados, la bolsa haciendo ostentación del local y perdió todo deseo de leerlos. Su mente era un montón de pensamientos confusos chocandose unos a otros como si fueran personajes de una absurda comedia. Perdió el apetito y comenzó a sufrir el estrés. O era ansiedad por componer las cosas con ambos hermanos. Volver el tiempo atrás y evitar estos inconvenientes.

Cuando llegó a casa empero no se sintió mejor.

Hela había entrado en su ausencia y descubierto con horror las pertenencias de Thor otra vez diseminadas por la casa. No había durado ni dos semanas fuera de sus vidas, Hela calculaba, quizá seis días. Loki había fingido decepción y rechazo en las llamadas que a diario mantenían, Loki había mentido haberse sacado a Thor de la cabeza como una espina del corazón pero la realidad era chocante. Él se había rebajado a perdonar su desplante, que lo ocultara de su familia como un secreto asqueroso, que lo negara ante los amigos, que se desapareciera durante horas sin una coartada limpia.

- Estás otra vez con él.

Levantó la camisa de Thor del sofá con su zapato y lo echó a la basura como manifestación de su rechazo, Loki lo sacó después, alisó las arrugas y volvió a colgarlo en su percha. Él mismo la había lavado y planchado y parecía orgulloso de hacerlo. Cerró el placard y se giró a ver a su hermana.

- Quiero golpearte por esto.

Loki no le respondió y Hela lo supo. Sería en vano intentar que abriera sus ojos, Loki no vería nada más allá que su propia y enfermiza dependencia hacia aquel. Él quería su aceptación, ser su consuelo, ser amado.

Hablaron como de costumbre, bebieron su café, hicieron crucigramas y cenaron. Cuando Hela se levantó al final, preguntó si Thor vendría acaso, si la convivencia estaba resultando otra vez. Ella no quería parecer una gruñona desalmada que no creía en las segundas oportunidades, quería darle a Thor el beneficio de la duda, reconciliarse de una vez por todas con él.

Loki mintió otra vez para justificarlo pero Hela no volvió a caer.

Thor no venía todas las noches y Loki no quería parecer desesperado por llamarlo. Él quería llamarlo y saber como había sido su día, si había pensado en él, quería ser patético y romántico, absurdamente rutinario. No habían hablado de ello, de como seguirían, Thor había dejado entrever que algo se había roto el día que pelearon, la confianza en la pareja y Loki trataba desesperadamente de no naufragar. Pero a pesar del sexo de reconciliación, algo le faltaba aún. No se sentía completo, no era feliz así.

.......

- ¿Que hiciste qué?

- Instalé una aplicación para saber donde está. Ayer cuando se fue, lo vigilé, durmió en casa de Heimdall pero ahora se está moviendo. Se está moviendo y me pregunto por qué, hoy no trabaja y dijo que vendría a las seis pero se está moviendo. Está yendo a Viejo Asgard y voy a ir tras él.

Hela calló unos segundos, sintió en la voz de su hermano que no había dormido nada, expectante ante los movimientos que Thor ejecutara y se tornó en preocupación.

- No, Loki, no lo hagas. No lo hagas, no eres tú. No es sano lo que estás haciendo. ¡Loki!

Después de que aquel le cortara, Hela miró su teléfono y se puso a teclear el número de Ebony. Iba a llamarlo y comenzar la búsqueda, atrapar a Loki antes que fuese demasiado tarde. Pero antes de que el otro atendiera y saliera en picada a dar la voz de alarma ante los demás hermanos, se le ocurrió. Si se trataba de Thor, solo había una persona que podía ayudarla a detener la locura que pensaba cometer Loki, aunque tuviera que esposarlo y simular una detención, aunque tuviera que humillarlo delante del mismo Thor, aunque tuviera que inventar una causa y exponerlo, y ese era Heimdall.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora