Capítulo-35

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-Pensé que nunca vendrías. -Enreda sus brazos en mi cuello y estampa su labios con los míos.

No le correspondo, intento apartarla de mí, pero se aferra con más fuerza, nunca me ha gustado maltratar a una mujer, pero en esta situación tengo que hacerlo, la tomo por sus antebrazos con fuerza y en un movimiento rápido hago que ella caiga al suelo de espaldas, hace una mueca de dolor, pero la disimula.

-No seas tan agresivo, déjala para la cama. -Dice seductoramente, la ayudo a levantarse del suelo.

-No tengo nada que hacer contigo. -El verla tan relajada me hace enojar. -¿Me piensas ayudar o no?

-¿Por qué debería de ayudarte? ¿Qué ganaría? -Me da una sonrisa de malicia. -Además no puedo traicionar a mi hermanito.

-Ya lo has hecho antes, ¿Qué te impide hacerlo de nuevo? -Enarco una ceja,  ella pone cara de enojada.

-Que esta vez no tengo nada que perder. -Comienza a caminara a mi alrededor. -No hay sospechas, nadie que me importe está en peligro, todo va viento en popa. -Aprieto mis manos con fuerza.

Tengo que relajarme, ella solo quiere provocarte Max, no caigas en su juego.

-¿Qué es lo que quieres? -Digo conteniendo las ganas de golpear la pared, ella sabe dónde está Alicia, ella nos podría ser de ayuda, pero ya la interrogamos, amenazamos y ella no respondió ni una sola pregunta, entonces tuvimos que dejarla libre, hasta que tengamos alguna prueba que la incrimine, hasta ahora ella no ha hecho nada en contra de Alicia, de hecho uno de sus colegas fue quién le disparo en la pierna, algo que la beneficia, ya que lo ha usado como una coartada de que "Ellos ya no me necesitan, así que me querían matar, pero solo me dispararon en la pierna" tengo que admitir que es buena actriz, hasta lágrimas le salieron en ese momento.

-Yo te quiero solo para mi, Max. -Da unos pasos en mi dirección y yo retrocedo. -Así que si ella no está, serás únicamente mío.

-¿Y qué te hace creer que estaré contigo? -Digo con toda la calma que tengo en este momento, que no es mucha a decir verdad, ella me da una sonrisa mostrando sus dientes.

-Porque ella está en mis manos. -Busca algo su celular, para luego mostrármelo, me quedo estático ante lo que me muestra, es la grabación de una cámara de seguridad, en la que se muestra a Alicia en un cuarto, donde solo hay una cama y una silla, ella está acostada en la cama, con un suero en su muñeca, ella no se mueve; intento arrebatarle el celular de las manos, pero ella predijo mis movimientos. -No,  no, no, Amor, nunca le arrebates las cosas a tu mujer.

-Yo no soy nada tuyo. -Ella sigue con esa sonrisa de superioridad en sus labios, eso hace que me enoje aún más, ella cree que retener a una persona es signo de superioridad. -¿Qué le hiciste?

-¿Yo? Nada, pero de mi hermano... no sé. -Se encoge de hombros,  me siento como si estuviera en un callejón sin salida, de pronto veo que Axel viene por los pasillos, al vernos se detiene, disimulo que lo he visto para que Nathalia no voltee, ella tiene su celular a sus espaldas, él podría quitárselo fácilmente, si la distraigo, Axel me examina con la mirada, señalo a Nathalia con mi cabeza, él la mira y se enconje de hombros, miro a la chica frente a mí, entrelazo mis manos al frente, él mira las manos de la chica, luego saca su celular de su bolsillo y yo asiento en señal de que lo tome. -¿Qué tantas moriquetas haces? -Intenta darse la vuelta, pero la tomo del rostro, ella se sorprende, su mirada es expectante, Axel se acerca con cuidado de no hacer ningún ruido.

Detras De Los Lentes De Sol... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora