xxv. Amory Lupin

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25. Amory Lupin 


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El tiempo pasaba realmente rápido para los jóvenes que sentían que les quedaba poco tiempo para disfrutar de su sexto año, habían tenido ya clases de aparición y la primera en lograrlo sorprendentemente había sido Winifred, quien sentía que su vida comenzaba a cambiar en pequeños momentos que parecían insignificantes, sin embargo no lo eran, ya que le gustaba demasiado el camino que tomaba su relación con Remus.

Cuando antes iba sola en su encuentro de cupido con sus clientes no le molestaba del todo, pero ahora, Remus estaba ahí acompañándola en su recorrido para así poder pasar algo de tiempo juntos (y solos), cosa que hacía más ameno ese recorrido del día.

A veces el la esperaba u otras veces se encontraban una vez que ella había hecho de su magia para hablar de ese peculiar don que tiene.

—Dumbledore me da clases —comentó mientras jugueteaba con la mano de Remus.

—¿Ah sí? —preguntó ligeramente sorprendido.

—Ajá, hace dos días fue mi segunda clase —confesó—. Está muy ocupado, por todo lo que está pasando con el mago oscuro, pero aun así... me ayuda...

—¿Y te ha dicho cómo dominarlo? —preguntó curioso.

—Tengo que estar equilibrada en todos mis sentidos —respondió suspirando—. En realidad, no entiendo muy bien que es lo que tengo de especial...

—Win, cariño —habló con ternura Remus—, toda tú eres especial —las mejillas de la pelirroja hicieron juego con su cabello y soltó una risita nerviosa—. Hablo en serio —musitó con una pequeña sonrisa.

—Calla, Remus —pidió sonrojada.

Remus soltó una risilla y acarició con ternura la mejilla de Winifred, ambos se miraron por lo que se sintieron horas y el ambiente se volvió bastante cálido. Los ojos de Winifred brillaron y de sus manos salieron un par de destellos dorados.

—Perdón —se disculpó cubriendo sus manos.

—No pidas perdón, Win, no tienes porqué pedir perdón —susurró Remus tomando las manos de la joven—. No tienes que sentirte incomoda, ¿sí? —Winifred suspiró.

—A veces ya no puedo esconderlo —confesó apenada—, es como si... como si toda la magia que estuve tratando de esconder, hubiese encontrado más fuerza y a veces me da un poco de miedo —murmuró.

—Creo que tu don es increíble —dijo Remus viendo con ternura a Winifred—, y... no deberías tener miedo de algo de lo que tú eres, Win —habló con voz queda—, porque tu don es parte de ti, y es algo que tienes que aprovechar, como siempre lo has hecho, para ayudar a las demás personas —una pequeña sonrisa se formó en los labios de Winifred—, no creo que debas tenerle miedo... a mí, me parece fascinante —confesó.

𝐂𝐔𝐏𝐈𝐃 (marauders era)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora