- Él nunca había usado celular. Tenía uno que yo le compré pero terminó estampado contra la pared de su casa hace seis años. Demasiado complicado para entender. Ahora, ahora... debe haber comprado uno y pedido ayuda. No concibo de qué forma logró comprender como funciona. ¡Bajó una maldita aplicación!
- Por Dios, Hela, cualquiera que sea capaz de entender "Los dilemas de Bohr" tiene la sapiencia para comprender como usar un celular. No debe soportar los usos que otros le dan pero de una u otra forma, le hallará una utilidad afín a su trabajo.
Hela sonrió, encantada por el conocimiento que Heimdall ostentaba.
- Hablas como él. De verás no entiendo como puedes ser hermano de Thor. No hay una sola cosa a la vista que los conecte, no se parecen en nada.
Siguió sus indicaciones, Heimdall pareció dispuesto a cooperar guiandola por el entramado de calles, las manzanas diagonales de Viejo Asgard pero guardaba silencio, prudente a pesar de los temores que Hela exteriorizaba.
- Quizá lo averguence delante de todos. No confio en Thor, no puedo. Loki es pequeño, el más alto de todos los hermanos, pero el más ingenuo. Demasiado detallista y pretencioso como un nerd adulto. Tiene sus manías que no comparte con más nadie, una fascinación irrisoria por leer y escribir. Escribe en una computadora de hace veinte años y es feliz con eso. Quizá hallare un día alguien que lo comprenda y comparta sus mismos gustos.
Heimdall no dio señales de sentirse aludido, estaba preocupado por la cercanía a aquella casa que llamó hogar infinidad de veces antes de sufrir el desprecio del patriarca. Por eso Hela carraspeó y carraspeó hasta que la voz le dolió.
- Te diré hasta llegar a la puerta, de ninguna manera pienso entrar en esa casa.
- ¿Por qué no?- Hela se preparó para una respuesta cortante digna de Heimdall.
- No he hablado con mi padre en un tiempo y no puedo entrar allí pretendiendo que todo está saldado. No puedo, estás sola.
- No tienes que saludar a nadie, solo pararte detrás de la puerta. Cuando convenza a Loki de salir, me ayudas a jalarlo de las greñas.
- No puedo acercarme ni a la acera. Estamos disgustados con mi padre, no lo entenderías.
Hela suspiró, agotada de tanto pensar. Recién eran las ocho y media de la mañana y ya quería echarse un whisky a la boca.
- Creeme, nadie te puede entender mejor que nosotros.
Heimdall le indicó la casa, la última de la cuadra, amplia, elegante, amarilla y blanca. El portón de madera, raido, del estacionamiento hallabase abierto. Él la miró alentandola a cometer la fechoría de entrar como si fuera una vulgar intrusa y no una fiscal de distrito y Hela asintió.
........
No dudó en entrar pensando en todas las excusas que podían ocurrirsele en caso de haber errado el pronóstico. Si Loki no se hallaba allí, bueno, soltaría una disculpa sincera y haría mutis por el foro. Si estaba le mentiría un accidente casero, involucraría a Proxima en una rencilla familiar y Loki saldría disparando con ella directo al hospital. Sin duda sospecharia al ver a Heimdall tan campante sentado en el asiento del acompañante pero entonces, Hela lo preveía, lo reduciría usando sus ágiles tácticas de combate y lo metería después de un buen golpe sobre los asientos traseros, se arrojaría sobre el capó para apurar la huida y tomaría el control del volante y de la situación.
Sonaba sencilla la ejecución de su plan pero cuando entró quedó paralizada, Loki estaba de pie en el patio de la casa frente a Thor y a un viejo calvo de ojos claros que lo miraba como si quisiera cortarlo a la mitad.
Perro viejo cabeza lisa ¿quién se creía que era para mirarlo así?
Loki percibió el sonido de sus tacos y diose vuelta, sorprendido de verla allí.
- ¿Cómo me encontraste?
Hela comenzó a ensayar su plan, Proxima esto, Ebony lo otro, rápido, hay que ver como está pero Loki no reaccionó a sus palabras.
Una joven había entrado detrás suyo y dejado su carro estacionado enfrentado al de ella.
- ¿Saben que Heimdall está allá afuera?
A la joven le brillaban los ojos. Ni siquiera notó la presencia de los hermanos. Loki la inspeccionó con descaro, no podía tener más de veinticinco. Era alta, delgada, el cabello negro largo sujeto en un moño y la sonrisa espléndida.
- ¿Ya se arreglaron? ¿Todo está bien?
El viejo salió disparado afuera a encontrarse con el hijo rebelde. Iba farfullando molesto como si quisiera poner las cosas en orden. Casi cayó en la prisa y se sostuvo del portón haciendo que Balder, más lejos, se riera de él.
Thor los miró sin saber qué decirles cuando Sif jaló de su manga, ilusionada porque él respondiera su gesto con cariño.
Loki los vio entonces, sus manos, en los anulares los anillos de oro. Habia sido tan evidente la mayor parte del tiempo que sólo entonces comprendió lo estúpido que había sido. Retrocedió solo por verguenza hasta chocar con la mano de Hela dispuesta a evitar que huyera. Si se iba a retirar, sería con dignidad.
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Entre dos mundos
Fanfiction"¿Tenías que ser perfecto para mi? ¿Tenías que negarte a quererme?" Heimdall es dueño de una librería, la favorita de Laufeyson. No tiene mucha química con su cliente más asiduo, ¿o si?