- No nos dijo su nombre ¿viniste con él?- Odin carraspeó sosteniendose del portón de nuevo pisando la caca de Fenrir- ¡A tí te hablo!
Le hablaba a Loki, extrañamente le hablaba a él pensando que lo había mandado Heimdall o había llegado con Heimdall o tenía algo que ver con Heimdall. Por el tono de su voz no parecía complacido por ello, más bien asqueado, arrugando la nariz y mostrando los dientes de forma que se veía espantosamente ridículo a ojos de todos los presentes.
Demasiado espantoso y ridículo para que Hela no se pusiera a la defensiva.
- A ver, viejo, cuidado como le hablas a mi hermano.
Odin pareció escandalizado porque le llamaran así, él no era viejo, era señor.
Fue entonces cuando Heimdall apareció, detrás de Odin, mucho más alto, vestido muy informal para la ocasión. No quería que Odin se manejara con poco tacto con los nuevos, que fuera él despreciable como siempre y mostrara lo peor de sí. Le daría pena, verguenza que mancillara los pocos recuerdos buenos que aún guardaba de él.
Thor lo observó, la expresión mustia, ¿Heimdall con Loki? No estaba escandalizado con la presencia del pelinegro en la casa de sus padres como con el hecho de que hubiese llegado con Hela y con Heimdall. Hacía mucho que Balder no lo veía y no supo como reaccionar mientras el perro lo olía con desconfianza.
- Es un placer conocerte al fin- Frigga interrumpió el momento dramas del día, dirigiéndose a Loki- me pareció que no eras solo un amigo aquella vez, aunque negaste incluso serlo. Soy Frigga, Heimdall no quiere que yo diga madrastra porque suena a perversa figura literaria o algo así- se rió de su ocurrencia.
Sí sonaba pero Loki no iba a reconocerselo. Su ánimo estaba por el suelo, toda su estima hecha añicos, pero sentir la amabilidad de esa señora lo alentó a no caer más aún. También se dio cuenta que Thor no parecía para nada nervioso o preocupado con su presencia allí. ¿Tan descarado podía ser? ¿O se creía que Loki no iba a armar un escándalo, que no iba a gritar de celos por esa mujer que decía llamarse su esposa? Bueno, eso era cierto, él no iba a gritar, que pena pero aún así dolía.
Maldita sea, Thor, maldita sea.
Frigga se presentó con Hela también, alterada aún por la desfachatez del viejo de apuntar con el dedo a Loki siseando "es también..."
Los invitó a entrar y Loki y Hela lo hicieron, incómodos por los ojos puestos en ellos de todos los Odinson. Heimdall los siguió de cerca y susurró de modo que solo ellos escucharan:
- Diré un pretexto y nos iremos en diez minutos.
Odin entró corriendo empujandolos al paso para sentarse primero a la cabecera y un poco Hela estuvo dispuesta a hacerle la zancadilla para verlo rodar pero la mirada suplicante de Loki la hizo recapacitar. Frigga lo hizo sentar a su izquierda y puso a Heimdall junto a él seguido de Hela, cerca del viejo al que ya tenía ganas de golpear.
Frente a ellos, Balder, Thor y Sif permanecieron en silencio. Demonios que la mesa nunca había estado tan completa. Frigga parecía más optimista.
- Heimdall es la oveja descarriada de la familia- inició el viejo mordiendo el pan y escupiendo las migas sobre la mesa- y me pesa tener que decirlo mucho. Su madre era una libertina también- se echó una servilleta al cuello y lo miró.
Si, su madre había sido libertina pero era su madre al fin y Heimdall la había amado y defendido de los hombres que la habían destrozado y minado su confianza y valía.
- Ella no lo tenía bien, se iba a vivir con el primero que le decía, era una sobrada.
Ahora Hela entendía por qué Heimdall no había querido que se produjera ese encuentro y ya estaba hasta arrepentida de haber querido ayudar a su hermano.
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Entre dos mundos
Fanfiction"¿Tenías que ser perfecto para mi? ¿Tenías que negarte a quererme?" Heimdall es dueño de una librería, la favorita de Laufeyson. No tiene mucha química con su cliente más asiduo, ¿o si?