Winifred Prewett tiene un poder más fuerte que la magia por el cual la identifican en la sociedad mágica, ya que es capaz de ayudar a aquellos que buscan encontrar la felicidad y el amor, ya sea en un objeto, lugar o con alguna persona.
Es por eso q...
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Soportar a Sirius había sido algo infernal para Amelia, pero en cuanto escuchó pasos provenir del corredor se alegró demasiado porque Winifred y Tamara se encontraban ya dirigiéndose al espejo.
—¡Hola! —saludó con emoción Winifred, sin poder evitar pensar que Sirius y Amelia habían esperado juntos.
—¡Hasta que llegan! Estuve a punto de castra a Black —gruño Amelia.
—¡Eppa! Mi pene no tiene la culpa de que yo sea un idiota —señaló con una mueca.
—Punto para Sirius —Tamara hizo sonido de campana haciendo que Winifred comenzará a reír.
—Bueno, ¿y los demás? —preguntó en referencia a sus amigos.
—Lily-Flor ya paso junto con Marlene, Dorcas y Remus —notifico Amelia cruzándose de brazos.
—Sí y Jamesie, Peter y Mary ya deben estar muy borrachos para esta hora —bromeo Sirius mirando el reloj que marca las siete en punto.
—Sentimos la tardanza, le pinte las uñas a Winnie...
—¡Y después descubrimos a su futuro amor! —exclamó con emoción.
—¿Soy yo? —preguntó Sirius haciendo ojitos.
—Ay, ¿tú que sabes de amar a una mujer? —preguntó Amelia con burla.
—Mucho —gruñó Sirius—. Amo a Winnie y es mujer...
—Eso es cierto —afirmó Winifred con una sonrisa—. Bueno ya, ¡quiero divertirme! —dijo con voz aguda y alzando los brazos—. Porque es el día del amor —canturreo sin poder evitarlo.
—¡Y tu cumpleaños! —exclamaron los tres al mismo tiempo haciéndola reír.
En su camino por el pasadizo Winifred no dejo de cantar 'Encantaste mi corazón fuera de mí' de Celestina Warbeck mientras Tamara le hacía el coro. Por otra parte, Sirius y Amelia iban caminando cubriendo sus oídos, una canción demasiado romántica como para querer vomitar.
Pese a que es de noche, los pueblerinos siguen disfrutando del día del amor y la amistad. Magos, brujas, duendes, Tamara señaló a una arpía (y tuvo que ser arrastrada por Sirius para que no fuera a seguirla), se encontraban disfrutando de la hermosa noche.
Música salía de los restaurantes, corazones volaban junto con las velas y los cuatro rieron al ver a un pequeño duende disfrazado de cupido, el cual por cierto estaba completamente borracho, pero aun así le dio una rosa a cada uno de los jóvenes (Sirius estaba encantando).
