Winifred Prewett tiene un poder más fuerte que la magia por el cual la identifican en la sociedad mágica, ya que es capaz de ayudar a aquellos que buscan encontrar la felicidad y el amor, ya sea en un objeto, lugar o con alguna persona.
Es por eso q...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━━━━━━♡♤♡━━━━━━
Usualmente, la habitación de Winifred Prewett suele ser un completo desorden y su familia entera lo sabía, por que la menor integrante de la familia tiene tantas cosas que realizar, que nunca sabía por donde empezar.
Sin embargo, ese día, sorpresivamente, la habitación luce pulcra y ordenada. Las banderas de Hufflepuff y del colegio de Hogwarts cuelgan de manera chueca en la pared, mientras que las plantas crecen adornando las estanterías blancas de su habitación, las cuales se encuentran repletas de fotografías que ha lo largo de sus años en Hogwarts, Winifred ha tomado.
Una voz se escucho desde la puerta—. ¿Llevas todo?
Dejo de guardar su bola de cristal. Se giró sobre sus talones, provocando que su (ahora) lacio cabello se elevara por el aire. Asintió con una sonrisa dirigida a su madre.
—Sip, estoy casi lista —dijo, mientras terminaba de guardar su preciada bola de cristal.
—Bien. Recuerda que no tienes permitido salir de la casa de los Lupin a no ser que vayas con sus padres, ¿entendido muchachita?
Winifred sonrió mirando su maleta.
—Lo sé, mamá.
Por fin, después de tantas semanas rogándole y suplicando con lagrimas y adorables pucheros, Winifred convenció a su madre y a su padre, para que le dejaran pasar la última semana del verano con su novio Remus y su familia.
Y es que los merodeadores también estarían ahí por que querían disfrutar su último verano como estudiantes, por que los cinco estaban conscientes de que al salir de Hogwarts, toda su vida cambiaría.
En especial con el Mago Oscuro, del cual las noticias hablan todo el tiempo y como va obteniendo el poder.
—¡Lista! —cerró su baúl dejando caer la tapa. Lo bajo al suelo, y mostrando su varita dijo—. ¡Locomotor baúl!
El baúl se elevó para comenzar a moverse por sí solo. Winifred salió de su habitación acompañada de su madre, quien le recordaba que tenía que comportarse adecuadamente.
—Ya hable con Hope, nada de que vas a dormir en el mismo cuarto que los revoltosos —dijo en referencia a los merodeadores, provocando que Winifred soltara una carcajada.
