Capítulo-41

20 5 1
                                    

Ya estamos en la hora de receso, Kate, Mel y yo estamos haciendo la fila, como nuestro círculo ha crecido, se necesitan más personas para comprar los almuerzos, obviamente ninguna lo hace por gusto, hemos sido obligadas a hacer la fila por perder una tonta apuesta.

-Katherine, no vuelvas a apostar en tu vida, para colmo, es toda la semana. -Se queja Melannie, queriendo arrancarle la cabeza a Kate, sentimiento que se me contagia.

-Lo más lindo de todo, es que ella nos agrega sin consultarnos. -Me quejo entrecerrando mis ojos en su dirección, ella levanta sus manos en son de paz.

-¡Basta! Si hubiéramos ganado, me hubieran agradecido, ya que les comprarían el almuerzo a ustedes toda la semana, de nada. -Se cruza de brazos.

-Pero no es así. -Se vuelve a quejar Mel, me pongo del lado de Kate.

-Bueno, gracias Katherine, fuiste muy considerada. -Le doy unas palmaditas en la espalda.

-¡Gracias! ¿Te cuesta tanto decir eso Melnanie? -Ambas la miramos.

-Sí, me cuesta muchísimo -Hace un gesto de diva con su cabello, para luego comenzar a reírse, nosotras la acompañamos. -Aunque si lo pones... ya sabes cuál nombre a ya sabes quién... te perdono. -Dice con ojos de cachorro, a lo que Kate rueda los ojos.

-Pues no me perdones, con Alicia me basta. -Pasa un brazo por mis hombros, solo quedan dos personas frente a nosotras.

-Ya quisieras, soy indispensable en este triángulo de las bermudas. -Se acerca y nos rodea a ambas.

-Ya, basta de tanto afecto y cursilería, tengo una imagen que mantener. -Dice Kate, haciendo un gesto de diva. 

Llega nuestro turno, ordenamos el almuerzo de todos, esto era algo de equilibrio, cada una tenía dos bandejas, una en cada mano, llegamos a la mesa sin derramar nada, cosa de la cual me sentí orgullosa, aunque nada es perfecto, porque Mel dejo caer dos cajas de jugo en el camino, pero finjamos que eso no pasó y que llegamos sin derramar nada ¿Okay?

Miro la mesa completa, en un principio solo eramos Kate, Mel y yo, cuando nuestros hermanos entraron a la secundaria eramos cinco y ahora somos diez, bueno nueve si contamos que Max no está, me siento muy extraña, estoy en la misma mesa que la hermana del chico que quiso abusar de mí y tengo que fingir que no sé de su asquerosa vida, además de que no sé qué se trae en manos su hermano mayor.

Sé que se deben estar preguntando qué paso en el jardín de la agencia, pues...

                    Flashback...

-¿Hola? -Digo a modo de pregunta, la persona no apaga la luz, por lo que no puedo ver, la persona baja de la moto y se acerca a gran velocidad hacia mí, intento alejarme, pero ya me tiene en sus brazos cubriéndome la boca con un trapo, intento liberarme, pero los efectos del amoniaco se avecinan y no puedo hacer nada.

-Hola, muñeca...

Abro mis ojos lentamente, creo que han pasado unos quince o veinte minutos, me sorprende no estar atada, ni con cinta que impida que grite, estoy recostada en el tanque de la moto, lenvanto la cabeza lentamente, pero estoy algo mareada y me tambaleo.

Detras De Los Lentes De Sol... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora